Malas noticias en cascada

 

Las malas noticias de la economía se suceden con una rapidez impresionante. La semana pasada se anunció, por ejemplo, que este mes de enero se clasifica como el peor para las bolsas del mundo desde la crisis de 1929, que fue la peor caída en el siglo XX y aun podríamos decir que la peor en la historia del capitalismo. En este enero de 2016, las bolsas perdieron en conjunto 7.8 billones (millones de millones) de dólares. Para tener una idea de lo que significa esa enorme cantidad, puede mencionarse que representa alrededor de la mitad del producto interno bruto, esto es, de todo lo que produce en un año la economía de Estados Unidos que es la más grande (lugar que le anda arrebatando China) del mundo.

Ya hemos señalado, en este espacio, que los movimientos de las bolsas o las devaluaciones de la moneda, así como otros vaivenes de la economía que parecen alejados de la población trabajadora terminan por afectar sus condiciones de vida y de trabajo, al generar inflación, desempleo, caída de los salarios, etcétera. En este caso, no se trata de un largo recorrido, sino de una afectación directa, porque a partir de que los empresarios descubrieron lo que llamo el mercado de los pobres, esto es una nueva vía para explotar a los trabajadores a través del consumo y no sólo de la producción, las caídas de la bolsa ya afectan de manera directa a los trabajadores. De ese mercado de los pobres, el aspecto más importante es, sin duda, la privatización de las pensiones, esto es, que los fondos de las pensiones de los trabajadores sirvan para financiar a los empresarios a través de su colocación en bolsa. En el caso de México, la semana pasada, el grupo financiero Banorte-Ixe señaló que en diciembre las pérdidas de las pensiones sumaron “14 mil 398 millones de pesos, casi el doble que el mes anterior”

En un exceso involuntario de cinismo, también la semana pasada, el director de la empresa constructora española OHL señaló que el escándalo de corrupción de la empresa, a la que llama “campaña de desprestigio”, afectó los fondos de pensiones, pues el valor de las acciones de esa empresa bajó en México en un 40 por ciento y resulta que un fondo de pensiones es el tercer principal inversionista en esa constructora. Lo que no dijo, por supuesto, el señor Sergio Hidalgo Monroy es que los trabajadores dueños de esas pensiones que sufrieron esas pérdidas no decidieron invertir en esa empresa, no tuvieron ninguna posibilidad de elegir y ni siquiera pueden enterarse de a quién deciden las Afores que van a financiar con los recursos de sus pensiones.

Ahora surge un nuevo escándalo que involucra al director de Pemex y nuevas inversiones de OHL en el sector petrolero, del que seguramente volverán a decir que los audios publicados están manipulados, pero al margen de los escándalos de corrupción, el uso de los fondos de pensión para financiar a los empresarios nacionales y extranjeros son un hecho y las pérdidas también.

Otra mala noticia es que la balanza comercial, esto es, la diferencia entre importaciones y exportaciones, tuvo un déficit en el año pasado de 14 mil 460 millones de dólares. Se trata del más alto desde 1994. Este déficit es más de cinco veces mayor al de 2014. Por supuesto que la principal causa es la caída en el precio del petróleo, pero también hay que señalar que las exportaciones no petroleras, que en 2015 sumaron 357 mil 340 millones de dólares, se colocan muy por debajo de las importaciones totales que sumaron el año pasado 395 mil 232 millones de dólares. Lo que sucede es que en otros años, las exportaciones de petróleo compensaban, en parte, el déficit comercial y ahora ya no cumplen esta función.

Frente a esta realidad, la política de la actual administración, a partir de la reforma energética, no es apoyar a Pemex para que pueda sobrepasar la crisis, sino castigarla aún más para que termine de hundirse. Y la política aplicada en el interior de la empresa es pasar los costos a los trabajadores petroleros. Así, el director de Pemex, tan diligente para apoyar a los inversionistas extranjeros, anunció ya el despido de 10 mil 533 trabajadores, bajo el acuerdo complaciente del sindicato petrolero.

Malas noticias en cascada, pues, para los trabajadores mexicanos.