POR LOS CAMINOS DEL SUR
Habrá que ver quién está detrás
Manuel Nava
Acapulco, Gro.- A principios de mayo, en Chilapa surgió de la nada un grupo de poco más de doscientos hombres armados, que sin mediar explicación desarmaron a los policías y colocaron retenes para imponer el orden en el caos que aseguraron van a controlar. Hasta ahora nadie ha señalado la procedencia de tal fuerza policial, pero lo cierto es que es un ejército de gente armada que ahora dice mandar en la región.
Para el gobernador Rogelio Ortega, se trata de un conflicto resuelto y presume su capacidad de dialogo con diversos sectores sociales cuando en realidad se limitó a observar las maniobras del Ejército Mexicano para imponer el orden en el lugar.
El grupo armado tiene como único pretexto las vagas explicaciones en el sentido de que están ahí para combatir a la banda de Los Rojos. Es curioso que dicha “sublevación” ocurrió casi a la par con el inicio de una huelga de hambre por parte de Nestora Salgado García, autollamada la Comandante Nestora, de la cual algunos habitantes guardan amargos recuerdos en la región donde ella extendió sus actividades.
Nestora Salgado García afectó el negocio del grupo criminal Los Rojos en Olinalá y detuvo la trata de personas en la región, concluyó la comisión plural de diputados federales encabezada por Roberto López Suárez, que promueve la liberación de la comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá (PCO).
Entre otros integrantes de la comisión figuran Loretta Ortiz, Lourdes Amaya, José Luis Muñoz Soria, Carlos de Jesús Alejando y Ricardo Mejía, pertenecientes al PRD, PT y Movimiento Ciudadano. Otros perredistas que se han involucrado en el caso son Teresa de Jesús Mojica, Roxana Luna, Vicario Portillo y Rosario Merlin.
Nestora Salgado está presa desde 2013 por el secuestro de al menos 39 personas. De acuerdo con el expediente DGAP/136/3013, Nestora detenía de manera deliberada a personas, les exigía desde cinco hasta 50 mil pesos para liberarlos, los obligaba a realizar trabajos forzados como cargar piedras o trabajar en el campo de las 6 de la mañana a las 7 de la noche, y los alimentaba apenas con tres cucharadas de frijoles al día.
Antecedentes
El 27 de octubre de 2012, nació el Concejo Social Olinalteco que organizaría la Policía Comunitaria. Nestora tomó el micrófono y llamó a la unidad.
Justo antes de encabezar la seguridad de su pueblo, la guerrerense buscaba justicia para unas estudiantes de secundaria, presuntamente víctimas de abuso sexual por parte de su profesor. También consiguió un terreno para impulsar la construcción de una preparatoria.
El 25 de marzo de 2013, inspirada en las experiencias exitosas de los pueblos na’savi, nahuas, me’pahaa y ñomda’a, organizados en la CRAC-PC, la población de Olinalá hizo lo propio y constituyó formalmente la Policía Comunitaria, la cual pronto obtuvo reconocimiento de la CRAC de la Casa de Justicia de El Paraíso.
A meses del levantamiento, Ángel Aguirre Rivero gobernador reconoció públicamente la labor de Nestora y ofreció apoyarla.
El gobernador puso a disposición de la PCO dos camionetas a nombre de Nestora y le expidió un cheque por 300 mil pesos para comprar radios, armas de bajo calibre y uniformes.
En agosto de 2013, la propia Nestora Salgado dio los nombres de funcionarios del ayuntamiento que pretendían monopolizar la venta de materiales de construcción en Olinalá.
En marzo de 2012 se reunieron más de cuatro mil firmas para respaldar la creación de la Policía Comunitaria.
El jueves 15 de agosto de ese año, mientras la PCO hacía un rondín, le informaron que cerca del poblado de Huamuxtitlán había una balacera.
Al llegar al lugar, los comunitarios descubrieron a Armando Patrón Jiménez, síndico de Olinalá, intentando subir una vaca a su camioneta particular. Al parecer, la res fue robada a un hombre de la PCO. Era evidencia de un crimen: dos personas murieron en la balacera.
Desde julio de 2013, la Comandante denunció la prepotencia del “teniente Sierra”, de la Marina, por amenazarla con detenerla, junto con varios de los integrantes de la PCO por portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
Al mismo tiempo, el presidente municipal convocó a un registro de armas. Reunió a mucha gente armada en la plaza y anunció su intención de ir, en ese momento, a desarmar a la Policía Comunitaria.
El 20 de agosto, la Casa de Justicia de El Paraíso alertó sobre un posible derramamiento de sangre en Olinalá, pues el ayuntamiento estaba armando “grupos de sicarios” para enfrentar a la PCO.
El 21 de agosto, mediante un operativo conjunto en donde participó personal de la PGJE (agentes del ministerio público, peritos y policías ministeriales), así como el Ejército Mexicano, la Marina, la Policía federal y la policía estatal, se capturó, entre otros, a Nestora Salgado, en la ciudad de Olinalá, y al día siguiente rindió declaración preparatoria ante el juez correspondiente, debidamente asistida por un defensor.
La noche de ese día, integrantes de la policía comunitaria de Olinalá iniciaron un bloqueo sobre la carretera Chilpancingo-Tlapa, en demanda de la liberación de su coordinadora, Nestora Salgado, presuntamente detenida ese día.
