Un informe de la Comisión Europea del 3 de diciembre aconseja limitar el consumo de las grasas trans artificiales en todos los alimentos producidos en la Unión Europea.
Hasta la fecha solamente cuatro países europeos tienen leyes que limitan su uso y son: Austria, Dinamarca, Letonia y Hungría.
Las grasas trans artificiales se producen al hidrogenar ciertos aceites vegetales para que la comida dure más y se vea fresca y se encuentran en la mayoría de los productos horneados y congelados así como en la comida chatarra como snacks salados, barras de cereales, hamburguesas, margarinas, aceites vegetales, galletas, palomitas de maíz, papas fritas, pizzas, empanadas y muchos alimentos precocidos.
El anuncio de la Comisión Europea surge seis meses después de que en Estados Unidos la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA) prohibiera el uso de grasas trans en alimentos sin un permiso previo.
Ambos informes —Europa y Estados Unidos— coinciden en que ese tipo de grasas aumentan el riesgo de padecer severas enfermedades cardiacas que es la primera causa de muerte a nivel mundial, por lo que la medida entra dentro del rubro de la salud pública.
De aprobarse la legislación, implicaría un ahorro para Europa de 37 mil millones de euros al año, el precio que se estima carga actualmente el sistema de salud.
El País/El Clarín Oag