Navarrete ahora resulta un experto

Félix Fuentes

Tarde, como es costumbre en estos años, la Procuraduría General de la República (PGR) dijo que no está entre sus facultades revisar conductas de candidatos de partidos políticos. Debió decirlo cuando se lavó las manos el PRD al enviarle una lista de prospectos a las elecciones de 2012 y 2015.

Entre sus alharacas, el aún líder amarillo, Carlos Navarrete, dijo a la PGR que debió revisar la lista de candidatos perredistas que le envió e informar si eran de mala conducta.

La PGR no es sirvienta de partidos políticos y no tiene por qué revisar el historial de prospectos a puestos de elección popular.

Desde su arribo al liderazgo del PRD, Carlos Navarrete ha sido pertinaz defensor de candidatos del Sol Azteca a alcaldías de Guerrero, incluida la de José Luis Abarca en Iguala.

Eso causó confusión en familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa que, en vez de formular sus reclamos al gobierno de Guerrero y al PRD por ser copartícipes de los desaparecidos, optaron por culpar al gobierno federal de las “desapariciones forzadas”.

Pasado más de un año de los secuestros y homicidios, dichas familias insisten en que lo sucedido a sus hijos es crimen “de Estado” y el gobierno debe entregarlos vivos, lo cual ya se convirtió en exigencia traumática, fallida.

El jueves 29 de octubre pasado, fuerzas especiales del Ejército capturaron en Morelos al edil perredista de Cocula, Guerrero, Eric Ulises Ramírez, quien departía con Adán Zenén Casarrubias, otro líder del cártel Guerreros Unidos.

Adán Zenén es hermano de Mario y Sidronio, miembros de dicha mafia. Éstos fueron detenidos por participar en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Sidronio reveló en la PGR que el contratista argentino Carlos Ahumada Kurtz se relacionó con la Familia Michoacana y facilitaba su helicóptero a esos criminales. Ahumada fue amigo cercano de Rosario Robles, hoy titular de Sedatu.

Si Eric Ulises Ramírez andaba con individuos de Guerreros Unidos, son claros sus nexos con el narco. Inició su “carrera política” con Lázaro Mazón, de quien dijo que es “el mejor secretario de Salud guerrerense de todos los tiempos”. A ese grupo del PRD perteneció el edil de Iguala, Abarca.

Puesta al descubierto la caterva de perredistas beneficiados con puestos públicos y ligados al hampa, no queda al líder parlanchín Navarrete su dicho de que Ramírez no estaba vinculado al hampa del narcotráfico cuando fue postulado en Cocula y, ya como alcalde… pues algo sucedió.

Navarrete descubrió nueva estrategia del crimen organizado. En larga explicación no pedida dijo que ya no se mete —el hampa— en campañas y tampoco financia candidatos, ni participa en disputas… sólo espera a ver quién gana.

Vaya. Hoy sabe tanto de eso el dirigente amarillo que debiera ser contratado por la procuradora Arely Gómez para orientarla sobre el nuevo comportamiento del narcotráfico. Eso podría significar mejor futuro a Navarrete, si aventó su nombramiento de líder sobre la mesa del PRD y los Chuchos lo tienen como vocero.

En plena debacle del PRD, ayer debió ser elegido el expriista Agustín Basave como líder de ese partido, si sus confundidos militantes suponen que así se salvarán del precipicio.