Entrevista a Arturo Navarro | Profesor-investigador del ITESO | Exclusiva Siempre!
Los temas de pobreza, exclusión, marginación, desigualdad no son sólo elementos conceptuales, son una situación de realidad que estamos viviendo, basta constatar desde los informes que tenemos del estado del país hasta el bolsillo de los mexicanos, salir un poco más allá de las colonias que logran tener buenos servicios para confirmar que la pobreza, la exclusión, la marginación, la violencia son algo cotidiano, afirma Arturo Navarro Ramos, director del Centro Universitario Ignaciano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Durante la visita del papa Francisco a México, algunos de los temas presentes en sus discursos oficiales y en los mensajes que dirigió Francisco a los mexicanos en la Ciudad de México; Ecatepec, Estado de México; en San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas; en Morelia, Michoacán; y finalmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, fueron precisamente la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la marginación, aunque no son los únicos, precisa el investigador, quien señala que él llevaría el asunto a otra dimensión: “hay tres grandes temas y dentro de ésos aparecen éstos. El primero es —no hay que olvidar que el papa es un actor religioso— que su primer discurso fue la centralidad de la fe en Jesús; y de ahí surge la segunda: la centralidad de la persona y del cuidado como expresión de esa fe, y en ese sentido, si hay algo en términos de pobreza, de exclusión o de marginación que afecte a la persona, hay que denunciarlo, pero no se denuncia la pobreza por sí misma, la exclusión por sí misma, la marginación por sí misma, sino en función de que cualquier persona tiene derecho a vivir dignamente esté donde esté, y a contar con los medios de subsistencia y de realización; ahí es en donde está el enfoque, si esto no lo entienden nuestros políticos, seguirán haciendo lo mismo, seguirán con políticas que eventualmente tapan algo del problema, pero en realidad nunca lo resuelven porque no les interesa lo profundo de este asunto.
El investigador y profesor del ITESO agrega que el tercer tema es el cuidado de lo humano, independientemente de filiaciones políticas, religiosas: “aparecen seis elementos de denuncia muy fuerte, el primero es la cultura del descarte, y que ha estado diciéndolo muchísimas veces, es el tener una gran cantidad de pobres que viven en función del modelo económico, o la cuestión de la exclusión, ésa es una expresión de la cultura del descarte. Otra de las denuncias ha sido la crítica al modelo económico empobrecedor que lo que hace es pensar en función de la producción de los bienes del apuntalamientos de unos pocos en perjuicio de las grandes mayoría”.
La persona como medio de producción
El tercero es la oposición a la violencia, al narcotráfico; en Morelia lo dijo de manera bastante fuerte cuando señaló que Cristo no llama a ser sicario. Otro tema es el uso de las personas como medios de producción, y esto es un elemento que se trabajará en Ciudad Juárez y que estará ahí; o la irracionalidad de la modernidad, esta modernidad que hace pensar que todo se resuelve a raíz de sólo trabajo, de sólo esfuerzo; no, si hay condiciones estructurales en este país que generan pobreza, exclusión y marginación no se resuelven con buena voluntad o con discursos sino con prácticas políticas distintas a las que tenemos y, otra de las denuncias es el modo de vida seudoreligioso por parte de cualquiera, el primer día hizo alusión a los obispos, pero no solamente a ellos. En Morelia hablaba a los religiosos y los impulsaba a no ser funcionarios en este sentido. Ahí están los elementos centrales de la visita y por supuesto entonces se entiende que pueda hablar de la pobreza, de la exclusión y de la marginación, pero no nos perdamos pensando que son los grandes temas, ésas son las consecuencias de una cultura que no está centrada en la persona sino en el uso y la expresión de poco cuidado con el otro”.
Arturo Navarro, licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac y maestro en Educación por la Universidad La Salle-Guadalajara, en entrevista exclusiva vía telefónica, explica a Siempre! que para quien esperaba un discurso estridente de confrontación, frontal, los discursos del papa no cumplieron con esa expectativa. Quien esperaba un discurso profundo, critico, propositivo, sí cumplió en ese sentido. Ha sido un discurso mesurado en el tono, pero preciso en el enfoque, es un discurso de carácter profético que denuncia sin estridencia y presenta, al mismo tiempo, la contrapropuesta de manera suave y reflexiva; es decir que el estilo del Papa ha sido presentar de manera suave las cosas, porque entonces quienes están escuchando se abren a la escucha y no se cierran de inmediato, ahí está parte de la estrategia del manejo discursivo del papa Francisco en este momento.
Por otra parte, el papa Francisco “no es un actor, no busca la frase fácil y la reflexión inteligible sólo para pocos con una serie de frases que a la mejor son precisas para el ambiente teológico, pero no para la gran mayoría, lo que está buscando es una relación cordial y habría que recordar que lo cordial tiene que ver con lo que surge del corazón, del cor, cordis, entonces es una relación cordial que permita la empatía más cotidiana, creíble; las personas dicen, es que este Papa habla de cosas cotidianas, de cosas que sí se le entienden, que sí son creíbles, y ahí está la fuerza de lo que está planteando”.
