Eduardo Riera Aviña tiene un perfil público en redes sociales donde dice trabajar en Liverpool y vivir en Nezahualcóyotl, en el estado de México.

Él escribió a Gabriella Nava: “ya bájale de huevos vieja puta, aparte de que andas enseñando el trasero, todavía te pones digna, maldita zorra de cola apestosa, ya bájale, solo quieres llamar la atención. Si no te quieren en casa no estés chingando a los alumnos que solo quieren un video para masturbarse, mejor lárgate de monja si no te gusta, además estas bien pinche fea, esquelética hasta sidosa has de estar, vieja cerca”.

A ese primer mensaje, ocurrido en los últimos días de marzo, le siguió un segundo y un tercero: “Perra fea como te va? Ya vete a chingar a tu madre perra maldita”; “Como estas vieja puta? Ya termino tu semana de fama, seguirás en la mediocridad o cuando quieras puedes hacer otra telenovela, ahora déjate violar para que con gusto te hagan caso jajaja pinche puta zorra” (sic).

Desde que Gabriella Nava denunció ante las autoridades y en redes sociales, que fue víctima de acoso luego de que un sujeto la grabara por debajo de su falda; su vida ha cambiado drásticamente y si bien, cada día recibe cientos de muestras de solidaridad y apoyo, también, sigue siendo víctima del hostigamiento de personas como Eduardo Riera Aviña.

La forma en como es tratada, fue de nuevo expuesto por la propia Gabriella Nava, estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Fest Acatlán.

Gabriella cuenta cómo ella y muchas otras víctimas que deciden denunciar o hacer público que sufrieron una agresión sexual, “lamentablemente se exponen a recibir burlas, chismes; en casos más graves, insultos, amenazas, intimidaciones, más acoso”.

Mentiría si les digo que todo mundo los va a apoyar… Es por eso la importancia de respaldarse por donde puedan. No están solos, pidan ayuda, háganse escuchar, ¡denuncien! No es drama, ni ganas de atención, ni mucho menos una “telenovela”. Es un delito y merece ser atendido, juzgado y sancionado. No pedimos más que lo justo. Es nuestro cuerpo, nuestra integridad y nadie tiene derecho a nada sin nuestra autorización.

El Código Penal del Estado de México en el Subtítulo Cuarto de Delitos contra la Libertad Sexual en el Capítulo I sobre Hostigamiento y Acoso Sexual, en su Artículo 269 Bis. Segundo párrafo establece que:

“De igual forma incurre en acoso sexual quien, sin consentimiento del sujeto pasivo y con propósitos de lujuria o erótico sexual, GRABE, reproduzca, fije, publique, ofrezca, almacene, exponga, envíe, transmita, importe o exporte de cualquier forma, imágenes, texto, sonidos o la voz, de una persona, sea en forma directa, informática, audiovisual, virtual o por cualquier otro medio.

Si la imagen obtenida, sin consentimiento, muestra al sujeto pasivo desnudo o semidesnudo, se acredita por ese sólo hecho, los propósitos señalados en el párrafo anterior.

Comete también el delito de acoso sexual quien con fines de lujuria asedie reiteradamente a cualquier persona, sin su consentimiento, en instalaciones o vehículos destinados al Transporte Público de Pasajeros. En estos casos se impondrán penas de un año a cuatro años de prisión y de cien a trescientos días de multa.”

Ella dice, y dice bien, “no lo digo yo, lo dice la ley. ¡Conozcamos nuestros derechos!”. Hay que alzar la voz, hay que denunciar, no hay que callar.