Entrevista a Eugenio Anguiano | Exdiplomático
Nora Rodríguez Aceves
Entre los cambios que realizó el presidente Enrique Peña Nieto está el de Claudia Ruiz Massieu, que deja la Secretaría de Turismo para hacerse cargo de la política exterior del país desde la Secretaría de Relaciones Exteriores.
La nueva canciller será la encargada de darle continuidad a la política exterior que México ha desplegado sustentada en cuatro pilares: fortalecer su presencia internacional; ampliar la cooperación para el desarrollo; promover el valor del país en el mundo y velar por los intereses de nuestra nación en el extranjero.
A tres años de gestión de política exterior de Peña Nieto, Eugenio Anguiano Roch, desde su experiencia como diplomático, expresa a Siempre! su balance en donde afirma que “la política exterior de México se ha debilitado mucho, ha perdido presencia en los temas multilaterales donde jugaba un papel importante en los foros sobre la no proliferación de armas nucleares y desarme y aunque siguen los delegados mexicanos participando y defendiendo posiciones que tenemos, desde hace tiempo la presencia a nivel político del Estado mexicano se ha reducido, lo cual yo creo que se debe a que en los intereses del presidente de la república no están las acciones en estos foros en un lugar jerárquico elevado, excepto en lo económico”.
En cuanto a recuperar el liderazgo en América Latina, señala que “no es un interés primordial del actual gobierno mexicano —ni del último— recuperar un liderazgo de América Latina, es más, nunca se planteó la idea de un liderazgo como tal, simplemente México jugó papeles importantes no porque quisiera ser líder sino porque necesitaba mantener la estabilidad y la paz en la región, particularmente en Centro América”.
Eugenio Anguiano rechaza que la política exterior que se ha aplicado en este sexenio de Peña Nieto siga el modelo que llevaba a cabo el presidente Adolfo López Mateos, “tratar de volver a colocar el país en el escenario internacional buscando una diversificación hacia aquellas regiones del mundo donde México no ha tenido una presencia en términos tradicionales”. Pues afirma que “hay una gran diferencia entre una cosa y la otra, cuando el presidente López Mateos inició esos viajes por el mundo que incluyeron tres continentes, él fue el primer presidente que llegó a Asia y a la Europa entonces socialista, con Yugoslavia, y no por razones económicas porque la economía mexicana de aquellos años era muy cerrada, nuestro comercio exterior era muy limitado, la estrategia de crecimiento de país era en sustitución de importaciones, lo que López Mateos llevaba como objetivo era diversifica los vínculos políticos de México con países tan remotos y lejanos como Indonesia o Yugoslavia o Filipinas, y eso era con el objeto de poner, ahí sí, la imagen política, no la imagen turística, de México en un punto en el cual se le reconociera como un país diversificado, que dependiendo y estando en la órbita de influencia de Estados Unidos, sin embargo, tenía una gran capacidad de maniobra independiente y además lo hacía López Mateos en momentos en los cuales la relación Cuba-Estados Unidos empezaba a deteriorarse, hasta aterrizar en la crisis de 1962”.
Un país para los inversionistas
Entonces “es distinto el momento, es distinto el objetivo; el objetivo del presidente Peña es divulgar lo que es México como oportunidad para las inversiones, tener vínculos muy simbólicos como reunirse con los grandes empresarios del mundo en los foros empresariales. Eso ya viene desde el presidente Carlos Salinas, y que el mensaje no era la diversificación política. Ahora ya no hay Guerra Fría, no hay bipolarismo de poder como había en la época de López Mateos, no hay necesidad de hablar de terceros caminos; pero sí es necesario seguir insistiendo en que políticamente el mundo tiene que entrar en un sistema de relaciones multipolares; no hay mensaje de esa naturaleza. Compare por ejemplo el discurso político de la señora Michelle Bachelet, presidenta de Chile, en el mundo, con el presidente Peña Nieto; y ya no digamos con la señora Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, donde el discurso es más político. Aunque el fondo sea buscar oportunidades económicas es sobre todo una intencionalidad política porque buscamos otros países por necesidad de acercamientos políticos, que permitan las inversiones, pero aquí el mensaje es la inversión extranjera, por eso se deriva que hay que cuidar que lo que el mundo piense de México sea bonito para que las inversiones sigan llegando, ahí también se ve la pobreza de enfoque”.
Eugenio Anguiano trabajó en la Secretaría de Hacienda y en Relaciones Exteriores; fue embajador de México en Costa Rica, China —dos veces—, Argentina, Austria y Brasil. Fue representante permanente de México en Naciones Unidas-Viena; miembro de la Junta de Gobernadores de la Organización Internacional de Energía Atómica; representante suplente de México en el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.
Actualmente es profesor e investigador asociado del Centro de Investigaciones y Docencia Económica. En el periodo 1994-2008 tuvo similar posición académica en El Colegio de México, donde fue director del Centro de Estudios de África y Asia.
