Entrevista a Pablo Javier Becerra | Profesor-investigador de la UAM-I

 

Nora Rodríguez Aceves

La elección de Agustín Basave como nuevo presidente nacional del PRD era un simple trámite, por eso se bajaron de la contienda los senadores Armando Ríos Piter y Zoé Robledo Aburto, lo cual habla de un problema muy fuerte en el partido no de ahora sino de hace tiempo. Ellos pensaban que se convocaría a una elección abierta para poder hacer una campaña y compartir en igualdad de condiciones, pero la estrategia de Los Chuchos o de Nueva Izquierda, fue totalmente antidemocrática, presentar ya la renuncia definitiva del presidente —Carlos Navarrete— y secretario general —Héctor Bautista— en una sesión de Consejo Nacional para forzar a que en esa misma sesión se eligiera a un dirigente o a una fórmula sustituta fue una trampa completa y totalmente antidemocrática.

“Lamentablemente la llegada de Basave, que es un hombre que se mueve en el terreno de la socialdemocracia, por la vía de la antidemocracia, es un mal signo, obviamente esto dejará golpeados a quienes aspiraban, Ríos Piter, Robledo, Fernando Belaunzarán, y hubo uno más —Onel Ortiz— que tuvo cero votos, Belaunzarán al menos tuvo tres votos en el Consejo Nacional, sí los dejará un poco golpeados, aunque temo que las fuerza de estos políticos no es tan grande como para poner en apuros al PRD, por eso ya aceptaron que así funcionó y esperarán a ver si de esto puede surgir efectivamente el milagro de la renovación y del fortalecimiento del partido, pero es una apuesta, hay que recordar que la política es un casino, los políticos hacen sus apuestas a futuro y podemos suponer si les va a ir bien o mal, sin embargo la única medición de que esto funcione o no será de aquí a 2018, afirma Pablo Javier Becerra Chávez, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa (UAM-Iztapalapa).

El pasado 7 de noviembre, el IX Consejo Nacional del PRD, en su Sexto Pleno Extraordinario eligió al doctor Agustín Basave Benítez como nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional hasta 2017, en sustitución de Carlos Navarrete Ruiz.

De acuerdo con la información proporcionada por el partido del Sol Azteca, “con la presencia de 304 consejeros perredistas, la fórmula integrada por Basave Benítez y Beatriz Mojica Morgan, quien ocupará la Secretaría General resultó electa con 295 votos; mientras que la conformada por Fernando Belauzarán y Celso David Pulido Santiago obtuvo tres votos; y la tercera integrada por Onel Ortiz y Liliana García Martínez, cero votos”.

Presidencia más que cantada

Cabe recordar que la llegada de Basave a la presidencia ya estaba más que cantada tanto en el interior como en el exterior del partido, pues el PRD reformó sus estatutos en el tema de la antigüedad de militancia para aspirar a un cargo en la dirección nacional, cuando se llevó a cabo el XIV Congreso Nacional Extraordinario —del 17 al 20 de septiembre—, con lo que se abría la puerta para que el catedrático pudiera convertirse en el nuevo presidente de los perredistas, luego de la fallida dirigencia de Carlos Navarrete al frente del partido.

En este marco del XIV Congreso Nacional Extraordinario Siempre! tuvo la oportunidad de entrevistar en exclusiva al doctor Basave sobre los cambios que se tendrían que dar para posicionar nuevamente el partido entre las preferencias electorales, de llegar él a dirigir el PRD, y esto fue lo que nos compartió: “tenemos que redefinir la identidad del partido, está desdibujada, hay que redefinirlo como un partido de izquierda, de oposición constructiva y propositiva respetuoso del Estado de derecho, pero de oposición clara y contra este gobierno priista que tanto daño le ha hecho al país, con propuestas alternativas, siempre como una centro-izquierda progresista que está luchando por acercarse a la sociedad y a la ciudadanía, que luche fundamentalmente contra la desigualdad y la pobreza y contra la corrupción, ésa es la definición que debe tener el partido…”