El 22 de agosto Iñaki Blanco, entonces procurador de justicia del estado dijo que Nestora Salgado fue enviada al penal de máxima seguridad en Tepic, Nayarit, “por seguridad” y para evitar “inestabilidad” en el estado.
El 27 de agosto, la Procuraduría General de Justicia de Guerrero dio a conocer por medio de un comunicado que con base en los elementos aportados por el ministerio público, un juez de primera instancia en materia penal dictó auto de formal prisión a la señora Nestora Salgado García, por el delito de secuestro agravado en contra de seis personas, entre ellas tres menores de edad.
Posteriormente se realizaron operativos en Tlatlauquitepec, municipio de Atlixtac, y en El Paraíso, municipio de Ayutla de los Libres. Diez comunitarios fueron detenidos y llevados al puerto de Acapulco.
Días después, el Ejército desarmó a más de 200 comunitarios del municipio de Tixtla y detuvo a algunos de sus miembros, la mayoría pobladores de las etnias na’savi, nahuas y me’phaas.
Durante el resto de 2013 se acrecentó la represión contra integrantes de la CRAC de La Montaña. En prisión continúan los comunitarios Eleuterio García Carmen, Gonzalo Molina Leobardo Maximino, Arturo Campos Herrera, Abad Francisco Ambrosio, Cano Morales Antonia, Bernardino García Francisco, Ángel García García, Benito Morales Justo, Florentino García Castro, Rafael García Guadalupe y Samuel Ramírez Gálvez.
La otra Nestora
En contraste, líderes han denunciado que Nestora fue una creación del gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien con la ayuda del senador perredista Sofío Ramírez Hernández y Luisa Ayala Mondragón, exregidora de Olinalá, la empoderaron.
Juan Rendón Mancilla, del Consejo de Orden y Vigilancia por un Olinalá Seguro, atestiguó el apoyo económico que el gobernador Ángel Aguirre brindó a Salgado al entregarle, a ella y sus policías, dinero y dos camionetas para las labores de vigilancia.
La policía comunitaria surgió, según relatan los líderes, porque la comunidad de Olinalá estaba cansada de las extorsiones, secuestros y asesinatos cometidos por el grupo delictivo conocido como Los Rojos, vinculados con el Cártel de los Beltrán Leyva, que se desbocó y sembró el terror en aquella región.
Olinalá es el paso obligado entre la montaña de Guerrero, donde se siembra la mariguana, y los estados de Puebla y Morelos, donde se comercializa.
Por eso es que, desde que se suscitó el levantamiento de armas ciudadano de finales de 2012, elementos del Ejército Mexicano y la Marina vigilan celosamente las entradas y salidas del municipio.
Nestora se autonombró comandante de la Policía Comunitaria, pues nunca la eligió la comunidad de Olinalá, municipio que, dicho sea de paso, no forma parte de las regiones consideradas indígenas del estado de Guerrero.
Rendón Mancilla aseguró que con el apoyo del gobierno de Aguirre Rivero, Nestora y sus policías se sumaron y empoderaron hasta cometer excesos que están documentados en averiguaciones previas en donde se acusa a la comandante de secuestro. Detrás de Nestora hay muchos hombres de poder y mucho dinero de por medio, intereses.
Lo que Nestora protagonizó en la región fue el inicio de la guerrilla, recapitula el síndico procurador, quien sin duda apunta que el problema ha tomado un claro tinte partidista, pues quien financió a Nestora fue el gobernador Ángel Aguirre, del PRD, y el gobierno de Olinalá es del PRI, según lo declaró Rendón Mancilla.
La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) a través de las cuales los comandantes regionales y de grupo de la Policía Comunitaria emitieron órdenes de aprehensión en contra de agentes ministeriales por haber violado la Ley 701, que reconoce los Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero.
Secuestró a Armando Patrón Jiménez, síndico procurador del municipio de Olinalá, a quien acusó de borrar evidencias en torno al crimen de dos ganaderos de la región y de robar una vaca, junto con su chofer, Gustavo Rodríguez Padrón.
En poco más de una semana que el funcionario de extracción priista estuvo privado de su libertad, Nestora y los suyos les exigieron a los familiares 500 mil pesos para su liberación y 200 mil por la de su acompañante.
Estaban en negociaciones cuando, en un operativo conjunto, las fuerzas federales efectuaron el rescate de 39 personas que estaban detenidas en El Paraíso, además del síndico y Rodríguez Patrón.
Yesenia y Rubí, dos jovencitas que fueron levantadas por los comunitarios a pesar de que en ese momento eran menores de edad, fueron acusadas de vender droga en el centro de Olinalá.
Eugenio Sánchez González, de oficio carnicero que estuvo dos meses y cinco días privado de su libertad, describe con la mirada perdida que nunca olvidará su estancia en El Paraíso.
También, como al resto de los denunciantes, Nestora pidió rescate a su mujer, a quien amenazó con encerrarla si no retiraba las dos denuncias que interpuso contra ella desde el primer día que fue levantado por los policías comunitarios.
Habrá que preguntarse quién está detrás de estos grupos que surgen de la nada, que están armados y que mantienen una estrategia de presencia como si se les hubiera entrenado para ello. Pero también habrá que buscar las explicaciones en las actividades del señor Ángel Aguirre Rivero, quien las impulsó y las mantuvo como guardias blancas para lo que se pudiera ofrecer.
