Entrevista a José Manuel Noriega Gironés | Vicerrector de la Universidad La Salle | Exclusiva Siempre!
En respuesta a la invitación hecha por el presidente Enrique Peña Nieto en marzo de 2013 reiterada en junio de 2014 —y gracias también a los cambios en la Constitución— el papa Francisco visita México, por primera vez, como jefe de Estado y como líder religioso al mismo tiempo.
Del 12 al 17 de febrero de este año, Jorge Mario Bergoglio será recibido primeramente en Palacio Nacional antes de iniciar su agenda de trabajo por puntos neurálgicos del país; sin duda, su mensaje será contundente.
Francisco ejerce una diplomacia internacional revestida de modestia, sencillez, humildad y de servicio a los pobres con una predilección especial por los más necesitados, características que están muy lejos de la mayoría de los gobernantes del mundo.
En Siempre! platicamos con expertos en ciencias religiosas de la Universidad La Salle, Ciudad de México, sobre las características del liderazgo político del Papa.
Primeramente, entrevistamos al maestro José Manuel Noriega Gironés, vicerrector de Bienestar y Formación de esa universidad, quien señaló que Francisco es un papa que se deja interpelar por los signos de los tiempos.
“Francisco asume como tal el liderazgo político, no es político por ser una persona leguleya sino porque busca revestir cada uno de los momentos del ser humano que le ayuden a crecer. Sí es un político porque cualquier cargo a ese nivel debe tener cierta política, cierta diplomacia. Que sea arrojado, ya es parte de su personalidad”, apunta el vicerrector”.
Al llegar al Vaticano, como lo hizo de obispo y cardenal en Argentina, Bergoglio rechazó lujos innecesarios. Actualmente, duerme en la residencia de visitantes de Santa Martha, rechazó el papamóvil blindado, no viste con la tradicional casulla papal de color rojo y pidió que el anillo del Pescador no fuese de oro sino de plata dorada para escatimar en gastos. Francisco también comparte los alimentos de cada día con sus empleados.
Las características negadas de orgullo de Bergoglio, que han sorprendido al mundo, tienen una explicación muy clara, como destacó el misionero José Soto Hernández, profesor de la Universidad La Salle.
Hombre sencillo
“En el Antiguo Testamento, el nombre de un profeta es ya un programa de trabajo. Francisco, al elegir su nombre, lo hizo en esta tónica. En principio, nos conecta con San Francisco de Asís, el hombre sencillo, el hombre que reconcilia, el hombre que reconstruye. Y el Papa, al adoptar este nombre, adopta también un programa, el hombre sencillo, que va a reedificar, el que va a tratar de reparar desde la sencillez”.
Francisco ha condenado la guerra, la ambición por el poder, la corrupción y los crímenes contra la humanidad. Además, ha proclamado la paz y la unidad para todas las religiones del mundo, por lo que pidió ser bautizado por el líder de la Iglesia ortodoxa, se reunió con el papa anglicano y con líderes musulmanes, rezó descalzo en la Mezquita Azul en Turquía, y juntó, sorpresivamente, a los presidentes de Palestina e Israel en el Vaticano al mismo tiempo.
“Francisco es un hombre excepcional, no tanto revolucionario, es decir, cambiar por cambiar o por ser nada más un protagonista, más bien es un líder carismático porque mueve desde el fondo, de las partes más profundas de las personas y de la sociedad. Por ejemplo, su presencia en Estados Unidos en el Capitolio, hablar allí y dar el mensaje de la defensa de la paz y de los pobres”, destacó el padre Carlos Castillo Osorio, presbítero de Tláhuac e igualmente catedrático de la misma universidad.
Como jefe del Estado Vaticano, además de entrevistarse con reyes y personajes emblemáticos como Fidel Castro, Francisco también ha conquistado otros foros internacionales como la tribuna del parlamento europeo. Además, nunca en la vida de las Naciones Unidas se había recibido a un papa. “Su Santidad, gracias por hacer historia”, le dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en septiembre del año pasado.
Un poco de paz
En todas las tribunas que ha tomado el Papa su mensaje es religioso y político a la vez, por lo que no deberíamos esperar algo diferente en nuestro país.
Un día antes del cierre de esta edición, el jueves 4 de febrero, Francisco sentenció para México: “Si voy allí es para exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata de personas. Que nos caiga un poco de paz. La paz es algo que hay que trabajarla todos los días, la paz hay que pelearla todos los días, hay que combatir todos los días por la paz no por la guerra. San Francisco rezaba: Señor, hacedme un instrumento de tu paz. Quisiera en México ser instrumento de paz pero quiero hacerlo junto con todos ustedes”.
@ophelyas
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