De acuerdo a Ley Kingpin de EU
Humberto Musacchio
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Naim Libien Tella, vicepresidente del diario mexicano Unomásuno, entró en la lista de “narcotraficantes especialmente designados” por su apoyo a la organización delictiva conocida como Los Cuinis, la que es dirigida por Abigael González Valencia.
De acuerdo con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros de Narcotráfico, más conocida como Ley Kingpin, los bienes e intereses de varias empresas de Libien Tella que operan en Estados Unidos quedan congelados y se prohíbe a ciudadanos estadounidenses participar en transacciones con esas firmas.
Según John E. Smith, director interino de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, “a través de su relación de Naim Libien Tella, la organización de tráfico de drogas Los Cuinis ha utilizado al periódico mexicano Unomás uno para impulsar sus actividades de tráfico de drogas”.
Por supuesto, Libien Tella negó cualquier vínculo con organizaciones de narcotráfico y declaró que la información de Unomásuno y Diario Amanecer “ha sido severamente crítica contra el narcotráfico y sus variantes” y a eso atribuye lo sucedido: “Sin duda esto ha molestado a las autoridades. Esto sólo lo tomo como un ataque vil contra mi persona para tratar de amedrentarme”.
Al margen del lío con las autoridades estadounidenses, cabe recordar que hace unos doce años la familia Libien adquirió Unomásuno, donde el mal trato a los trabajadores los orilló a ir a la huelga. Para burlar ese derecho constitucional, los dueños del aquel diario optaron por imprimirlo en otra imprenta con una tiraje ínfimo y una línea editorial que muy pronto ganó fama en el medio periodístico, pues era la típica del chantaje a los jefes de prensa para que soltaran dinero.
En otra empresa en la que están o estaban involucrados los Libien y los Macisse, cuenta Rafael Cardona, una reunión de accionistas acabó en balacera con saldo de dos muertos, lo que muestra que en nuestra clase empresarial hay formas de actuar y de hacer negocios que no son precisamente para elevarlas a los altares del elogio.
En fin, que nada bueno se puede decir de quienes, en el caso de la huelga de Unomásuno le dieron vuelta a la ley para pisotear los derechos de sus trabajadores. Pero hay más: es lamentable que sea en Estados Unidos donde se destapan los casos de lavado de dinero en empresas periodísticas, en las que, al parecer, resulta muy fácil el lavado de dinero negro. En esa ineficiencia de las muchas policías mexicanas se basa el imparable crecimiento de la delincuencia.