Vicente Francisco Torres
(Primera de tres partes)
En 1984, a raíz de la presentación de su primera novela, Donde deben estar las catedrales, busqué a Severino Salazar y nos hicimos amigos. Empecé a frecuentarlo y, pasado un tiempo, cuando tuvo terminada su segunda novela, me pidió que la leyera a fin de que la comentáramos. Era un texto voluminoso y, como no me quedó tiempo para leer un libro y preparar mi artículo semanal en un diario hoy desaparecido, se me ocurrió publicar un artículo titulado “Radiografía de un libro nonato”. Han pasado cinco lustros desde aquellos primeros encuentros (incluso nos hicimos compañeros de trabajo) y, como nuestro mundo es casi redondo, estoy viviendo una situación semejante a la de inicios de los años ochenta.
Severino murió en el 2005 y dejó terminada la novela cuyo título encabeza esta nota, misma que reseño, como antaño, antes de que se publique; no sé dónde ni cuándo aparecerá, pero su hermana María de Jesús me la hizo llegar y yo, en nombre de nuestra amistad y del interés que siempre mantuve por su narrativa, la leo y la comento con afecto. Fue escrita en Portugal, entre el 24 de enero y el 12 de abril de 2002, durante un periodo sabático, de intensa dicha amorosa pero también de búsqueda de respuesta a las preguntas que nunca lo abandonaron. Parece que se decía a sí mismo: “Porque está claro que uno deja su casa y se va de viaje para que le sucedan cosas importantes como ésta, que le arrojen luz en sus paisajes interiores”. Severino no imaginaba que la enfermedad lo esperaba a la vuelta de la esquina.
Varios textos de Salazar fueron producto de una investigación hemerográfica que lo acercó a la novela histórica. Paisajes imposibles es una de ellas.
Tuvo su origen en la iconografía y en la historia del milagro de la Virgen de Nazaré, que seguramente vio durante su estancia portuguesa, Cuenta con un tiempo medieval, otro renacentista y uno contemporáneo que parecen decirnos: todos los caminos llevan a Zacatecas. Formalmente juega con la geometría y su interés está puesto en las relaciones del hombre con lo numinoso.