A pocos días para que se cumpla el año sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, este domingo se desploma y se cae a pedazos la versión que diera conocer la PGR sobre la desaparición de los estudiantes de la Normal Isidro Burgos.
Recordando aquella versión y la reconstrucción de los hechos que señalaba la PGR en donde el exprocurador de la república, Jesús Murillo Karam, expresaba en conferencia de prensa con base en la reconstrucción de los hechos realizados por dicha dependencia donde los estudiantes que sobrevivieron al ataque ordenado por Jose Luis Abarca aquel 26 de septiembre fueran llevados a una brecha ubicada entre Iguala y Cocula, y entregados al grupo de Guerreros Unidos, para posteriormente incinerar a los 43 normalistas durante 17 horas en el basurero de Cocula.
Los estudiantes no sólo fueron calcinados, de acuerdo con la versión que daba aquel 27 de enero la PGR, sino que también señalaba que los restos fueron arrojados al Río San Juan en Guerrero.
Aquel día, el entonces procurador Murillo Karam dijo: “ésta es la verdad histórica, basados en pruebas aportadas por la ciencia y como se muestra en el expediente”, al dar a conocer sobre los avances de las investigaciones sobre la desaparición de los estudiantes.
El día de hoy esa “verdad histórica” se convierte en una falacia desmentida por la investigación realizada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (GIEI), los expertos señalaron en conferencia de prensa que los normalistas no fueron incinerados en el basurero de Cocula.
Los expertos de la CIDH consultaron al perito José Torero, quién acudió el día 12 de julio al basurero de Cocula y realizó diferentes pruebas donde estableció las condiciones necesarias para incinerar un cuerpo.
El experto Francisco Cox declaró que el perito les demostró que las evidencias y el estado de arte de la ciencia en fuego indica que el óptimo para incinerar un cuerpo es horno crematorio, en esas condiciones el tiempo requerido es entre 90 a 120 minutos de un solo cuerpo.
Asimismo, señaló que para quemar, por ejemplo, un neumático al aire libre, todo el proceso concluía en 60 horas, sin embargo los detenidos que estuvieron en el lugar sólo 16 horas y que habían usado entre 10 y 15 llantas para quemar los cuerpos, por lo cual descartaron como válidas sus declaraciones.
Y precisó que para incinerar un solo cuerpo se necesitarían 650 kilogramos de madera, además la llama por la supuesta quema se habría tenido que inclinar hacia el basurero, encendiendo todo el plástico, y éste es un basurero seco, donde se tendría que haber generado un incendio forestal que hubiera quemado la zona, lo cual no ocurrió.
Declaró que las llamas hubieran sido de siete metros y el humo hubiera alcanzado 300 metros de altura, por lo que se hubiera visto desde el pueblo de Cocula.
Los expertos consideraron que los testimonios de los presuntos culpables, en los cuales se basa la versión de la procuraduría no son “fiables”.
Además, descartaron la posibilidad de que una de las personas que supuestamente participo en el incendio colocara más combustible para que no se apagara el fuego. Uno se puede acercar a 4 y 16 kilowatts sin trajes especiales, sin quemarse, mientras que hay una declaración que señala que después de seis horas bajaron a echar más combustible, posibilidad descartada por el GIEI y argumentó que científicamente sería imposible, ya que la persona que hubiera bajado se hubiera quemado viva.
