Ante el panorama electoral del domingo 6 de diciembre, el presidente venezolano Nicolás Maduro exclamó en su programa semanal que seguirá luchando desde las calles “si se diera la pesadilla de que perdiéramos”.
También exclamó que “la revolución adquiriría nuevos caminos y un nuevo carácter” pero para muchos críticos, es la expresión de la gran derrota del chavismo.
Y es que tras 17 años de gobierno bolivariano, Venezuela enfrenta un 85% de descontento con el régimen del actual presidente que ha sido aquejado por la economía global ya que Venezuela cuenta con más el 70% de las remeses provenientes del petróleo que sigue a la baja en el mercado internacional.
La crisis en Venezuela se ha agrandado hasta ser reconocida como una crisis humanitaria atrayendo la atención de la comunidad internacional pero el presidente Maduro ha negado por todos los medios posibles que Venezuela necesita ayuda y además ha endurecido sus políticas de control ante el enorme descontento de la gente.
Las elecciones de este domingo para renovar al congreso podrían favorecer otras tendencias opositoras ante el clima de control dictatorial por parte del gobierno especialmente a raíz del encarcelamiento de uno de los principales líderes opositores, Leopoldo López en septiembre y el reciente asesinato de otro prominente opositor el pasado 26 de noviembre: Luis Manuel Díaz.
Los medios de países vecinos han sido arduos críticos de las acciones del presidente Maduro ya que dicen, violó las leyes básicas de la democracia electoral: amenazó al pueblo y atacó a sus opositores además, trata de influir directamente en el voto utilizando los medios de comunicación además de que participó y apoyó directamente la campaña de los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido que lo llevó al poder después de su predecesor, Hugo Chávez.
Varias organizaciones no gubernamentales como ONGSúmate y Transaprencia Venezuela se han arriesgado —a pesar de las amenazas— a denunciar casi 500 irregularidades previas a las elecciones del domingo en donde se comprueba la supuesta utilización de fondos públicos para “comprar votos”.
Al clima de tensión, ya salieron a las calles elementos de la policía y se espera la llegada de más observadores internacionales para las elecciones.
En el programa semanal de televisión del presidente Maduro también exclamó: “Se les acabó el tiempo burgueses parásitos, el pueblo nos dará un nuevo mandato”, expresión que contrasta con los escándalos de dinero que envolvieron a familiares del presidente venezolano.
El nuevo mandato electoral, de respetarse, podría llevar al principio del fin de la anhelada república bolivariana que ha sumido a la sociedad venezolana en una de las peores crisis económicas y humanitarias de la historia.
El País/La Nación/EFE
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