El porvenir está a la vuelta de la esquina
José Elías Romero Apis
Nuestros problemas se han sofisticado y se han intrincado. Nos hemos convertido en un país muy grande, muy poblado y muy asimétrico, con 55 millones de marginados de los beneficios del proyecto económico y con más de 90 millones de marginados de las decisiones del proyecto político. Es decir, con muchos mexicanos muy pobres y muy débiles, que contrastan con muy pocos mexicanos muy ricos y con muy pocos mexicanos muy poderosos.
Nuestras diferencias no están resultando del todo esperanzadoras. Estamos viviendo en una pluralidad política a veces mal entendida, en una desigualdad económica a veces mal atendida, en una heterogeneidad social a veces mal compartida y en una diversidad cultural a veces mal convivida. Ello nos ha expuesto y nos expone, en el futuro, a ser varios Méxicos en lugar de uno solo, con el riesgo de no poder volver a entendernos los unos con los otros.
El porvenir está a la vuelta de la esquina. Nos esforzamos por imaginar, cuando menos, el México y los mexicanos del año 2020, que aparenta ser tan lejano y está tan cerca de nosotros como el año de 1994.
Aquí aparece un reto ineludible para la actual y las futuras generaciones. Hay generaciones a las que les toca ser precursoras, diseñar su escenario, imaginar su entorno, fundar el futuro. A otras, como la nuestra, les toca ser herederas. Capitalizar el logro fundacional. Engrandecerlo y ennoblecerlo. En síntesis, consolidarlo. Eso lo hemos hecho y lo hemos hecho bien.
Pero nuestros sistemas requieren hoy reconversión, revisión e ineludible transformación. Ese es el desafío generacional mexicano. Una generación con gran capacidad consolidadora, una generación que no ha inventado nada pero que ha protegido todo, será sucedida por una generación que, ineludiblemente, estará obligada a ser refundadora.
Nuestro país cuenta con una gran riqueza humana. Ello es una garantía para el porvenir.
En muchos mexicanos, nuestro futuro estará asegurado como síndrome infalible de cultura y de civilización. En muchos mexicanos, existe la convicción de la sociedad de servicio, de solidaridad y de un mayor humanismo, remitiendo individualismos y egoísmos característicos de una especie cuya decadencia es ineludible.
Que el año que comienza sea un buen augurio para nuestro futuro. Lo deseo para nuestros amables lectores. Bien dijo León Felipe, con precisión inigualable, que lo importante no es llegar solo y primero, sino con todos y a tiempo.
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