En este sentido, Pablo Javier Becerra expresa a Siempre! su opinión sobre el nuevo líder nacional del perredismo: “De que se renueve o no, eso ya está por verse, más bien lo que habría que explicar primero es a qué se debe que las distintas corrientes del PRD se hayan puesto de acuerdo en que un externo sea su presidente. Lo que se había visto hasta hoy es que algún partido podía postular a externos, a ciudadanos no militantes, como candidatos a una diputación, a una senaduría o incluso a una gubernatura. Hay que recordar que Miguel Ángel Mancera dice que no es miembro del PRD, por lo tanto es externo, pero lo que no se había visto hasta hoy es proponerle a un externo ser su dirigente, modificar los estatutos explícitamente para favorecer a ese ciudadano y finalmente conducirlo hasta la presidencia”.

Eso sí es lo raro, asegura el experto en materia electoral y partidos políticos, aunque es muy interesante ver que un partido, básicamente el PRD, que está integrado por diversas corrientes muy enfrentadas entre sí, haya traído a un externo. Muchos dicen: es que Basave no es propiamente un externo, ya llevaba más de 10 años cerca del PRD, ya había sido candidato a diputado plurinominal de la Coalición Por el Bien de Todos conformada por los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, en 2006, luego anduvo cerca de Andrés Manuel López Obrador; sí, pero en los hechos no es un militante, es un ciudadano que sí estaba cercano a ese partido, sobre todo porque antes había sido un priista relevante, muy cercano a Luis Donaldo Colosio y había llegado a ser, incluso, diputado por el PRI”.

 

No hay confianza entre las corrientes

Por lo tanto, “el asunto central es, a qué se debe que las corrientes hayan coincidido en un externo y tengo la impresión de que el problema es que las corrientes están tan conscientes de que ha sido su enfrentamiento casi suicida el que ha conducido al PRD a donde está, además de que entre ellas no hay confianza, pero para nada, en lo más mínimo, por eso tuvieron que decidir nombrar a un externo, a un ciudadano no comprometido con alguna de las corrientes como presidente del partido”.

Sin embargo, desempeñar este puesto implica que se conoce muy bien el partido, “no es como llegar a ser un gerente que se contrata por sus habilidades técnicas para dirigir una empresa, dirigir un partido implica que se conoce, que se conocen las corrientes, que se conoce la lógica organizativa, que se conocen las entrañas de ese partido, temo que Basave no lo conoce”.

El investigador de la UAM-Iztapalapa explica que “políticamente por lo que he visto hasta ahora Basave se reconoce como socialdemócrata, es decir, como un socialista moderado partidario de reformas graduales, eso es lo que entendemos por social demócrata, lo cual puede ser saludable, de hecho dentro del PRD una corriente que ya se reconocía como más socialdemócrata que de otro tipo de corrientes más radicales de la izquierda, era precisamente Nueva Izquierda, Los Chuchos, lo que puede plantear la idea de que es cercano a ellos. Lo que me extraña es que las corrientes antichuchos, Izquierda Democrática Nacional y algunas otras, las más radicales, que están más cercanas a López Obrador que al PRD mismo, hayan coincidido, hayan aceptado que los dirija Agustín Basave, porque parece que fue una cosa primero planchada entre todas las corrientes y finalmente lo resolvieron”.

Por eso dice Becerra Chávez que hay que ver cómo les funciona el experimento, pero en lo personal le llama la atención eso, “que hayan coincidido en un personaje externo, ¿qué puede resultar de esto? Es un misterio. Hay que recordar que apenas hace más de un año, en septiembre de 2014 el PRD había elegido, con la ayuda del Instituto Nacional Electoral —fue la primera elección interna de un partido que se le encargó al INE—, el Consejo Nacional, delegados a los Consejos Estatales y todo eso, y de esa elección había resultado, los primeros días de octubre, la elección de Carlos Navarrete y Héctor Bautista, presidente y secretario general respectivamente, entonces es de llamar la atención que en menos de un año y un mes después, apenas 13 meses después, ese grupo reconoce su fracaso y se ve obligado a una solución de este estilo; le repito, ¿qué puede resultar de esto? No lo sé, eso ya compete a los propios miembros del PRD, si de eso surja la renovación o no, yo tengo la impresión de que es muy difícil porque cuando López Obrador se escindió de él, el partido fue herido en su propia lógica que le dio origen, que fue la lógica de que el PRD surgió como el partido de un gran caudillo, hay que recordar que en un principio el PRD fue el partido de Cuauhtémoc Cárdenas.

