Entrevista a Érika Contreras | Co-curadora | Exclusiva Siempre!
Hablar del muralismo en México remite inevitablemente a la época posrevolucionaria, ubicable en la primera mitad del siglo XX, y a diversas generaciones de artistas que continuaron y enriquecieron con suma originalidad el legado de los tres principales representantes del periodo inicial, conocido como el del Renacimiento mexicano: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
En dicho legado se incluye, indudablemente, al legendario artista y muralista de origen norteamericano y naturalizado mexicano Pablo O´Higgins (1904-1983), quien con su obra mural tuvo el propósito de hacer llegar e inculcarle al pueblo mexicano, sin tomar en cuenta raza o clase social, la historia del país por medio del uso de paredes como lienzos para transmitir múltiples lecturas, siendo éste el eje central de toda su creación artística.
Por ello, el contacto con Rivera, con los campesinos y el conflicto de tierras, así como el paisaje de México, en una época que aún mostraba los efectos de la Revolución, hicieron que Pablo abrazara esta tierra como propia, plasmando en su obra todo el cariño y las inquietudes que le apasionaban de ella.
Así lo señaló en entrevista exclusiva para Siempre! Érika Contreras, co-curadora de la exposición El trazo firme de un espíritu en movimiento. Pablo O´Higgins, en el Museo Mural Diego Rivera.
Explicó que a pesar de la falta de difusión, la obra de Pablo —como la percibe continuamente su viuda María O´Higgins— siempre estará vigente, pero nunca será una moda, ya que se ocupa siempre del hombre, y el ser humano siempre estará vigente.
Una carta y la invitación de Diego
¿Por qué Pablo O´Higgins es considerado un legado más del muralismo mexicano?
Pablo O´Higgins estuvo ligado al arte desde muy pequeño, con inclinación hacia la música; pensó en algún momento que su perfil era para compositor; sin embargo, determina posteriormente —por no encontrar quizás el gusto por la carrera— abandonar los estudios, por lo que decide cambiar a la pintura y el dibujo, e ingresa en la Academia de Arte de San Diego, California, pero, inconforme con el método de enseñanza, se retira a escasas unas semanas de haber ingresado para instalar su propio taller, que comparte con dos compañeros; uno de ellos el pintor mexicano Miguel Foncerrada. Es entonces cuando viaja a Guaymas, Sonora, y tiene su primer contacto con México.
En ese viaje en 1924, conoce a través de una publicación los murales que realiza Diego Rivera en el Anfiteatro Bolívar —hoy San Ildefonso—, por lo que Pablo le escribe una carta sin la intención de que Diego le diera una respuesta, en la que le manifiesta su interés por el nuevo movimiento que se estaba gestando “el muralismo mexicano”, además del trazo y la técnica.
Rivera finalmente le contesta la carta, le agradece sus comentarios y le comenta que “un artista joven interesado en este movimiento debería de vivirlo de cerca”; y lo invita a que venga a México, es así como llega O´Higgins al Distrito Federal, incorporándose inmediatamente al equipo de trabajo de Rivera, para convertirse no sólo en su alumno sino, además, en su amigo.
O´Higgins para ese entonces conocía ya de técnicas, del dibujo y del arte, pero se pule con la técnica del fresco a través de los trabajos que realiza como asistente de Rivera para los murales de la Secretaria de Educación Pública y de la Escuela de Agricultura de Chapingo. Así agarra otro eje en el cual plasma ya, en sus propios murales, su propia técnica y estilo; y integra enseguida a la segunda generación de muralistas.
Pablo llega a pertenecer a la Escuela Mexicana de Pintura, además de afiliarse por los años veinte al Partido Comunista Mexicano, al cual perteneció hasta mediados de los años cuarenta. Tiempo después se incorporó a las misiones culturales vasconcelistas y realizó labor social como maestro de arte y promotor de teatro en los estados de Hidalgo, Zacatecas, y en la Parrilla, Durango.
¿Qué plasmaba O´Higgins de México en sus pinturas?
Pablo se caracteriza por un estilo muy dinámico en el trazo, un colorido muy vibrante, y aunque tuvo esa educación estilística occidental, aquí, en cuanto llega a México, se llena mucho del colorido de nuestro país, de nuestra gente, de los paisajes que le impactan mucho. Pero también, como llega en un momento histórico en el país, en la etapa posrevolucionaria, hay todavía altas y bajas en la sociedad y en la política, Pablo se compromete no sólo artísticamente, sino personalmente y espiritualmente, con el pueblo indígena y con las clases bajas.
Es importante resaltar que O´Higgins fue una de las personas que no sólo predicaba con el hermanazgo del pueblo mexicano, quien lo habría cobijado y quien lo estaba adoptando, sino también con la vida cotidiana; es decir, él actuaba, vivía y creaba conforme a lo que deseaba decir y proyectar en su arte, entonces podemos ver en su obra una persona muy coherente con lo que pintaba y con lo que quería transmitir.
Cinco ejes de la muestra
Sobre la muestra, ¿qué piezas la conforman? ¿Veremos obras icónicas del artista y muralista o piezas que son inéditas?
