EDITORIAL

 

Beatriz PagesEs difícil, casi imposible —cuando menos para esta casa editorial— pensar en Jacobo Zabludovsky, llorarlo, sin pensar y llorar a la vez, a José Pagés Llergo, fundador de la revista Siempre!

Sí, efectivamente, como lo han mencionado en estos días diferentes medios, “seguir la huella” al escritor francés Pierre Loti fue la primera recomendación que le hizo Pagés a un joven periodista que hasta ese momento sólo había incursionado como cronista taurino en el periódico El Redondel.

A partir de esas entregas que se hicieron a manera de cartas, como lo muestra la reproducción que se hace en las siguientes páginas, nació, más que una estrecha relación profesional, una amistad profunda que en muchos momentos fue semejante a la relación entre padre e hijo.

Zabludovsky fue un genio del periodismo televisivo. Creó no sólo un estilo de dar la noticia, sino la ingeniería del sistema noticioso hasta hoy vigente en las grandes cadenas de comunicación de México. Entrevistó a todos los entrevistables y lo hizo con la maestría del arte taurino del que también era aficionado.

El mediodía en que fue incinerado en el Panteón Israelita, el cielo protestó por su ausencia. Llegó al funeral el México plural para el que hizo periodismo. Lo mismo el alto funcionario público que hombres y mujeres de izquierda, figuras del espectáculo, el deporte, representantes de las diferentes Iglesias; el hombre común y corriente que, como el taxista, el ama de casa, el bolero o el comerciante nutrían su curiosidad cotidiana escuchando a Jacobo De 1 a 3, por la Red de Radio Red, para —como antaño, desde cuando estaba en 24 Horas— saberse bien informados porque “lo dijo Jacobo”.

Periodista excepcional por su capacidad para editorializar. Los libros que acumuló y que tapizan las paredes de su oficina explican, por sí mismos, la cultura universal a la que recurría en cada transmisión. Era una mezcla singular de reportero y cronista literario. Nadie como él para construir imágenes y describir los hechos.

Nadie como él para estar siempre acompañado de Sarita, su esposa, una sabia mujer.

Se pueden decir muchas cosas acerca de Jacobo. Se pueden y se van a publicar cientos de libros. Forma parte de la historia de México. La revista Siempre! lamenta profundamente su muerte, pero nuestras lágrimas también llevan una sonrisa: José Pagés Llergo y él… vuelven a estar juntos.