Demográficas, salud y hereditarias, las causas

Gabriel Gutiérrez

En México, el cáncer de mama se diagnostica en promedio a los 50 años de edad, lo que representa una década menor comparado a Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa, en donde el promedio oscila entre los 60 años.

“Hasta el 11 por ciento de las mujeres mexicanas diagnosticadas con cáncer de mama son pacientes menores de 40 años, lo cual representa una proporción significativamente mayor que en países desarrollados”, según señaló la doctora Cynthia Villarreal Garza, oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología en su artículo “Breast Cancer in Young Women in Latin America: an Unmet, Growing Burden”.

En la información recabada del registro de pacientes de nuevo ingreso del Instituto Nacional de Cancerología y del Centro de Cáncer de Mama del Hospital San José de Monterrey, se demostró el 15 por ciento y 14 por ciento del total de pacientes en dichas instituciones, respectivamente, correspondían al grupo menor de 40 años de edad, en comparación a sólo el 5 por ciento del total de casos que se diagnostican en Estados Unidos en un año, de acuerdo a los datos reportados por la doctora Villarreal, directora clínica del Centro de Cáncer de Mama del Hospital Zambrano Hellion e investigadora del Instituto Nacional de Cancerología.

La definición de “mujer joven” es variable entre distintos autores, aunque la mayoría establece un rango de edad entre los 35-40 años. Esta delimitación está basada en las diferencias observadas con respecto a los factores de riesgo, las características tumorales, los desenlaces clínicos y también en los intereses particulares: fertilidad, autoimagen, percepción de la calidad de vida, objetivos personales, cuando se comparan con mujeres por arriba de este límite de edad.

La especialista dijo que existen diversas hipótesis respecto a las causas que explican la edad temprana de presentación del cáncer, una de éstas se relaciona con la distribución de la pirámide poblacional en México. Otras causas que pueden incidir serían el sobrepeso y la obesidad, fenómenos que son altamente prevalentes en México.

Otra hipótesis que explica este fenómeno es la diferencia en estilos de vida y factores de riesgo reproductivos entre poblaciones. También se ha postulado que en México y otros países hispanos existe una mayor proporción de mutaciones que condicionan síndromes heredofamiliares.

Cuando nos enfrentamos a un paciente con diagnóstico de cáncer de mama es importante el abordaje personalizado. “Se deben tener en cuenta muchos aspectos para decidir el tratamiento, como la edad de la paciente, el estatus de menopausia, la historia familiar de cáncer y otras enfermedades pre-existentes”, dijo la especialista.

La otra parte importante para la decisión del manejo terapéutico, añadió la doctora Villarreal, son la etapa clínica al diagnóstico y las características del tumor. “Es fundamental —agregó— conocer el subtipo del cáncer de mama, el cual se define por la presencia o ausencia de receptores en las células tumorales, específicamente el receptor de estrógeno, progesterona y HER 2”.

Hasta hace un tiempo, la mayoría de los tumores de mama se trataban con terapia citotóxica (quimioterapia). Ahora contamos con pruebas especiales que se realizan en el tejido tumoral, en biopsias fijadas en formol e incluidas en parafina. Las firmas genéticas indican la agresividad del tumor y el riesgo de que se presente una recurrencia, lo cual nos proporciona mucha más información que las variables clínicas clásicas.

Una de estas herramientas corresponde a la prueba Oncotype Dx, la cual es útil en pacientes que tienen tumores con receptores hormonales positivos, HER2 no está sobreexpresado y ganglios negativos.

“El estudio de Oncotype Dx permite definir con mayor precisión la posibilidad de recurrencia de un tumor y el beneficio que se obtiene al dar tratamiento con quimioterapia. De esta forma, no se sobretrata a las pacientes con tumores de bajo riesgo de recurrencia, en las que el tratamiento con quimioterapia no tendrá un beneficio, mientras que éste se recomienda altamente en tumores de alto riesgo en las que aumenta las posibilidades de curación”, dijo la doctora Villarreal.

Finalmente la especialista reiteró que en el caso de mujeres jóvenes que padecen cáncer de mama, la prueba Oncotype Dx también se puede utilizar para definir la agresividad del cáncer y decidir la mejor opción terapéutica.