Cambia de opinión el establishment internacional
Se puede confiar en las malas personas;
no cambian jamás.
William Faulkner
José Fonseca
Hace muchos meses, desde principios de 2015, en este espacio generoso de Siempre!, quien esto escribe puso a un artículo este título: “¿Qué se comió México?”
La pregunta fue y es pertinente porque encontramos una curiosa cronología. Todavía en mayo de 2014 en los medios internacionales se proclamaba The Mexican Moment, como reconocimiento a las reformas estructurales aprobadas por el Congreso.
De pronto todo cambió. Los elogios se convirtieron en denuestos, en descalificaciones y empezaron las críticas por presuntas y “generalizadas” violaciones a los derechos humanos en México.
La pregunta era y es válida, porque algo hubo de ocurrir para el repentino cambio de opinión del establishment internacional, el político y el financiero, cuyos intereses se vinculan tan estrechamente.
Durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988), todos los “objetivos” medios internacionales denunciaban al gobierno mexicano por tolerar el narcotráfico. Hasta se indujeron calumnias contra el entonces presidente.
Luego, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) logró renegociar con la banca internacional la deuda externa, con el apoyo de la Casa Blanca.
Al poco tiempo empezaron las negociaciones del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Y las críticas a México por el narcotráfico amainaron. Estos asuntos trascienden partidos, pues el demócrata Bill Clinton presionó a su Congreso para aprobar el acuerdo comercial. Al poco tiempo, el Departamento de Estado eliminó la certificación anual que “otorgaba” a México para calificar su conducta en la lucha contra el narcotráfico.
Así, desde hace ya año y medio que se ha intensificado la presión sobre México por el tema de los derechos humanos.
Y aquí han encontrado tierra fértil entre los damnificados por las reformas, la fiscal y la energética, y por contiendas electorales, muchos de los cuales tienen gran presencia mediática, con lo cual la campaña internacional se ha hecho nacional.
Claro, en este año y medio han ocurrido hechos trágicos, como el asesinato de los normalistas en Iguala y otros incidentes que han reforzado las premisas de la campaña internacional.
No se trata de caer en la tontería de las teorías conspirativas; pero sabemos que en asuntos geopolíticos las coincidencias no existen.
Inteligencias más lúcidas y capacitadas podrían revisar la cronología que, insisto, mantiene la validez de la pregunta: ¿qué se comió México?
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