Si alguien tenía dudas de la calidad moral del gringo Donald Trump, con el reciente dictamen de un tribunal neoyorquino debería bastarle: resulta que el empresario, cuyo único mérito es haber heredado los millones de billetes verdes de su familia, engañó a la población y defraudó a miles de jóvenes con una universidad “patito”.
Sí, miles de estudiantes, poco más de cinco mil para ser más exactos. La mala obra de Trump no fue cualquier cosa. El fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman acusó que la farsa de la universidad con fines de lucro del gringo malora es un crimen que compromete varios millones de dólares.
La Corte norteamericana ha decidido no archivar el caso como tanto ha pretendido el presunto defraudador y el tribunal dio paso a que se continúe con la investigación iniciada desde hace casi tres años, toda vez que, al parecer, la dichosa escuela opera de forma ilegal, no tiene licencia y oferta planes educativos que no son acordes a la realidad.
La historia de la universidad de Trump no es de ahora sin embargo, el proyecto lo inició en el 2005, y cinco años después, cerró la escuela y le cambió el nombre. Nunca tuvo licencia para operar y ofrecer sus cursos sobre negocios y finanzas. Su historia de vida le permitió aplicar costos de hasta 35 mil dólares por matrícula. Cualquier cosa.
Cuando empezaron a brotar las inconformidades también lo hicieron las demandas de fraude y en California hay varias cuentas pendientes en contra del candidato a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca.
Mientras sus contrarios aprovechan la coyuntura por el caso de la universidad patito, el empresario continúa su lucha por lograr ser el candidato de su partido, el Republicano, para la sucesión presidencial.
La campaña contra México continúa siendo la principal bandera política del gringo quien ha prometido que mandará de regreso a sus países de origen a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Medios internacionales dan cuenta que a Trump le fue bien en el supermartes de elecciones primarias, luego de que ganó 5 de 12 estados, además de asumirse vencedor del caucus electoral celebrado por el partido demócrata.
Trump venció a sus contrincantes, los senadores Marco Rubio, de Florida, Ted Cruz, de Texas y al gobernador de Ohio John Kasich y al médico Ben Carson, en los comicios primarios de Alabama, Georgia, Massachusetts, Tennessee y Virginia; por lo que ya se siente seguro como el gran triunfador de las internas republicanas.