Visión estrecha de Peña Nieto
Por eso, con la autoridad en materia de relaciones internacionales que le da haber ocupado todos estos puestos, comenta que hay un punto que a él le llama mucho la atención y es que “públicamente el presidente ha dicho que lo más importante de su política exterior está en cuidar y elevar la imagen de México en el mundo, y eso es un concepto de política exterior estrecho porque, en resumidas cuentas, la imagen de un país depende de los hechos internos, de los acontecimientos y desarrollos internos, y la imagen de México en el mundo se ha deteriorado simplemente por acontecimientos como la desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero, la ejecución de 22 personas en el Estado de México y la fuga del principal narcotraficante del mundo, el Chapo Guzmán; solamente esos tres acontecimientos bastan. No importa qué hagan los diplomáticos mexicanos para elevar la imagen de México en el mundo, ésta se ve, se ha visto muy mermada y muy golpeada por solamente esos tres hechos que he citado, sin mencionar otros que andan por ahí”.
Política exterior activa
Por lo tanto, yo siento, desde lejos —porque no estoy cerca para oír ni puedo repasar todos los discursos que el presidente ha hecho en materia de política exterior—, que su preocupación central ha sido cuidar la imagen del país. Está bien desde el punto de vista de aparentar una imagen, pero no es el papel de la política exterior, pues el papel de ésta es tener un papel protagónico en temas que le interesen a México y en la protección de los mexicanos en el exterior.
Eugenio Anguiano explica que “la política exterior tiene que ser activa, y con eso indirectamente mejora una imagen. Por la presencia de México en temas bilaterales por ejemplo con Estados Unidos, en América sí hay una presencia importante, pues el presidente Peña Nieto ha tenido un acercamiento con Perú, con Chile, con Colombia, con Costa Rica, y los temas sobre todo multilaterales que tienen que ver con desarme, preservación de la paz, los grandes problemas que tiene el mundo ahora en cuanto a movimientos migratorios, desplazados por las guerras que ha habido, el terrorismo internacional… son temas que ameritan que la diplomacia mexicana sea muy activa, y al ser activa en esos temas indirectamente está subiendo la posición, la imagen, el prestigio mexicano en el mundo”.
Y va más allá el exembajador: “El prestigio de un país no se hace a través de promociones turísticas o de decir: «México está muy bien», vea los discursos del presidente en el extranjero y eso dice —y está bien que lo diga, pero eso no es política exterior—, sino una política exterior que ha tratado de rescatar cosas que se habían perdido como la relación con Cuba, y más o menos lo han hecho bien, pero México de todas maneras fue ignorado a pesar de los años de relación política que ha tenido con la isla caribeña, fue ignorado tanto por el lado cubano como por el lado de Estados Unidos, cuando iniciaron un proceso de acercamiento político. En fin, es una política exterior tímida, es una política exterior de falta de alcances políticos importantes porque tiene una preocupación que, siendo genuina y válida, no se resuelve con imágenes; la preocupación del prestigio en el mundo tiene que ver con los hechos internos”.
Ruiz Massieu, sin experiencia
De ahí que con una larga carrera en el servicio exterior mexicano, considere que el panorama para la nueva canciller es “complicado porque la secretaria Ruiz Massieu no tiene en su currículum una experiencia visible en temas de política internacional, sin embargo parece, eso es lo que dicen las noticias, que como secretaria de Turismo hizo un buen papel; ahora es muy distinto, pues ahí sí, como secretaria de Turismo su papel sí es fomentar, divulgar, una imagen de un México turístico, ése es su papel; pero de eso a defender, ejecutar y diversificar los intereses políticos de México en el mundo hay un abismo”.
No obstante, le desea que le vaya bien, “es una mujer joven y uno a priori no tiene por qué decir qué está mal o qué está bien, simplemente sus antecedentes son escasos en cuanto a política exterior, pero no sería la primera ocasión que eso ocurriera; el mismo exsecretario José Antonio Meade tiene una trayectoria como economista muy destacada, entonces, cuando llegó de Hacienda, que llegó siendo subsecretario, a la Secretaría de Relaciones también muchos se preguntaban ¿cuál es su experiencia internacional?, más allá de ser economista y de haber participado en foros económicos internacionales no había otra experiencia visible, y sin embargo, lo hizo bien, bueno yo no me atrevería a adelantar juicios, simplemente diría que tendrá dificultades y en última instancia tanto el secretario saliente como la secretaria entrante dependerán mucho de que el jefe del Estado mexicano realmente quiera o no meter en su esquema una proyección política exterior amplia, no un esquema de cómo fomentar la imagen del país, eso depende mucho del jefe de Estado y de eso dependerá la capacidad de acción de los secretarios de Relaciones Exteriores en turno”.
Al preguntar si con este cambio de titular en la política exterior Peña Nieto podrá terminar su sexenio con una buena imagen ante el mundo, Anguiano Roch asegura que “hasta ahorita no ha tenido grandes tropiezos, pero tampoco es una política exterior que se distinga por su calidad; vamos a ver en lo que le resta del sexenio pero una de las cosas en que sí debería de fijarse mucho es cómo hacer que internamente nuestras instituciones resuelvan problemas que no se han resuelto, la impunidad en todos sentidos que hay en el país es lo que más llama la atención en el resto del mundo”.