Primera de dos partes
Al terminar 1999, una ´portada de la revista Time mostraba una caricatura de James Joyce sobre un pódium con una banda en que se leía Mr. Literatura. Ciertamente, el escritor irlandés bien puede considerarse el más importante del siglo XX, pero los que sin duda podrían ostentar el título de Mr. Literatura de todos los tiempos son Miguel de Cervantes y William Shakespeare, aunque uno tenga la tentación de darles créditos cruzados, como se estila en las pantallas de cine cuando dos astros tienen similar brillo. Así que Cervantes y Shakespeare o Shakespeare y Cervantes como usted guste. Ambos cumplen el cuarto centenario de su muerte, por más que se dice que Don Miguel murió un día antes, y el 23 abril fue, en realidad el día de su entierro y la muerte de Don Guillermo fue mínimamente alterada para que coincidiera con la de San Jorge, patrón de Inglaterra, aunque como este caballero andante tuvo la mala suerte de enfrentarse a un dragón que como todo mundo sabe no existe, un Papa de los recientes, sin mucha imaginación, tuvo la mala idea de retirarle su título de santo. De cualquier modo, el planeta entero, al menos el occidental, conmemorará en grande el aniversario de sus muertes ocurridas para la inmortalidad el 23 de abril de 1616.
Otro centenario luctuoso es el del Inca Garcilaso de la Vega, autor de los Comentarios reales. Gómez Súarez de Figueroa, tal era su verdadero nombre, nació en Cuzco, hoy Perú y murió en Córdoba, hoy España). Era hijo del privilegiado capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta de Túpac Yupanqui, por lo cual literalmente es mestizo y se le considera el padre de la literatura mestiza americana por ser su primer representante. Por su ascendencia recibió la educación de los amautas, los sabios o intelectuales incas, por lo cual tuvo acceso al conocimiento de la cultura incaica que revelará en sus Comentarios reales. Sus padres eran sobrinos de personajes ilustres. Ella de Huayna Cápac y él del poeta Garcilaso de la Vega, por eso al trasladarse a España adopta el nombre de su tío abuelo Garcilaso de la Vega y le antepone el gentilicio de inca. Seguro era de mala suerte para las letras el 23 de abril de 1616, porque en esa fecha mueren no sólo Cervantes y Shakepeare, sino también el Inca Garcilaso de la Vega.
Otro centenario de lujo es el del poeta Rubén Darío, tal vez el más famoso de América Latina. En Darío, como en el Inca, hay otro rasgo fundacional, pues el Modernismo, la corriente del que Darío es a un tiempo, su iniciador y su cumbre, es el primer movimiento literario que nace en América y se difunde en España y no, como los anteriores, que se inician en la metrópoli y se imitan en las colonias. Se consideran modernistas españoles a Eduardo Marquina, Juan Ramón Jiménez y hay quienes incluyen a los Machado, Jacinto Benavente y hasta a Ramón del Valle-Inclán, que la mayoría juzga inclasificable. Darío y Amado Nervo fueron, sin duda, los poetas más célebres de su época- Ambos vivieron amores no aprobados socialmente (Nervo porque nunca se casó y Darío porque lo hizo con una campesina analfabeta) y en París, durante breve tiempo, compartieron un departamento como roommates. Paradójicamente, la innovación de Darío no fue ver hacia el futuro, sino hacia atrás hacia la poesía medieval, como Gonzalo de Berceo. Aclimató métricas poco usuales en español y experimentó como ningún otro con los acentos (o ritmos), muchos traídos de otras latitudes o lenguas, como de la poesía griega o francesa. El llamado Príncipe de las Letras Castellanas murió el 6 de febrero de 1916.