Entrevista a Carlos Illades | Profesor-investigador de la UAM Iztapalapa

Irma Ortiz

Guerrero, estado donde campea la conflictividad social, los cacicazgos, la pobreza, la desigualdad, donde la alternancia política no ha minado la barbarie y sí el crecimiento de las organizaciones criminales, tendrá un nuevo gobernador: el priista Héctor Astudillo, quien deberá enfrentar éstas y otras realidades que han hecho de la entidad una de las más pobres y violentas del país.

El nuevo mandatario estatal ya se ha entrevistado con las principales autoridades federales para establecer una nueva estrategia de seguridad, que se pondría en marcha una vez que asuma el poder y donde se dará prioridad a los municipios más afectados por la delincuencia.

La situación de Guerrero es crítica, opina el doctor en historia por El Colegio de México, Carlos Illades Aguiar, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, y asegura a Siempre! que no basta la entrega de recursos —que nunca son suficientes— ni el envío de más fuerzas federales si no van acompañados de una cirugía mayor, con un rediseño de instituciones que reduzcan la pobreza y desigualdad rampantes y que den opciones de vida, de desarrollo, a los jóvenes guerrerenses

Conocedor de la realidad de la entidad, Illades, autor de diversos libros, entre ellos, Guerrero. Historia breve, reflexiona sobre la situación que priva en ese estado.

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A mi juicio, la situación del estado es crítica porque en Guerrero lo que tenemos es una penetración muy fuerte en todos los ámbitos; por un lado, de los poderes de la entidad, y también en una escala económica importante del crimen organizado.

Guerrero en los últimos años se ha destacado por ser una de las entidades donde ha crecido más fuerte la violencia, donde sus ciudades principales: Acapulco, Chilpancingo y, ahora, Iguala figuran entre las más violentas del país. Acapulco es la más violenta del país y la tercera más violenta a escala mundial. Todo enmarcado en un crecimiento muy importante del tráfico de drogas en la entidad.

Guerrero tiene la peculiaridad —muy negativa para el estado— de que a la vez es un productor muy importante de amapola, con el cuarenta y tantos por ciento de la amapola que se produce en el país y además de los opiáceos, que producen heroína y otros estupefacientes, que lo vuelven muy atractivo en el mercado mundial de las drogas y en particular en Estados Unidos, donde ha crecido este consumo. También un productor importante de mariguana desde hace mucho tiempo.

Por un lado, productor; y, por otro, el estado forma parte de la ruta del tráfico de la droga que viene de Sudamérica también hacia Estados Unidos, es lugar de tránsito y de producción, lo cual promueve una violencia fuerte en la entidad.

 

Atraso, pobreza y desigualdad

Si a eso le agregamos que históricamente es una entidad atrasada, mal comunicada, con uno los índices más pobres del país —junto con Chiapas y Oaxaca—, y, por otro lado, tiene fuerzas políticas con una estructura arcaica, como los cacicazgos que vienen de la formación del estado desde 1849.

El estado es formado por caciques, el principal fue Juan Álvarez, y luego los cacicazgos se van reproduciendo, como el caso de los Figueroa, que es fundamental para el siglo XX guerrerense. Lo que tenemos es una combinación de factores que multiplican el conflicto y la violencia en Guerrero.

El cambio de gobernador se da en unas condiciones bastantes difíciles y también porque en este año transcurrido, desde la desaparición de los estudiantes en Iguala no ha habido ningún cambio importante en la entidad. Han sido bastante desalentadoras las consignaciones y la distribución de responsabilidades después de los sucesos de Iguala, me refiero a las responsabilidades locales, federales o estatales, de tal manera que la situación es muy complicada.

Si a eso le agregamos que ha habido una movilización social intensa a lo largo de este año —aunque creo que ha bajado un poco, pero también es bastante fuerte—, la condición es muy difícil. No ha cambiado nada, es un estado con problemas estructurales y con una injusticia crónica diría yo, una desigualdad extrema y una injusticia crónica.

 

Alternancia y estabilidad política

No, estabilidad en el sentido en que antes era raro el gobernador que terminaba el periodo. Son aproximadamente 6 u 8 gobernadores que en el siglo XX no terminaron su gestión, aunque Ángel Aguirre tampoco la concluyó.

Lo que la alternancia sí hizo fueron gobiernos más durables, más largos pero no es suficiente porque la conflictividad social es muy elevada, es una estabilidad en todo caso insuficiente y sumamente precaria.

