Entrevista a James R. Jones | Exembajador de EU en México | Exclusiva para Siempre!
Ofelia Alemán García
En 1993, en México no se hablaba de guerra contra el narco, ni de ventajas competitivas, libre comercio, exportaciones, aranceles o aduanas. Tampoco se hablaba de productividad mucho menos de libertades individuales. Las reformas estructurales eran cosa de los grandes economistas quienes era muy criticados por tener una visión tecnócrata.
Walmart llegó México en ese año revolucionando el concepto de “hiper” y “mega” con tarjetas de membresía para comprar decenas de productos inimaginables. La fayuca todavía era popular. Tampoco se hablaba tanto de remesas, de niños migrantes o de terrorismo.
Las consecuencias del año 1993 las conoceríamos después, específicamente por el recuerdo de la insurgencia zapatista del 1 de enero de 1994, en protesta por la firma en noviembre de 1993 del llamado TLCAN (Tratado de Libre Comercio con América del Norte o NAFTA, por sus siglas en inglés). Un año difícil, que muchos vaticinaron como el inicio de la debacle del campo mexicano y de la economía interna. Comenzaba la era de la globalización.
En 1993, cuando Ernesto Zedillo fue electo presidente de México, igualmente llegaría a la Presidencia en Estados Unidos el demócrata Bill Clinton. En este difícil contexto se insertan las figuras de los embajadores en las sedes respectivas: Jorge Montaño por la parte de México en Washington, y James Robert Jones en territorio nacional, a quien la prensa dio a conocer como Jim Jones.
Tres características
“En mi caso, ser embajador no hubiera sido algo que yo quisiera hacer. De hecho, cuando el presidente Clinton me llamó personalmente, yo era representante en el Congreso cuando estaba el TLCAN, y quería que lo apoyara para pasar esa iniciativa”, relata el exembajador estadounidense en entrevista exclusiva para Siempre! Jones habló desde Washington sobre su experiencia como embajador y su particular visión sobre México y en especial, sobre Miguel E. Basáñez, quien es propuesto por el jefe del Ejecutivo como embajador de México ante el gobierno de Estados Unidos —y que deberá ser ratificado por el Senado de la República—, nombramiento que ha causado críticas en medios y en la elite política nacional.
¿Qué características debe tener un buen embajador?
Considero que, uno, debe ser realmente sensible a la cultura del país en que se hospedará; dos, debe comprender la cultura política de ese país, y tres, es muy importante que esté lo más cerca posible del presidente como para llamarle por teléfono en cualquier momento.
¿Hasta dónde los académicos pueden ser buenos diplomáticos? Nos referimos estrictamente a Miguel Basáñez.
Sí, los académicos pueden ser buenos diplomáticos, aunque no siempre es así. Los académicos, como cualquier otra profesión, cuentan con gente altamente calificada que pueden ejercer como diplomáticos y otros no. Un aspecto a favor de Basáñez es que tiene una larga trayectoria analizando las estructuras culturales, políticas y económicas de México. Además, tiene un buen conocimiento de la política norteamericana. Ésas son características importantes y necesarias para ser embajador.
Washington nombró a Roberta Jacobson, quien en comparación con Basáñez podría estar sobrecalificada. ¿Qué es lo que Washington espera de los embajadores mexicanos?
Ella es una diplomática muy profesional, y seguramente hará un buen trabajo, pero no diría que está sobre calificada. Todo depende de tu bagaje político y del tipo de persona que seas, es decir, hay gente que es más sensible que otra. Lo que nosotros esperamos es que sea una persona accesible, alguien que comprenda los problemas políticos de Estados Unidos y que sea una persona muy abierta.
Hay mucho por hacer
México y Estados Unidos son vecinos cercanos pero lejanamente incomprensibles. ¿Cuáles serían los temas todavía sin resolver entre ambas naciones?
Seguirá habiendo muchos temas sin resolver entre nosotros como vecinos. La comprensión y el respeto mutuos deben procurarse. Ha habido muchos cambios en más de veinte años entre ambos países. Algo positivo que ha traído el TLCAN es el incremento considerable de las actividades comerciales en ambos lados, lo que ha contribuido a crear una economía cercana y muy comprensible. Estados Unidos sigue estando muy interesado en invertir en México. Otra mejora es que se ha creado un flujo constante de conversaciones lo que ha generado un ambiente de confianza en ambos lados de la frontera. Hay otros temas pendientes como la homologación de policías del transporte, los camioneros, la paquetería, digamos empresas como UPS, o FEDEX que deben revisarse. Otro punto es que ambos gobiernos están en conversaciones para armonizar las diferencias en las regulaciones del comercio exterior y la eficiencia al cruzar la frontera. Aún están pendientes todos estos temas y deben trabajarse.
¿Qué podemos esperar para estos dos años restantes del presidente Barack Obama y de su embajadora Jacobson?
Hay mucho por hacer. El presidente Obama está siendo ahora más efectivo que en los años anteriores. Roberta Jacobson no tiene un nombramiento político temporal sino que es una profesional del servicio exterior con carrera por lo que no tiene que irse automáticamente cuando Obama deje la Presidencia. De hecho, sospecho que ella hará un buen trabajo y que permanecerá como embajadora llegue quien llegue a la Casa Blanca.
Sólo por curiosidad, ¿qué le gustó más de México y por qué?
¡Son muchas cosas! En primer lugar, la gente. Agradable, cálida, divertida. Mi esposa y yo conocemos treinta y un estados de los treinta y dos, con lo cual constatamos las grandes diferencias entres las variadas regiones de México. Me gusta el orgullo particular que tienen los mexicanos de su país. Y en estos días, veo con agrado el liderazgo político actual lo que le permitió a México alcanzar las reformas y ganar respeto internacional. Nos impacta el esfuerzo que hacen para legalizar esas reformas. Fue muy emocionante estar allí en el momento del cambio y ahora el futuro de México, así como la relación bilateral con Estados Unidos será brillante.
@ophelyas