Esta exposición básicamente esta dividida por cinco ejes temáticos. El primero es La mujer como musa, como inspiradora, como donadora e impulso de vida. El segundo es La infancia, tenemos apuntes y murales que nos muestra esa visión de Pablo de la infancia mexicana; estamos hablando de una infancia que estaba viviendo el rezago económico después de una revolución, y todas esas diferencias sociales.
Uno de los más grandes núcleos —el tercero— es El hombre y sus épicas, sus batallas nacionales, sus faenas diarias, su desarrollo como trabajador, como obrero, como campesino. Costumbres es el cuarto, ahí podemos ver algunos murales y proyectos que realizó a través de las danzas populares, de algunas costumbres prehispánicas, retomando también la historia precolombina en México.
El último es El paisaje y naturaleza, y justo es donde podemos ver murales así como obra grafica y pictórica que hizo a través del paisaje mexicano.
En total son 126 obras, 50 de ellas no se habían mostrado en alguna otra exhibición, unas ya habían salido en publicaciones, pero nunca se habían mostrado en exposiciones, de ahí aproximadamente son cinco anteproyectos murales los que también no se habían mostrado al publico.
Se exhibe también un video que es de la maestra Mercedes Sierra, donde nos platican cómo pudieron rescatar uno de los murales (La lucha sindical: los trabajadores contra la guerra y el fascismo) que realizó Pablo junto con algunos integrantes de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Fue rescatado de un inmueble que fue destruido posteriormente o cambiado, digamos, de giro; actualmente se encuentra en el auditorio de la Facultad de Derecho de la UNAM en comodato. Todo eso nos ayuda a enriquecer la muestra y entender la dificultad de mantener estos acervos muralísticos.
Un trabajo constante
Del proceso curatorial, ¿cuál es el eje discursivo de la exposición? ¿Qué tan difícil fue seleccionar la obra de Pablo O´Higgins?
Una de las ventajas es que toda la obra pertenece a una sola colección, a la viuda, la señora María O´Higgins, el proceso nos ayudó mucho a entender toda su trayectoria pictórica y artística, sin embargo se nos dificultó tener tanto material, porque de pronto veíamos mucha grafica, además de bastantes carpetas de apuntes. Nos dimos cuenta en la revisión de su obra de que fue un artista que constantemente trabajó; por toda su trayectoria notamos que casi cada año o año y medio realizaba un mural; realmente el acervo es enorme y magnífico.
Sí fue difícil hacer una selección precisa para mostrar lo que no se había hecho anteriormente; nuestro objetivo era presentar una faceta que no fuera repetitiva con otras exposiciones, creo que ahí fue donde radicó el principal problema. No teníamos que desviarnos de nuestro perfil, que es enseñar la obra muralista de este artista, y sobre todo mostrar que, a pesar de que nunca será una figura de moda, está más vigente que nunca.
Estilísticamente, Pablo innovó mucho en cuanto al muralismo, sin embargo, de él sólo se conoce la grafica y litografías, de su representación en cuanto al Taller de Gráfica Popular, de hecho fue muy amigo de Leopoldo Méndez, con él trabajo mucho esta línea de gráfica y grabados, de las litografías. Por ello, como perfil del museo nos interesó mostrar a Pablo O´Higgins “el muralista”, porque en muchas de las exposiciones que se realizan del pintor, se mostraba —reitero— la gráfica y la pintura, la obra de caballete, pero el muralismo no se conoce mucho.
Entonces, siendo discípulo directo de Diego Rivera y siendo muralista, nos pareció pertinente hacer una exposición donde no es rescatarlo, pero sí revelar esa obra que casi no conoce el público sobre el muralismo de O´Higgins. Incluso la colección O´Higgins perteneciente a la señora María O´Higgins nos ayudó a conocer todo el trabajo para así exhibir algo muy importante, el proceso creativo que realizaba Pablo durante toda la investigación para sus obras.
Proyectos que vinculen
¿Por qué presentar la obra de Pablo O´Higgins en el Museo Mural Diego Rivera? ¿Es una especie de diálogo entre los dos artistas?
Siempre buscamos que los proyectos tengan un vínculo o diálogo con el mural que tenemos Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central o con Diego Rivera, siempre puede ser temático o directo; en este caso el vínculo es directo porque O´Higgins es una persona que no sólo conoció a Diego Rivera y fue contemporáneo de la época en que trabajaron, sino que trabajó mano a mano con él, y además de ahí se desprende que Pablo O´Higgins siguiera haciendo también pintura mural; es decir, si no hubiera visto Pablo en esa revista imágenes de los murales que estaba haciendo Rivera en San Ildefonso, a lo mejor Pablo no hubiera conocido o despertado su interés por realizar obra muralista aquí en nuestro país.
¿Qué desean dejar en cada espectador que recorra la muestra?
Principalmente que conozcan a este artista, que les despierte el interés por conocer no sólo a los tres grandes muralistas —Rivera, Orozco y Siqueiros—, sino también la otra línea de artistas que fueron muy importantes y fundamentales para la conformación de lo que es la Escuela Mexicana de Pintura, y toda esa gama que el arte puede ofrecer, que es muy diversa, pero sobretodo que les mueva una fibra para que les interese seguir buscando y conociendo más de este gran artista, Pablo O´Higgins.
