“Sí soy optimista, pero no quiero generar optimismo”, dijo John Kerry, el secretario de estado norteamericano antes de la fecha límite del 30 de junio para alcanzar un acuerdo. Y lo logró, sin duda un éxito diplomático más sumado a la cadena de medallas en la política exterior del presidente norteamericano, Barack Obama.

Las negociaciones se llevaron a cabo en Viena, la ciudad capital de Austria. Estados Unidos y otras cinco potencias mundiales, China, Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia buscan firmar un pacto con Teherán para detener el programa nuclear de Irán a cambio de levantar las numerosas sanciones económicas que tienen ahorcada la economía del país persa.

Se acordó que se reunirán hasta la semana entrante, el 7 de julio para redactar el texto final del acuerdo con Teherán. Se prevé que el presidente Barack Obama entregue dicho texto al congreso norteamericano el día 9 de julio, de allí, se prolongará un mes para que los congresistas den su punto de vista antes de ser firmado.

Recordemos que las bases para dicho acuerdo fueron pactadas por todas las partes el pasado 2 de abril en la ciudad helvética de Lausana.

El centro del conflicto: la bomba atómica

Las potencias consideran que Irán podría estar fabricando armas nucleares de destrucción masiva y que el programa nuclear con fines civiles es sólo una aparente fachada para encubrir tales planes militares. Por su parte, el gobierno de Teherán niega todo al reconocer que su programa tiene fines pacíficos.

Parte del acuerdo comprende permitir visitas de supervisión a la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) así como a diversos observadores internacionales que puedan constatar y vigilar dicho programa.

Teherán se aferra a la posición de no dejar pasar a nadie argumentando violación a la soberanía de su país.

En todo momento, se teme que Irán pueda estar enriqueciendo uranio a tal magnitud como para poder fabricar una bomba atómica, cuestión que quiere evitarse a toda costa. Cabe mencionar, que casi todos los países de occidente -Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido­- además de ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, son poseedores de la bomba atómica. Alemania no entra en este privilegiado grupo.

Estados Unidos ya sabía del programa nuclear

Sorprendieron los comentarios del secretario de estado, John Kerry cuando afirmó que Estados Unidos “no está obsesionado” con la postura iraní porque ya estaba enterado “plenamente” de lo que Irán estaba haciendo para asegurar su futuro energético.

Algunos analistas del departamento de estado norteamericano afirmaron para la cadena Reuters que Kerry ha dejado abierta una puerta de negociación con estas declaraciones ya que Irán podría aprovecharse de ello y buscar ciertas concesiones a su favor.

Aunque posteriormente Kerry se deslindó de las declaraciones calificándolas como “un malentendido”, se deja entrever que Estados Unidos buscaría lograr un pacto exclusivo con Irán de intereses mutuos por su parte dejando de lado a los demás países también involucrados.

Aun así, el presidente Obama recalcó la importancia de mantener un buen acuerdo que dejar libre a Irán, sin controles, lo cual nos llevaría a “bombardear las instalaciones nucleares y arriesgarse a una nueva guerra en Oriente Próximo”.

Con información de la agencia británica de noticias, Reuters, y el diario español El País.