Cuatro meses después de los ataques en París, la capital eurocomunitaria sufrió una serie de atentados en el aeropuerto y el metro, dejando 35 personas muertas y 340 heridas. Este lunes, la estación Maelbeek del sistema de transporte subterráneo de Bélgica reabrió sus operaciones en medio de medidas de seguridad más estrictas. Esta terminal permaneció más de un mes sin servicio. Su reapertura se dio en medio de la conmoción de los usuarios, quienes todavía recuerdan los momentos trágicos que se vivieron aquella mañana que ensombrecería la vida de la población belga.
Este lunes, por primera vez desde los ataques, las 69 estaciones de metro de Bruselas funcionarán y se aplicarán los horarios vigentes antes de los ataques.
No obstante el acceso a las estaciones seguirá limitado a dos entradas, y la policía y militares continuarán garantizando la seguridad del subterráneo.
La portavoz de la empresa de transporte público de Bruselas (STIB), Françoise Ledune, dijo que no se reportaron incidentes durante la reapertura del servicio, por el contrario informó que muchos de los usuarios se detenían a leer una serie de mensajes que decían: “Todos juntos” y “El más grande de todos es el amor” que fueron escritos en una pared por familias de las víctimas y sobrevivientes.
Aunque esta medida busca devolver la confianza a la población, Ledune, indicó que sólo se abrirán por el momento dos de las cuatros puertas de la terminal, con los horarios vigentes antes de los ataques. Asimismo, señaló que la policía y militares continuarán garantizando la seguridad del subterráneo. Esta vez, puede apreciarse escoltas apostados en los costados de los accesos, fuertemente armados y monitoreando a todo el que ingresa al Metro.
Los atacantes suicidas escogieron este objetivo para inmolarse por ser la estación más cercana a la sede de la Unión Europea y de la OTAN; un claro mensaje lanzado por el llamado Estados Islámico en represalia por los ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra sus fuerzas en Siria e Irak.
Los atentados en Bruselas se produjeron cuatro meses después de los ataques en París, que mataron a 130 personas. La policía belga ha identificado vínculos entre los sospechosos de ambos atentados.