Partido de caudillos

Sobre el tema, el expresidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales agrega que “el mito fundacional básico de ese partido fue la creencia de que Cárdenas había ganado la Presidencia en 1988 y, por lo tanto, se necesitaba otro partido o un partido nuevo para ayudarle a ganarla en 1994 o 2000 o hasta que fuera necesario. Después de 2000 ya no le dio más, su propio desinfle como jefe de gobierno del Distrito Federal y el asunto es que el caudillo que sustituyó al primero, Andrés Manuel López Obrador, le permitió al PRD tener expectativas en 2006 y luego en 2012, pero después fue el propio López Obrador el que renunció al partido, el que se escindió de él, y al hacerlo, efectivamente hizo que perdiera su lógica, que era precisamente girar en torno a un caudillo”.

Aunque, “se supone que el PRD ya estaba listo para iniciar una vida más institucional, una vida más centrada en torno a instituciones que funcionan de manera fluida y no en torno a personajes, pero habrá que ver si eso ocurre, el balance de esto sólo podremos verlo hacia 2018. Si en 2018 en verdad logra reconfigurarse, logra postular un candidato propio, habrá que ver si funciona. Tengo la impresión de que el PRD se va a ir viendo obligado, sobre todo por algunas de sus corrientes internas, a confluir en una gran coalición que en 2018 postule a la Presidencia de la República a López Obrador”.

 

La alianza con Morena

De hecho el propio Basave ha dicho que “él ya buscó a Andrés Manuel para desarrollar alguna política de alianzas con Morena, hasta hoy el tabasqueño ha dicho que no le interesa porque para él los dirigentes perredistas ya forman parte de la mafia en el poder, en este discurso muy lopezobradorista, por eso hay que esperar a ver si Andrés Manuel le hace caso en este momento al PRD para hacer alianzas, que puede hacerlas ya, porque la prohibición que hay en la ley solamente era para la primera elección en que Morena participa por sí mismo, con nuevo registro; como ya lo confirmó, de aquí en adelante Morena puede coaligarse, pero más bien Morena lo que quiere es doblar al PRD para obligarlo a aceptar que el único candidato posible para 2018 es el propio López Obrador, en fin eso podremos verlo sólo en 2018”.

Ante este escenario electoral al profesor de la UAM le parece muy útil que en verdad un político que se define como socialdemócrata pueda “sacar al PRD del atolladero en el que se encuentra, pero personalmente tengo muchas dudas al respecto, el problema no sólo es que el PRD pueda hoy definir una posición ideológica determinada, es decir, no basta abandonar el radicalismo que lo caracterizó los años anteriores en torno a Cárdenas o en torno a López Obrador, sino que hasta hoy lamentablemente las condiciones propias de la política mexicana habían hecho que solamente una candidatura de tipo caudillil pudiera ser relevante, garantizará verdaderamente un cierto cambio ideológico, una cierta moderación socialdemócrata, pero con una posición de partido opositor firme como ha dicho Basave, podrá ser sólo esa definición la que le permita al PRD reconfigurarse o renovarse, ahí es en dónde estará el reto para los siguientes años para ese partido”.

La fuerza electoral del PRD, agrega, no se debía a confianza o legitimidad de sus posiciones políticas se debía al caudillo que lo dirigía, en la medida que esos caudillos se desgastaron, el PRD se vio obligado a construir un nuevo modelo de política partidaria, no lo ha logrado del todo. De hecho, 2015 fue para el partido un parte aguas porque lo hizo caer a niveles que no tenía desde hace años, pero también mostró que no bastó con tratar de reconfigurar el planteamiento político, con tratar de ser más moderados; el problema central es que el PRD fue construido como un partido para un caudillo y hacia allá se dirige para 2018.