Patricia Gutiérrez-Otero
Utilizar los bancos es parte de nuestra cultura occidentalizada. En los bancos guardamos el dinero, ellos lo usan para su beneficio. Para acceder a él se ha vuelto común el uso de la banca en línea. Muchos hemos acudido a ella por la facilidad de transferir dinero a otras personas sin tener que ir físicamente a los bancos. Nos sentimos más seguros porque no llevamos dinero ni cheques con nosotros.
No hay mucha información sobre los atracos vía electrónica. Según datos de las autoridades de Estados Unidos, entre julio y septiembre de 2009, los ciberdelincuentes robaron más de 25 millones de dólares en la banca online de pequeñas y medianas empresas, esto sin mencionar los robos a ciudadanos individuales. Los atracos no electrónicos durante el mismo periodo en Estados Unidos fueron de 9,4 millones en pérdidas, menos de la mitad del robo virtual. En México, los bancos suelen no asumir su responsabilidad, prefieren hacer que ésta recaiga en los usuarios. No realizan investigaciones serias para conocer la verdad.
Entre más busca uno información sobre delitos cibernéticos, encuentra más casos que tienen en común la falta de respuesta positiva por parte de los bancos así como el hacer recaer la responsabilidad en el usuario, la casi nula capacidad de resolución por parte de la Condusef, la imposibilidad de la Coordinación de Prevención de Delitos Electrónicos de actuar sin petición del Ministerio Público, trámite largo y cansino.
La “bancarización” es la obligación de tener que utilizar los bancos para la administración de nuestro dinero. Por ejemplo, los depósitos salariales pasan a través del banco, las declaraciones de Hacienda (SAT) deben hacerse a través de bancos y en línea, así como los registros de ingresos y egresos. El ciudadano se ve obligado a tener una cuenta bancaria y a usarla para múltiples trámites. El gobierno nos mantiene así amarrados al sistema bancario y, cada vez más, al uso de Internet para realizar múltiples gestiones.
Sin embargo, los sistemas en línea son sumamente frágiles. La seguridad se ve rebasada por hackers y/o por personal de las instituciones. Incluso hay robos de identidad en las líneas del SAT, ¿si te roban la identidad, quién debe demostrarlo? Tú. ¿Quién debe perder el tiempo para hacerlo? Tú. No hay duda, este es un campo fértil para los ladrones individuales, pero también para el crimen organizado. Estos sistemas deberían gozar de una seguridad que por el momento no se tiene. Por lo tanto, el ciudadano no debe estar obligado a usarlos.
En cuanto a los bancos. Se curan en salud diciendo que el usuario debe tener todos los cuidados, que debe proteger su token o llave, que él es responsable. Por ello, no investigan cuando un crimen les es reportado ni dan otra explicación ante la Condusef. Yo lo he vivido, y me he percatado de que muchos han pasado por las mismas experiencias que yo. Incluso del 2008 al 2011 existió un grupo de clientes defraudados que pedían que se les resarciera por el daño que sufrieron. Ana María Salazar presentó el caso en canal 40 (https://www.youtube.com/watch?v=53EPnjHC1LU) . Por mi parte, al ser víctima de un robo vía transferencias del banco Santander, y no obtener resolución positiva, he lanzado una petición para reunir firmas de apoyo https://www.change.org/p/me-robaron-por-banca-en-l%C3%ADnea?recruiter=20939731&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink.
Este es un problema de la era digital, nos conduce a un nuevo tipo de delincuencia, hay que tomar conciencia de ello y actuar para que el gobierno y los bancos protejan a sus ciudadanos y clientes.
Además, opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés, que se respete la Ley de Víctimas, que se investigue seriamente el caso de Ayotzinapa, que el pueblo trabajemos por un Nuevo Constituyente, que Aristegui y su equipo recuperen un espacio radiofónico.
