Para desgracia del gobierno
José Luis Camacho Acevedo
Dice Carlos S. Reich, un científico amante de los viajes, la literatura, la buena música y ¡la geopolítica!, famoso por su ameno e ilustrativo blog Think, Eat, Travel, acerca de la teoría del caos lo siguiente:
“Popularmente, se le llama Teoría del Caos a la rama de las ciencias exactas, principalmente física y matemáticas, que trata sobre comportamientos impredecibles en sistemas dinámicos (sistemas complejos que cambian o evolucionan con el estado del tiempo). La Teoría del Caos plantea que el mundo no sigue un patrón fijo y previsible, sino que se comporta de manera caótica y que sus procesos y comportamiento dependen, en gran manera, de circunstancias inciertas. Esto plantea que una pequeña variación en el sistema o en un punto del mismo puede provocar que en un lapso de tiempo a futuro éste presente un comportamiento completamente diferente e impredecible. No es propiamente una teoría, sino un gran campo de investigación abierto que abarca numerosas líneas de pensamiento.”
Desgraciadamente para el gobierno mexicano el caso de los 43 normalistas de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala, se ha convertido en algo impredecible, incontrolable y lamentablemente causa de un desprestigio, nacional e internacional, sobre los temas de derechos humanos y los indeseables casos de la “desaparición forzada”.
Es una teoría del caos sin lugar a dudas.
El presidente Peña Nieto recibió a los padres de los normalistas desaparecidos. Esa entrevista está predeciblemente condenada a contribuir muy relativamente, casi en nada se podría pronosticar, al esclarecimiento de los hechos de Iguala y de Cocula y por lo tanto en la disminución de la creciente inconformidad y desesperación de los padres de los muchachos desparecidos.
Lo que se gana con esa entrevista entre el mandatario y los demandantes de esclarecimiento y justicia en el caso de referencia es la impronta de un Peña Nieto sensible a un asunto que ha conmocionado al país y cuyas repercusiones en el exterior han logrado condicionar durante casi un año la agenda del gobierno federal. Pero nada más.
Dice en una de sus más recientes entregas que publica en El Universal el agudo columnista Salvador García Soto que dos colaboradores informaron mal y a destiempo a Peña Nieto sobre la gravedad del asunto. Señala el columnista como responsables de ese descuido a Jesús Murillo Karam y al ahora titular de Educación Pública, Aurelio Nuño.
Coincido con García Soto en que el gobierno federal se tardó en entrar de lleno a conocer, administrar y tratar de esclarecer con diligencia el asunto que hoy lo tiene sentado en una especie de banquillo de los acusados. No comparto sin embargo el reparto de culpas que hace García Soto.
Jesús Murillo era el responsable de informar y de sugerir al Presidente la gravedad del asunto y la acción que correspondía realizar al gobierno federal. Ése sí le falló al Presidente.
Por diferentes razones que enumero a continuación, el caso de Nuño no está en ese mismo rasero.
Nuño, como jefe de la Oficina de la Presidencia era, por fatalidad burocrática, un funcionario impedido de conocer procesalmente los detalles profundos del caso y su responsabilidad estaba acotada por la de las formidables competencias constitucionales que tenía el procurador.
Por cosas como esa argumentación de García Soto la teoría del caos se ha enseñoreado en el desarrollo del caso Ayotzinapa para desgracia del gobierno. Tal parece que, para el lado que se mueva, puede irle más mal de lo que ya le ha ido.
Lo que espera la sociedad es que se llame a cada uno de los actores que tuvieron que ver, unos en el origen del conflicto y otros en su administración, para que la madeja empiece a desenredarse. Repasemos la lista de los que deben comparecer y las razones que justifican su presunta responsabilidad:
El primer compareciente debe ser Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien como gobernador de Guerrero el 26 de septiembre tenía el control del aparato de seguridad del estado en donde ocurrieron los hechos.
Aguirre tiene amarres políticos sólidos y es un verdadero costal de mañas. Pero de que tiene mucho que explicar, de ello no hay la menor duda.
También deben ser citados personajes como Lázaro Mazón, que apoyó la candidatura y posterior campaña de José Luis Abarca para la presidencia municipal de Iguala. Mazón fue el abierto candidato a gobernador de Guerrero impulsado por su protector, Andrés Manuel López Obrador, cuando el mesiánico líder de Morena aún pertenecía al PRD.
El autoexiliado en París Marcelo Ebrard, quien fue uno de los principales impulsores en el interior del perredismo de la candidatura de don Ángel al gobierno guerrerense, pero que hoy en día permanece en el más absoluto silencio por los graves pendientes judiciales que trae por su desastroso desempeño como jefe del gobierno capitalino, también tiene mucho que decir sobre los orígenes de este asunto.
Obviamente deben comparecer tanto Jesús Murillo Karam como Tomas Zerón, encargado directo de la investigación oficial de los sucesos. Estos dos funcionarios deben ser llamados a declarar porque ya son públicamente señalados como los creadores de la llamada mentira histórica del caso.
Los sabuesos de la procuradora Arely Gómez deben seguir con lupa a quien resulte ser el dueño del quinto camión secuestrado esa noche por los estudiantes, así como al que sea el propietario de lo que trasportaba el enigmático vehículo, el cual de acuerdo con diversas versiones trasladaba en realidad un cargamento de drogas con destino a Chicago.
Jesús Zambrano fue acusado por Jesús Abarca de haber vendido la candidatura a la presidencia de Iguala en dos millones de pesos. Su comparecencia es obligada.
Graco Ramírez, ahora convertido en el primer autoprecandidato presidencial 2018 por el moribundo PRD, al parecer facilitó el escape rumbo a la Ciudad de México del matrimonio Abarca-Pineda, en donde finalmente fueron detenidos, también debe ser citado a declarar.
Jesús Ortega y Carlos Navarrete, los otros Chuchos que hicieron posible que Abarca fuera el alcalde de Iguala, y ya perfilaba a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa para que lo sucediera en el cargo, todo esto con tal de obtener mayores cotos de poder, sin importar a quiénes llevaban al poder.
Las madres de cinco de los desaparecidos se encontrarán con el papa Francisco el próximo sábado 26 de septiembre, en una de las actividades del pontífice durante su visita en Estados Unidos, las mujeres fueron invitadas por la Red de Inmigrantes Unidos por México, quienes a su vez convocaron a otros grupos para formar la Coalición Ayotzinapa acude al Papa.
Los padres de los estudiantes han anunciado que durante el diálogo que sostendrán las madres con el papa Francisco se le expondrá la crisis de derechos humanos que se vive en México.
Impredecible, de comportamiento cambiante, inestable por definición, la teoría del caos preside hoy los acontecimientos que son resultado del caso Ayotzinapa.