A unos días del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, deteriorada desde 1961, el Departamento de Estado norteamericano retiró a la isla de su lista de países que no ejecutan acciones contra el tráfico de personas; hace dos meses, EU eliminó a Cuba de su lista de patrocinadores del terrorismo.

En el informe anual publicado este lunes, relativo a 2014, Venezuela permanece en el listado, además de Rusia, Irán, Siria y Corea del Norte, entre otros, lo que se traduce en la imposición de sanciones, como la congelación de ayuda humanitaria y no comercial.

La isla aparecía cada año en la lista negra desde 2003; en el informe de este año apareció en la categoría “observación especial”, en la que se incluye a países con Gobiernos que no cumplen los estándares de combate al tráfico de personas establecidos en una ley estadounidense de 2000, entre ellos Bolivia, Costa Rica, Haití, Jamaica y China, etcétera.

“El Gobierno de Cuba no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación del tráfico de personas, sin embargo, está haciendo esfuerzos significativos para lograrlo”, señala el informe estadounidense.

“Por segundo año consecutivo, el Gobierno (cubano) informó de esfuerzos para afrontar el tráfico sexual”, reconoce el Departamento de Estado, por lo que recomienda a Cuba aprobar una ley contra esa problemática, así como investigar y procesar exhaustivamente a los implicados en la trata sexual o explotación laboral.

En la lista negra de países que no actúan por erradicar la trata de personas, Venezuela vuelve a esta categoría; el año pasado estuvo en la de “observación especial”. “Venezuela es un país de origen y destino para hombres, mujeres y niños sujetos a tráfico sexual y trabajo forzado”, indica el documento.

Aún faltan pasos por dar

Durante la conmemoración del aniversario número 62 del asalto al Cuartel Moncada en 1953, cuando se produjo la primera ofensiva de las fuerzas de Fidel Castro contra el ejército de Fulgencio Bautista, respaldado por EU, un suceso que inició la revolución que derrocó al dictador cinco años, primera celebración desde el restablecimiento de relaciones de las dos naciones, las autoridades cubanas dijeron estar comprometidas para que persista el socialismo y el tono de su discurso contra Estados Unidos disminuyó evidentemente.

En el acto, el presidente cubano Raúl Castro estuvo a cargo de la celebración, pero el principal orador fue el vicepresidente José Ramón Machado Ventura, quien se refirió a las relaciones diplomáticas entre Cuba y EU como el fin de un primer paso que empezó en diciembre.

Asimismo, insistió en las dos grandes peticiones de Cuba: el embargo económico contra la isla y las operaciones de la base naval de Guantánamo, territorio que La Habana busca recuperar; al respecto, Obama pidió al Congreso el inicio del proceso para levantar el embargo, iniciativa que obstruye la mayoría republicana, e incluso altos funcionarios han declarado que la devolución de Guantámano no es parte de las negociaciones. Obama podría visitar Cuba el siguiente año, lo que supondría el broche de oro de la nueva etapa entre el país norteamericano y la isla.

En la fecha más importante para Cuba socialista, la festividad nacional estuvo acompañada de presentaciones artísticas y discursos patrióticos, aunque faltaron los pronunciamientos anti-imperialistas del ex presidente Fidel Castro de cada 26 de julio.

Información de Excélsior y El Mundo, España