Hartazgo
La realidad me dice que esos votos blancos serán
minoría, que serán contabilizados como
votos nulos y que sólo ayudarán a ampliar el
espacio de maniobra de los partidos.
German Dehesa
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Estamos ante una especie de moda impulsada por algunos destacados intelectuales: en sus artículos periodísticos, columnas de opinión o en convocatoria abierta proponen a los ciudadanos que asistan a las urnas electorales el 7 de junio y anulen su voto como una señal de hartazgo hacia la clase política y sus candidatos; esto para mí no produce ningún efecto jurídico ni social, en este país los votos nulos se suman al ganador, es más, anular el voto permite a los partidos y candidatos con mucho dinero y estructura territorial que se impongan con el triunfo, esto sucede porque baja el umbral de participación y con la suma de los votos nulos, éstos se convierten en fórmula eficaz para el corporativismo y los votos controlados.
Debemos pensar en positivo, empiezan a cobrar fuerza las candidaturas independientes, la mayoría de los candidatos independientes han sido miembros de diversos partidos políticos en donde han ocupado cargos de elección popular, así que totalmente independientes tampoco han sido, ellos mismos han dicho que no fueron valorados por sus partidos y decidieron retirarse aprovechando esta figura fruto de la reforma política; sin duda, existen algunos casos como el del joven jalisciense Pedro Kumamoto, que por primera vez incursiona en la política, él sí, sin ningún antecedente partidista.
No dudo de que esta figura de candidato(a) independiente se irá perfeccionando y logrará en algún momento encontrar un cauce claro y preciso como una forma de llegar a los espacios de poder; pero decía que hay que pensar en positivo, yo pienso así y por ello no creo en el voto nulo; es más, éste permite que a los partidos les den más financiamiento público porque al retirar los votos nulos de la elección total sólo se integra la votación válida y así el porcentaje de votos de cada partido sube y sobre esa base se le asignan sus prerrogativas.
Anular el voto equivale a anular la oportunidad de los cambios, el desarrollo, y que candidatos flojos, sin preparación y sin vocación de servicio sean los que se queden con los cargos; el voto tiene que castigar a los que no cumplen impidiendo que lleguen a un cargo de representación e impulsar a los que sí quieren trabajar por la comunidad.
Buenos y malos candidatos o servidores públicos hay en todos los partidos políticos, no se vale generalizar; con el hartazgo de los ciudadanos hacia la política pierden todos y pagan unos por otros. Es mejor participar analizando quién reúne la mayor cantidad de requisitos en pro de la comunidad, no todo está perdido ni todos son corruptos. El ejemplo a seguir se dio en Barcelona con Ada Colau que ganó la alcaldía siendo independiente, si ahí se hubiera llamado al voto nulo, los catalanes nunca hubieran tenido una alcaldesa independiente.
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