Ahora, el balón está en la cancha de los que escuchamos y lo que corresponde es tomar posición frente a eso, a mí me parece que se corre el riesgo de exaltar la selfie, el grito, que si yo vi más cerca al Papa que tú, o cosas así por el estilo, incluso por los actores políticos, en ese sentido es muy posible que no siempre los planteamientos del Papa sean del todo impactantes en términos de la política mexicana, por eso tendría que haber no solamente una buena voluntad para escuchar sino una buena voluntad para reflexionar críticamente sobre lo que se hace, a la luz de las observaciones que hizo.
Su discurso no es receta mágica
La reflexión o el análisis positivo o el impacto del discurso del Papa es directamente proporcional a la capacidad de escucha de los oyentes y a la apertura para transformar sus prácticas religiosas, políticas, sociales; o sea, no es una cuestión de receta mágica, tiene que haber voluntad de los actores religiosos, de los actores políticos, de los actores sociales para asumir una posición de posible cambio, y esa lamentablemente yo no la veo en este momento.
Para el estudioso de la religión, uno de los discursos más fuertes del Papa fue el que dijo en Palacio Nacional, frente al presidente de la república, el cuerpo diplomático y el gabinete federal, en donde señaló que, de acuerdo con la experiencia, cada vez que se busca el camino del “privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”. Ésta es la parte más fuerte del mensaje, el asunto de señalar que un modelo económico y una práctica política que enriquece o está en función de unos pocos es terreno propicio para la desigualdad, la marginación, la pobreza, el narcotráfico y todos los males que tenemos; fue puntual, no sé si lo habrán escuchado los políticos mexicanos, porque uno puede a veces estar oyendo sin escuchar.
Navarro Romero asegura que la desigualdad es una de las preocupaciones de Jorge Bergoglio desde la época en que era obispo en su natal Argentina, “es una perspectiva siempre presente en su práctica pastoral y eso permite entender otro tipo de prácticas como el moverse en los vehículos públicos, el no tener quien le esté arreglando su ropa, su comida, sino ser él mismo quien asume estas tareas”.
Preocupación que se ha unido a su formación jesuita y a su preocupación por las minorías, la pobreza, la exclusión y la violencia. La promoción, los religiosos en general, después del concilio han sido los primeros que han asumido los cambios propuestos hace 50 años por el concilio, por la Iglesia, y a diferencia de los obispos que han tardado mucho más en moverse, y en ese sentido, la formación para la vida religiosa es una formación para vivir en comunidad, para aprender a compartir, y éste es un elemento que estará siempre presente no sólo en Francisco sino en muchos religiosos. Durante sus actos en México observábamos el gran ejército que tiene el Papa Francisco para realizar la reforma de la Iglesia, no son en este momento los obispos, sino los religiosos y las religiosas.
El mundo, hoy, necesita a los indígenas
Con las comunidades indígenas de Chiapas en el Centro Deportivo Municipal en San Cristóbal de la Casas, el Papa manifestó que de modo sistemático y estructural los pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. “Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminan”, y exhortó a pedir perdón a los pueblos indígenas porque el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita. Discurso que desde el análisis del profesor Navarro va en sentido de “del cuidado de lo humano, independientemente de las filiaciones, y en ese cuidado habría que empezar reconociendo que no solamente están en situación de marginación; sí, claro que sí, pero está marginación tiene unas causas estructurales que nosotros mismos hemos provocado como sociedad occidental, donde compramos a menos de un peso a veces el kilo de café cuando en otros lugares se revende de una manera exagerada”.
La visita del Papa a Chiapas permitió, por un lado “visibilizar a este grupo y sacarlo del enfoque folclorista con el que a veces vemos el mundo indígena, porque por un lado se visibiliza a los indígenas en su pluralidad, en su diversidad y, además, se les valora en esta expresión de la celebración de la misa, sus propias raíces culturales y sus diferencias que no desentonan en un entorno de pluralidad, al contrario, adquiere cada quien su propio valor, su propio lugar. El hecho de celebrar una misa compartiendo las distintas lenguas indígenas, a lo mejor a nosotros nos parecía que estaban pronunciando el mismos idioma, pero no, eran tres lenguas distintas además del español que estaba ahí presente, entonces ahí hay un elemento simbólico muy fuerte en términos de visibilización de la pluralidad desde la desigualdad, de la marginación, y es como poner frente a la mesa de la discusión el papel que hemos tenido como un país de fuertes raíces indígenas que a veces se nos quieren olvidar o procuramos olvidarlas para exaltar solamente la otra vertiente de influencia española-europea. En este sentido, la visita del Papa, por un lado, ha sido posicionar este asunto, visibilizar, legitimar prácticas, legitimar situaciones; y, por el otro, también hacer una fuerte crítica a las prácticas políticas de nuestro gobierno, a las prácticas políticas de exclusión y también a nuestras prácticas sociales sin que uno sienta la agresión”.