La joya de la corona para Egipto

 

 

“Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas”.

Hipólito Taine.

Uno de los proyectos más ambiciosos de ingeniería en el siglo XIX fue la construcción del Canal de Suez, con 163 kilómetros de longitud, obra a cargo del ingeniero francés Ferdinand de Lesseps e inaugurado en 1869.

A casi 150 años de su puesta en marcha este paso interoceánico que acorta las distancias entre Europa y Asia con la navegación por los mares Mediterráneo, Rojo y Arábigo tuvo cambios de administración desde acciones del Pacha, un dominio británico, la nacionalización de 1956, el cierre de 1956 a 1975 o la actual gestión de The Suez Canal Authority.

Nueva fuente de ingresos para Egipto

Debido a sus características físicas el Canal de Suez permite el tránsito de buques más grandes que el interoceánico de Panamá, lo que ha redituado en ganancias económicas.

Al igual que sucede con su símil americano, la administración egipcia también cuenta con un proyecto de modernización del Canal, que contempla un nuevo caudal de 35 kilómetros en seco y 37 de excavación y expansión en longitud que correrá de forma paralela al actual, a fin de agilizar el tránsito fluvial en ambas direcciones hasta en un 50%, reducir el tiempo de traslado para atravesar del mar Mediterráneo al Rojo en ocho horas, el tiempo de espera para que un barco entre al canal pasará de once a tres horas, así como incrementar las ganancias y creación de fuentes de empleo, con una inversión de 8.2 mil millones de dólares americanos.

       El nuevo Canal de Suez es un ambicioso proyecto que busca impulsar el crecimiento de un país de 88 millones de habitantes distribuidos en cerca de un millón de kilómetros cuadrados. Este proyecto es la inversión más importante de Egipto además de que facilitará el comercio internacional.

El gobierno de dicho país africano prevé que los ingresos provenientes del paso interoceánico aumenten de $3.750 millones a unos $10.400 millones de dólares. El proyecto será financiado por la venta de certificados de inversión, cuya emisión será de alrededor de 500 millones de distinto valor, con denominaciones de mil, de cien y de diez libras egipcias, a fin de incentivar la inversión propia de los ciudadanos egipcios, lo que aumentará el sentimiento patriótico en la construcción del nuevo canal.

       La ampliación del tránsito interoceánico de Suez es una competencia fuerte en contra del Canal de Panamá, ya que con el nuevo trazo los buques que naveguen por Suez podrán transportar hasta nueve mil Teus (contenedores de 6,1 metros de largo, 2,4 metros de ancho y 2,6 metros de alto), a diferencia de Panamá, cuyo límite es de cinco mil Teus.

La seguridad sigue siendo un problema

Si bien el paso transístmico de Centroamérica beneficia principalmente el intercambio comercial entre los países de Asia y América, la ruta por el Canal de Suez puede ser una mejor alternativa para los barcos del comercio de Europa con África y Asia, por lo que existe una competencia real entre ambas rutas.

No obstante, la seguridad es un tema pendiente para la comunicación interoceánica en Egipto, ya que se han registrado colisiones entre los barcos como lo ocurrido en septiembre de 2014 entre el carguero alemán MV Colombo Express (a la derecha en el vídeo) y el buque procedente de de Singapur MV Maersk Tanjong.

Pese a los cambios políticos y sociales que acontecieron en Egipto durante 2010 a 2013 (caída del gobierno de Hosni Mubarak, elección de Mohamed Horsi y golpe de estado de 2013) el proyecto del Nuevo Canal de Suez es una política pública que demandará una inversión gubernamental de ocho mil millones de dólares.

Si bien el proyecto inició en agosto de 2014 se prevé que pueda estar en funciones durante 2015, situación que coincide con la ampliación del Canal de Panamá, por lo que se puede ver como una nueva era en el tema de las comunicaciones interoceánicas.

Esta obra es la joya de la corona en cuanto a la infraestructura del gobierno que inició funciones en julio de 2013.

Y pese a que atraerá divisas, Egipto aún tiene retos importantes que afrontar después de los movimientos políticos de los últimos años.

Cabe destacar que otra fuente de ingresos importante como lo es el turismo ha disminuido por la violencia registrada en este periodo, pero que en 2014 se incrementó debido a una campaña de comunicación en países de Europa y Asia. No obstante el Índice de Desarrollo Humano (IDH) disminuyó en 2013 y clasificó a Egipto con una calidad media.

Además de las oportunidades con el nuevo Canal de Suez y el turismo Egipto vive un bono juvenil demográfico que puede fortalecer su desarrollo. Si bien la edad promedio es de 25.1 años, seis de cada diez habitantes (59.9%) es menor de 24 años, y sólo 6.7% es mayor de 55. Sin embargo, el desempleo es alto en la juventud egipcia, ya que uno de cada cuatro personas entre 15 a 24 años no tienen empleo (24.8%). Esta proporción es mayor en las mujeres (54.1% en 2010) que en los hombres (14.7%); y 7% de los niños egipcios laboran. Asimismo, la esperanza de vida se complica al final de la etapa juvenil, ya que la tercera parte de adultos padecen obesidad o sobrepeso.

El nuevo Canal de Suez puede ofrecer a Egipto una oportunidad a ser un foco comercial y turístico de clase mundial, sin embargo este desarrollo también debe beneficiar a su población, en especial a los jóvenes que no son el futuro, sino el presente de esta nación africana.

El autor es Doctor en Humanidades por la Universidad Latinoamericana.