Ricardo Muñoz Munguía
La muerte siempre se deja ver con un pie en el terreno de la realidad y con el otro en los campos de la ficción. Aquí, en el libro Mi corazón es la piedra donde afilas tu cuchillo (ERA, México, 2014; 101 pp.) de Luis Carlos Fuentes, tales fronteras oscilan con la fuerza de la pasión, con el filo del miedo, con la punzada de los sueños, con la gota tortuosa de la amenaza…
Luis Carlos Fuentes (Ciudad de México, 1978) es narrador y guionista, autor del libro de cuentos Palma de negro, con el que fue merecedor del Premio Manuel José Othón 2007. El escritor avecindado en San Luis Potosí ganó el Primer Taller de Guión de Largometraje de Terror, convocado por IMCINE, y destaco esto último, entre otros galardones, porque Fuentes es el constructor de esa esfera, la del terror, sus relatos de su volumen que hoy comentamos nos envuelve en esa circunstancia en que los protagonistas son personajes que atentan contra lo “normal”, por llamarle de algún modo a lo que podemos esperar de alguna persona que impregna una idea ya con su físico, ya con su actitud, pero el fondo de cada cual es una zona oscura, es como el ser que anidaba en el vientre de uno de sus personajes, y que tal monstruo fue descubierto por su victimario, que también dejó a la intemperie la monstruosidad y su capacidad de “resolver” sus problemas. El resto de los cuentos también provocan para dar un breve panorama, lo que este espacio no permite, pero es mejor que el lector visite estas atmósferas y juzgue. “La tensión de estos relatos tiene su raíz más honda en ese encuentro de violencia y lo fantástico, ese deslizamiento del ámbito de la costumbre a lo sobrenatural. Por medios engañosamente realistas, el autor sabe caminar con paciencia y detalle para también imaginar con precisión el tránsito de fuego que transforma las cosas y nos revela su reverso oscuro. Como insensiblemente arrastrados por la creciente de un río que bulle de deseo o de odio, sus protagonistas desembocan en el mundo inquietante del sueño y la entremuerte”, dice con el tino exacto la presentación del volumen.
El maratónico título del libro de Luis Carlos Fuentes lo toma de un poema de Luz América Alvarado, y con mayor acento del último verso: “mi corazón nunca será piedra para afilar cuchillos”, nótese el giro que el autor propone: “Mi corazón es la piedra donde afilas tu cuchillo”, para darle cuerpo a sus relatos.
Sin duda, se trata de un escritor que tiene todas las herramientas para inquietar sobremanera a sus lectores. Los siete cuentos se sostienen por la misma fuerza, no hay desperdicio. Guardemos las debidas distancias pero, sin decir “un aire”, en este libro hay fuertes vientos de Edgar Allan Poe.

