La baja de precios en la exportación petrolera

Durante 2015, el presupuesto federal que se había planeado ejercer sufrió un importante recorte de 124,300 millones de pesos (equivalente a 0.7 % del PIB), el cual se centró principalmente en los gastos de Pemex y de la CFE. Esta decisión fue producto de la caída en el precio de exportación del petróleo, lo que abrió un importante boquete en el gasto.

La caída de los petroprecios ha continuado a lo largo del año, lo que ha afectado el presupuesto, no en forma de recortes sino de retraso e incluso no ejercicio del mismo. Lo anterior impacta a las empresas proveedoras, muchas de las cuales materialmente viven de los ingresos de la venta de bienes y servicios al gobierno.

Si bien la economía mexicana ha dejado de estar petrolizada, las finanzas públicas todavía muestran una importante dependencia no sólo federal, sino también en los estados y municipios. Los ingresos petroleros en la última década (hasta antes de la caída de los precios iniciada a mediados del año pasado) habían llegado a representar cerca del 35 % de los ingresos presupuestarios, contribución que en 2015 y 2016 habrá caído a niveles de 29.7 y de 21.3 % respectivamente, por la caída en los pretroprecios. En el caso de los estados y municipios, estos ingresos contribuyen a las participaciones y aportaciones que reciben, por lo que las variaciones en el precio del petróleo representan impactos directos en el presupuesto que van a ejercer.

Recordemos que con la reforma energética (que creó la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos y la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo) se introdujo una nueva estructura de los ingresos petroleros. Con ello, los ingresos tienen dos fuentes: los propios de Pemex (como empresa productiva del Estado) y los del gobierno federal, que se constituyen de las transferencias ordinarias del Fondo del Petróleo y los del ISR petrolero que se aplica a las actividades de extracción y exploración de hidrocarburos, con ello las previsiones planteadas en la Ley de Ingresos se vuelven extremadamente susceptibles a las variaciones en los petroprecios.

Para la aprobación de la Ley de Ingresos de la Federación, en términos de los ingresos petroleros, las tres variables fundamentales son la cantidad de barriles a ser exportados, el precio al que se vende en dólares y el tipo de cambio al que se convierte en moneda nacional. Ahora bien, a excepción del volumen de ventas, el cual está ligado a la actividad de extracción, el precio y el tipo de cambio se establecen como pronósticos siguiendo criterios más o menos congruentes.

Para 2016, el Congreso aprobó que se reciban ingresos petroleros por un monto de 884.43 millones de pesos, como combinación de una plataforma de producción de petróleo crudo de 2247 miles de barriles diarios, un precio del barril de petróleo crudo de exportación en 50 dólares y un tipo de cambio de 16.40 pesos por dólar. Este monto representa un decremento de 28.3 % respecto de lo presupuestado en 2015. El precio de venta fue establecido, según las estimaciones de la SHCP, con la perspectiva de que este valor se mantuviera como precio promedio. Sin embargo, los precios se han precipitado desde hace meses, llegando a niveles históricamente bajos como los registrados la semana pasada de alrededor de 27.7 dólares.