¿Cómo podría ejemplificarse una violación en un mensaje visual? Una campaña de concientización en Brasil usó cientos de pantaletas rasgadas con sangre, en una clara alusión a la violencia sexual que se registra en Copacabana, precisamente en esa playa que será sede de los Juegos Olímpicos 2016.
Varias organizaciones feministas y defensores de los derechos humanos colocaron las prendas femeninas sobre la cálida arena de Copacabana, acompañadas de una serie de fotos panorámicas de rostros de mujeres con una mano ensangrentada que les cubre la boca. El mensaje intenta decir que el agresor sale impune ante la vergüenza y el sufrimiento en silencio que ocasiona su crimen en la víctima.
El video posteado
La campana fue realizada luego de la violación a una joven por parte de más de 30 hombres a finales de mayo; un hecho que resaltó el dramático porcentaje de agresiones sexuales en Brasil. La agresión fue difundida en las redes sociales con un video en el que la menor aparece desnuda y desmayada, con sus órganos sangrando. Lo peor de todo fue que los mismos autores de la grabación comentaban el acto.
Esta situación generó una ola de indignación mundial y desató el debate sobre las alarmantes cifras de abuso sexual en el país sudamericano.
A fin de condenar estos crímenes, activistas y organizaciones no gubernamentales realizaron la campaña extendiendo 420 pantaletas manchadas de pintura a modo de sangre sobre la arena, por cada una de las mujeres que son víctimas de abusos sexuales cada 72 horas. La exposición sólo duró un día, pero permitió ser vista por los miles de brasileños y turistas que pasean diariamente en ese lugar turístico. Las fotos de dos metros de alto hechas para la exposición fueron creadas por el fotógrafo Marcio Freitas bajo la consigna “Nunca me callaré”. Para las imágenes posaron una veintena de modelos, cuyo trabajo buscar recordar que la víctima nunca es culpable en una violación con la etiqueta #estruponãoéculpadavitima en las redes sociales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, Brasil fue el quinto país con mayor tasa de violencia contra las mujeres entre 83 naciones. La nación sudamericana promedió alrededor de 13 mujeres muertas por día en 2013 y una tasa de 4.8 homicidios por cada 100,000 mujeres. La OMS agregó que Brasil sólo es superado por El Salvador, con 8.9 homicidios para cada 100,000 mujeres (en 2012), Colombia (6.3 en 2011), Guatemala (6.2 en 2012) y Rusia (5.3 en 2011) tienen tasas mayores.
Datos escalofriantes
Un informe revelado en 2014 por el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA por sus siglas en portugués) reflejó que sólo el 10% de los casos son denunciados, lo que puede elevar el dato a casi medio millón de violaciones por año. Se estima que tan sólo en Brasil se producen 50 mil violaciones por año; esto significa 140 casos por día, traducidos en casi 6 por hora y uno cada 12 minutos. Para hacer aún más trágico el panorama, diversas investigaciones señalan que cerca de 15% de las violaciones son colectivas, que hasta en 40% de los casos hay drogas de por medio, y que en 70%, las víctimas tienen menos de 18 años.
El estudio Mapa de la Violencia: Homicidio de Mujeres, publicado en 2015 por la ONU, indicó que se registró un aumento en el número de homicidios femeninos con mayor violencia contra las mujeres negras, cuya cifra se elevó 54% en 10 años. A su vez, las agresiones contra mujeres blancas se redujo en 9.8 % en el mismo periodo.
La presidenta Dilma Roussef anunció, en 2015, una campaña bajo el membrete “Demos el paso”, en la que tipifica el feminicidio (asesinato de mujeres por cuestión de género) como un delito grave con penas de entre 12 y 30 años de cárcel. Con esta medida, Brasil se ubicó como la decimo sexta nación en incluir la ley de feminicidio en su marco jurídico nacional.