Escándalos, acusaciones, mal desempeño…
No me duelen los actos de la gente mala,
me duele la indiferencia de la gente buena.
Martin Luther King
Carlos Alberto Pérez Cuevas
En muchas partes del mundo, basta un escándalo o acusaciones sobre corrupción, mal desempeño o uso de recursos públicos para que los funcionarios aludidos presenten su renuncia o sean destituidos de los cargos que desempeñan, muchas veces sin importar el rango o nivel del cargo que desempeñen y en caso de que se resistan a renunciar, entonces los ciudadanos hacen valer la fuerza de sus protestas y hacen que las cosas sucedan.
En México desafortunadamente no es así, lo más fuerte que puede suceder es que la gente se enoje, se exprese con groserías y palabras altisonantes, cuan más indignados están y después pasan a hacer bromas, chistes y mofa de los problemas que vivimos a diario, esto en el mejor de los casos con los ciudadanos que se involucran, lo que para mala suerte del país son los menos, porque la inmensa mayoría usa el tan socorrido recurso de la evasión personal que tanto daño hace.
Y es que nadie puede explicarse por qué en Mexico sucede una y otra desgracia, escándalos, actos de corrupción y los ciudadanos como si nada, y la clase política peor, inclusive se atreven a expresar que basta con esperar al siguiente escándalo y asunto resuelto; por ello las casas de las Lomas, la muerte de los 43 de Ayotzinapa, la fuga del capo del narcotráfico más buscado del mundo, los escándalos por el manejo de las licitaciones del aeropuerto, los moches, las grandes obras carreteras y de infraestructura como los trenes rápidos que han generado incuantificables actos de corrupción, los graves daños generados en la línea 12 del Metro o las presas en ranchos particulares, las declaraciones de que ahora tenemos más pobres que antes, los viajes con séquitos interminables, no generan más que descontentos y enojos momentáneos, temerosas exigencias de renuncia que no consiguen nada.
Nuestro país no puede seguir así, políticos y autoridades hacen mofa de los ciudadanos con frases rimbombantes, rebuscadas o galimatías que confunden hasta al más letrado, saben que el tiempo está de su lado y sus transas o deficiencias serán olvidadas.
En cualquier democracia que se precie de serlo, un ministro de hacienda que no da resultados en el crecimiento o desarrollo de la economía, o un ministro del interior o de gobernación que le estallan problemas políticos por todos lados y tardan en dar soluciones o complican más los problemas, o a quien le compete combatir la pobreza y el resultado que da es que cada vez hay más pobres, todos sin excepción ya hubieran sido destituidos, pero pesa más la protección del amiguismo y la indiferencia ciudadana para que contra viento y marea se mantengan en sus cargos, y no doy nombres por que no se trata de nombres, se trata de instituciones que indistintamente de personas o colores de partido sean evaluadas siempre porque por su desempeño los conoceréis.
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