La mañana del sábado 1 de agosto de 2015 no sería igual, pues un gran escritor y periodista había dejado de existir; Marco Aurelio Carballo perdía la batalla contra el cáncer a los 73 años de edad. Pocos días antes (23 de julio) había sido homenajeado por sus 50 años de trayectoria.

Ahí se dieron cita Rafael Cardona, René Avilés Fabila, David Martín del Campo, Miguel Reyes Razo, Beatriz Pagés, Humberto Musacchio, Fernando Macías, su esposa Patricia Zama y sus dos hijos, Mario y Bruno, quienes destacaron su labor periodística y literaria en México.

De su vida personal se sabe poco. Originario de Tapachula, Chiapas, nació un 20 de septiembre de 1942 y sólo estudió tres años en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de México. Escribir sería la vocación de su vida.

 

Se desempeñó como reportero del periódico Excélsior, jefe de información de la revista Época y del diario Unomásuno. Colaboró en semanarios como Siempre!, así como en las revistas El Búho y Gente Sur.

En Siempre!, que fue su casa mucho tiempo, nos llevó a conocer que es Lo que en este momento leen seis escritores, nos dejó claro que El arte predispone más a la locura que la ciencia y que Resuelto quiénes somos, ahora el asunto es cómo somos.

Nos enseñó que para algunos periodistas El buen periodismo es siempre agresivo o El periodismo es un regalo de Dios para un escritor. Mientras que para algunos escritores La política es muy tonta y muy simple y que el 2012, última oportunidad para la estabilidad política.

Destacó que para Julian Barnes: Los políticos hacen las cosas al revés y que para algunos otros Sin palabra escrita no habría libertad, ya que como diría Patricia Highsmith Para escribir, no hay magias ni secretos, pero siempre Hay hambre de nueva narrativa.

En su producción literaria destacan cinco libros de relatos y ocho novelas: Polvos ardientes de la Segunda Calle (1990), Crónica de novela (1992), Mujeriego (1996), Vida real del artista inútil (1999), Muñequita de barrio (1999), Diario de un amor intenso (2000), Novios en la barra y otras miniturbocrónicas (2003), Mamá estaba loca y otras turbocrónicas (2004) , Soconusquenses. Crónicas y semblanzas (2008), Morir de periodismo (2008) y Ultimas Noticias (2010).

Destacan en varias de sus novelas el manejo de la crónica como elemento base de las mismas, manteniendo al lector con expectativa de principio a fin. Un escritor para toda la vida.

Como reconocimiento a su trabajo literario, recibió el Premio Chiapas de Literatura Rosario Castellano 1994, el Premio Nacional de Periodismo y de Información en el género de Entrevista 1997-1998, el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 1998 en el género de Crónica y el Premio Nacional de Novela Luis Arturo Ramos 2010.