Dicen que el poder corrompe, pero hay que ver siempre quién es el que llega al poder,
a tener poder. Quizá no es que lo corrompió el poder,
sino que siempre estuvo corrompido.
Luca Prodan
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Con la novedad de que el Chapo Guzmán se fugó del penal de El Altiplano, que hasta la semana pasada era considerada la prisión de más alta seguridad de la nación, pero la necia realidad se encargó de demostrarnos que no era así, y que el gobierno de la republica con historias que parecen de ciencia ficción, de una manera desordenada, nos cuenta cómo sucedió la fuga.
Ésta fue a través de un túnel de más de kilómetro y medio habilitado con aire acondicionado y las medidas de seguridad para que por ahí se llevara a cabo la evasión del penal, construcción que según los expertos llevó mas de un año, con un diseño de ingeniería muy avanzado, lo cual nos expone que prácticamente desde la captura de este personaje ya se trabajaba en el diseño e implementación de su segunda fuga de un penal.
Lo que más llama la atención es que nadie se diera cuenta de lo que se había fraguado y se estaba ejecutando, la autoridad federal no podía quedarse cruzada de brazos ante uno de los delincuentes más buscados del planeta y uno de lo mas poderosos, por cierto el único que era considerado por la revista Forbes en su lista de las personas más ricas e influyentes del mundo; además, la autoridad nunca dio seguimiento ni tomó en cuenta lo que se expresaba en las cuentas de redes sociales de los hijos del Chapo, donde llegaron a expresar que el general ya estaría de regreso, refiriéndose a la fuga de su padre.
Nadie escuchó el ruido generado por las excavaciones, ni el que generó la perforación de las capas de concreto armado para llegar a la celda, ni nadie vio los cientos de camiones de tierra que se generaron; ¿no los vieron ni escucharon?, ¿no los quisieron ver ni escuchar? O quizá se hicieron como que no los vieron ni escucharon, ante estas interrogantes las autoridades federales tendrán que hacer una investigación real y profunda, que no sólo dé cuenta del túnel y cómo lo hicieron sino de quiénes, cuántos y cómo participaron en esta fuga; desde particulares hasta autoridades de todos los niveles, porque no es creíble que los delincuentes lo hicieran solos, aquí huele a podredumbre de autoridades e instituciones corrompidas.
La autoridad tendrá que rendir cuentas, ¿dónde quedó el sistema de inteligencia? ¿qué pasó con la plataforma México? ¿Por qué la reacción externa fue tan lenta?
La corrupción se ha apoderado de instituciones y campea por todos lados, se ha vuelto incluso transversal, con entramados de protección entre unos y otros. En este caso la corrupción debe ser una de las líneas a investigar; este vericueto me hizo recordar la frase de James Carville, asesor de Clinton, referente a la economía, sólo que para México aplica como “es la corrupción, estúpido”.
@perezcuevasmx
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