Hay en esto un conflicto añejo, que es fundamentalmente entre los caciques y los movimientos sociales en el siglo XX, que son los de Huitzuco, cerca de Iguala, de Cocula, lugar importante sobre la masacre de los estudiantes; y por el otro lado las guerrillas, que han sido alimentadas sobre todo en la región de la Costa Grande, en lo que es Atoyac y alrededores.

Ese conflicto es añejo y se le ha sumado desde hace años el crimen organizado, que ya es un factor muy importante no sólo en la economía sino en la política guerrerense, porque como hemos visto el desarrollo de las elecciones —no sólo en Guerrero sino en distintos lados, pero en la entidad de manera notable—, se inyectan muchos recursos irregulares o de procedencia ilícita en las elecciones, y uno de los grupos o núcleos con recursos suficientes para eso es el del crimen.

El crimen interviene y obviamente se beneficia de los procesos electorales al poner gente cercana o a la que le deban favores los políticos, y éstos luego se convierten en gobernantes, tienen muchos más apoyos de los que tendrían habitualmente. Ahora la política es mucho más riesgosa pero también es muy rentable. Hay muchos más recursos a disposición de la gente que gobierna y ahí el crimen es un factor muy importante.

Del otro lado, del lado de los movimientos sociales y en particular del lado de la guerrilla, ésta ha avanzado, pero no creo que sea una amenaza fundamental o central ni para el Estado mexicano, ni siquiera para el gobierno guerrerense, pero a veces desdoblándose como autodefensas en algunos lugares.

Sin embargo en otras comunidades han surgido autodefensas simplemente por el hartazgo ciudadano y porque el Estado no garantiza el principio fundamental de su existencia, que es la defensa de los ciudadanos. A lo que voy es que a conflictos que son viejos, que vienen de un tiempo lejano, se han sumado actores nuevos, pero con armas y recursos.

 

Escenarios

A corto plazo, se advierten escenarios muy complicados, supongo que el gobierno federal apoyará, más cuando se trata de un gobernador de extracción priista, por tanto más cercano al gobierno federal. Supongo que lo apoyará con recursos, aunque también apoyó con fondos al gobierno de Ángel Aguirre y al gobernador interino Rogelio Ortega.

Creo que habrá apoyos de ese lado, pero lo fundamental es que si no cambian las estructuras —y me refiero a las estructuras no sólo sociales sino institucionales—, los apoyos resultan insuficientes o se dilapidan.

Supongo que va a haber recursos pero no sé si sean suficientes para solucionar incluso problemas básicos. El nivel de penetración del crimen en la entidad es tan importante que no se soluciona simplemente inyectándole recursos ni tampoco sólo desplazando fuerzas armadas a la entidad.

Una cosa que llama la atención es que en, por lo menos, los dos últimos años, la violencia y las organizaciones criminales han ocurrido en presencia de fuerzas federales. No es que Guerrero no haya sido apoyado por el ejército o por la policía federal en situaciones concretas, incluso han ido a Acapulco, a Chilpancingo, a Iguala llegaron luego de los sucesos de septiembre del año pasado, y, sin embargo, no han bajado los índices de violencia.

Si sólo se trata de dar recursos, que siempre son insuficientes, pero que además no vayan y atiendan a la población en los lugares indicados, y además con estructuras institucionales ya bastante descompuestas; y si, por otro lado, existe presencia armada pero que no altera sustancialmente el statu quo dominado por los criminales, tampoco eso va a cambiar mucho.

En síntesis, si siguen haciendo lo mismo, ya sea por la vía de los recursos o por la vía de desplazar fuerzas de seguridad federales, no resultará suficiente. Guerrero requiere una cirugía mayor, ideas más imaginativas para solucionar los problemas y, por otro lado, tratar progresivamente de reducir la desigualdad, la desocupación en la entidad.

Guerrero es uno de los estados que tiene más migración, está entre los 10 primeros. En migración interna es el más importante del país. ¿Qué tenemos?, que los jóvenes tienen la opción o de migrar o de estudiar o convertirse en criminales. Mientras eso no cambie no va a haber muchas modificaciones en la situación. Es una empresa muy difícil y no he escuchado nada hasta ahora, al menos en las campañas políticas, que indique un giro importante en término de soluciones a los problemas de Guerrero.