Entrevista a Carlos Ornelas | Profesor investigador de la UAM

 

Irma Ortiz

Aurelio Nuño, el secretario con más exposición mediática, cuyas declaraciones se han concentrado en el desempeño de la evaluación educativa y su lucha para que los mentores se “liberen de las cadenas” que representa la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, anunció hace unos días que la dependencia a su cargo presentará un nuevo modelo para educación básica.

Un modelo donde se reforzará la enseñanza del español y de las matemáticas, lo que representaría “siempre y cuando rrecto , ional as matemTrabajadores deña Educaciaci PF para vigilar la aplicaciun paso gigantesco en la calidad de la educación” y que en opinión del experto en educación Carlos Ornelas, investigador de la UAM, es un enfoque correcto, pero donde los detalles son fundamentales, como el hecho de que llegue realmente al núcleo que deberá implementarlo: los maestros.

“El anuncio está alineado con las demandas nacionales y no son arbitrarias, la lengua y matemáticas son fundamentales. Si no aprendemos bien español es muy difícil que aprendamos otra cosa, y si no aprendemos lo básico en matemáticas, los alumnos no asimilan, no ven ni comprenden ese lenguaje simbólico que son los números, que es el lenguaje de la ciencia; si no lo entienden no vamos a poder avanzar en nada.

El enfoque es correcto, no es novedoso, desde la reforma de 1993 se destinaron, de 800 horas ideales al año, 320 a matemáticas y 320 a español en los programas. Hubo protestas, no tanto en manifestaciones sino de los maestros, porque hubo mucho énfasis en dos materias y poco tiempo para otras.

Se metieron materiales y muchas horas de ética cívica, que no está mal, pero eran muchas horas y un montón de proyectos y competencias, y se diluyó la educación básica. El enfoque es el que recomiendan los organismos internacionales pero es muy difícil porque no llega al núcleo que debe hacerse cargo: los maestros.

Para aprender bien matemáticas o español tienen que trabajar mucho los niños y los maestros, encargar tareas todos los días y corregirlas; volver a poner ejercicios y revisarlos. Ver cuáles son las áreas que necesitan más apoyo de parte de los maestros.

La semana pasada en el Congreso Nacional de Investigación Educativa, platicaban que alumnos que terminaban la secundaria no podían sumar fracciones. Hacían la broma de que si ponías medio más un medio, decían un cuarto; lo cierto era que los estudiantes de secundaria eran incapaces de sumar quebrados sencillos, sólo el 5 por ciento podía resolver este tipo de problemas matemáticos, un 10 por ciento entendía de lo que se trataba el asunto. Esto no es culpa de los niños, ni de los maestros sino de un sistema muy relajado en términos disciplinarios donde las reglas no se cumplen.

Matemáticas y español son fundamentales, pero cómo le vamos a hacer para enseñarlos bien en las escuelas, con los maestros y los horarios que tenemos. Un maestro que está cuatro horas frente al grupo le dedica ese tiempo a la clase y encarga tareas, tendría que dedicarle al menos otras 2 para calificarlas, y si tiene de 30 a 35 alumnos en su grupo y encarga tarea todos los días, ¿cómo va a resolverlas?

En el antiguo sistema, cuando la escuela era de jornada completa, los niños en las mañanas teníamos cuatro horas y media de clases e íbamos a comer a casa. No había libros de texto, eran muchos ejercicios y en las tardes las maestras corregían las tareas y los alumnos regresábamos al salón. El grupo nunca estaba abandonado.

En aquel entonces, menos del 50 por ciento de la población en edad escolar iba a la escuela, no había dobles plazas y aunque el entrenamiento era menor porque eran egresadas de las normales —tenían primaria, secundaria y la normal— tenían un sentido de responsabilidad y de mayor profesionalismo.

 

Método Kumon

Esa sociedad ya no existe, esos horarios ya no se dan y no sabemos cómo hacerle porque le ponen 320 horas para matemáticas, para materiales, para ir a cursos; lo fundamental es que los niños hagan tarea y los califiquen como el método de aprendizaje japonés Kumon, que ya está en todo el mundo. A quienes lo cursan, les ponen problemas, hacen la tarea y los califican.

Los niños que van ahí son buenos en matemáticas, no se trata de memorizar sino de tener un razonamiento lógico que conduzca a resolver problemas con base en los números; igual el español, no se trata de memorizar: sujeto, verbo y complemento o las voces de los tiempos verbales, sino practicar y asimilar el sentido de la escritura y escribir oraciones y párrafos coherentes desde primero de primaria y leer, eso es lo difícil. Es una buena apuesta, pero donde está el problema es en los detalles, que, según Maquiavelo, es donde se esconde el diablo.

En enero se dará a conocer el nuevo programa para educación básica…

El exsecretario Emilio Chuayffet, dijo que sería en la primera semana de septiembre, en cuanto el presidente Peña rindiera el informe, que pondría a discusión de maestros y de la sociedad el nuevo modelo educativo para educación básica e iba a estar sujeto a discusión durante un año en foros, pero lo corrieron. Llega el secretario Aurelio Nuño y dice borrón y cuenta nueva y anuncia que en enero da a conocer el nuevo modelo.

En el Congreso Nacional de Investigación Educativa, que se realizó en Chihuahua, Marcela Santillán, de la Subsecretaría de Educación Básica, dijo que ya estaban en los últimos detalles y tomaban en cuenta los foros que se organizaron en 2014, que es más o menos lo que tenía Chuayffet, pero dieron unos meses más para que ahora quede entre ellos y el secretario Nuño.

Hay algo de soberbia en la actitud del secretario Nuño, entiendo que lo urgente es rescatar la normalidad y poner a la CNTE en su lugar y que los maestros asistan; él ha sido claro, pero no estamos viendo hacia dónde va a caminar la educación. Las visitas a las escuelas jalan mucho a la prensa, y él las aprovecha para repetir el mensaje. Está convirtiendo en reiterativos los siete puntos, de los cuales sólo sería nuevo el de la infraestructura, los otros puntos ya estaban en el programa sectorial de educación, pero no le dio crédito ni a Chuayffet ni al presidente, como diciendo: éste es mi tiempo.

La soberbia no ayuda, es mala consejera, máxime como están las encuestas, donde su índice de conocimiento está creciendo. Esperemos que cuando se apacigüen las aguas con la oposición beligerante de la CNTE —que sin fondos no aguanta tanto— podamos ver que se acerca a lo realmente sustantivo.

Lo fundamental: el acercamiento a los maestros que ya no tienen tiempo, ni entrenamiento para sacar adelante a los niños…

Es el otro punto, les dice a los maestros responsables de llevar a buen puerto la parte sustantiva: háganlo; les damos materiales, directrices, cursos, pero la SEP no tiene forma de llegar a los maestros, no sabe cómo llegar a las escuelas, porque a lo largo de décadas perdió el control, los directores de escuelas no fueron designados por concurso y más del 90% responden al sindicato, llegaron por escalafón, y éste siempre ha sido del SNTE. La SEP no tiene funcionarios, en cambio el sindicato tiene un delegado en cada centro del trabajo, por eso Gordillo movilizaba un montón de cosas, y Juan Díaz también lo hace, pero con más discreción.

Creo que el tiempo de gracia se le acaba al secretario Aurelio Nuño, si a mediados de enero no hay nada sustantivo, sólido, todo lo que está construyendo de imagen empezará a deteriorarse.