¿Cómo vive un jugador cuyos padres no pueden oír cuando es ovacionado? ¿Cómo vive el portero que recibió un gol de chilena de Hugo Sánchez? ¿Qué pasa con los sobrevivientes del Maracanazo? ¿Qué fue de Pablo Larios “El portero de la Selva? Carlos Barrón en su libro “Tiempo de compensación” (Producciones El Salario del Miedo, 2016) narra algunas de estas historias.
“Lo que se puede esperar en este libro es la capacidad de sorprenderse todavía con el futbol; de entender que no nada más se basa en los resultados finales o en identificar a un campeón si no que hay muchas historias detrás de esto. Es más bien un libro de personajes y de sentimientos muy allegados al futbol y al box. El primer eje es el futbol: los porteros como punto de partida; y vas pasando así hasta llegar a los equipos; terminamos con el mundo del boxeo y una historia especial que fue la de La [Arena] Coliseo como una especie de homenaje para estos recintos deportivos que se han ido perdiendo con la vorágine de la ciudad como el Toreo de Cuatro Caminos o el Parque del Seguro Social y lo hicimos con La Arena Coliseo para que no se vaya a perder como los otros recintos” señala el autor del libro.
A través de varios testimonios, Barrón ofrece relatos con un enfoque diferente para mostrar el lado humano de algunos futbolistas: “la historia del Pony Ruiz, quien tiene a sus padres sordomudos y ya le habían preguntado de eso pero yo le pregunto si a él le hubiera gustado que su padres escucharan que un estadio lo ovacionara y se puso a llorar, porque dijo que alguna vez en un estadio lo ovacionaban y sus padres no podían escuchar o por no poder hablar con ellos por teléfono cuando a los 20 años estaba en México”.
Igual sucedió con el texto que preparó sobra la famosa chilena de Hugo Sánchez ante el Logroñés. “¿Qué podría encontrar de diferente que Hugo haya dicho en 1988 o en 1990? Lo que hice fue irme a buscar al portero y ahí cambió la historia, y busqué al defensa, y a los que jugaban con Hugo, al que le puso el pase a Hugo y al que vio el gol en la tribuna” explica Barrón.
“Juan Pérez, portero del Logroñés, atiende una tienda de deportes. Era un tipo mal humorado y le molestaba porque no hay portero que le guste hablar de un gol que le anoten. Hugo Sanchéz afirmaba que en una fiesta el portero lo felicitó pero este dice que no es cierto. Cuando de plano se enojó y me colgó fue cuando le dije que si vendía en su tienda camisetas de Hugo Sánchez, allí me aventó la bocina” comenta el periodista.