Las piñatas son uno de los elementos centrales en las posadas que se celebran días antes de la Navidad pero anteriormente fue utilizada como herramienta de evangelización.
Según lo narra Marco Polo en su libro Il millone, las piñatas son originarias de China, en donde se utilizaban para las celebraciones de Año Nuevo. Posteriormente, Marco Polo llevó esta tradición a Italia en donde se adaptó a las festividades de cuaresma. De allí pasaron a España y después a México.
Pronto utilizaron la piñata como herramienta de evangelización en el Nuevo Mundo. A principios del siglo XVI, los misioneros españoles que fueron a América atrajeron a los habitantes locales a sus ceremonias utilizando piñatas.
En 1586 los frailes agustinos de Acolman, Estado de México recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar lo que se llamó “misas de aguinaldo”, que más tarde se convirtieron en las posadas. Los frailes usaron la piñata como una alegoría para ayudarse en sus esfuerzos por evangelizar a los pobladores de la región.
La piñata original tenía la forma de una estrella con siete picos. Los picos representan los siete pecados capitales. Los adornos de oropel, o sea las láminas de latón que imitan el oro, simbolizan las vanidades y engaños del mundo.
La fe está representada por la venda con que se cubren los ojos de los que van a romperla; el palo que utilizan para tal fin, es la fuerza de la virtud que destruye la falsedad y engaños, mientras que el contenido de dulces y frutas representan la verdad y los dones que la naturaleza nos concede como premio de la fe y la perseverancia.
Hoy en día, las piñatas se han adoptado en muchas partes del mundo y se han convertido en un espectáculo más común en las fiestas y celebraciones, especialmente en México, América Central, y al sur de Estados Unidos, sobre todo debido a la influencia cercana de la cultura mexicana.
En Tepatitlán, Jalisco, en 2010 fue elaborada la piñata más grande del mundo con la forma de la tradicional estrella de siete puntas.
Wikipedia/bbb