Jean Pierre Bemba es un empresario de 53 años de edad que se convirtió en un señor de la guerra. Es originario de la República Democrática del Congo y dirigente de la milicia Movimiento para la Liberación del Congo, la cual perpetró saqueos y violaciones en la República Centroafricana entre 2002 y 2003. Este martes, la Corte Penal Internacional lo condenó a 18 años de cárcel, acusado de crímenes de lesa humanidad. Según la jueza, Sylvia Steiner, las facciones armadas de este hombre operaron en ese país africano sin control alguno, lo que les permitió realizar saqueos y violaciones tumultuosas contra mujeres y niñas, muchas de ellas perdieron su virginidad, contrajeron enfermedades como el VIH y, en consecuencia, quedaron estigmatizadas y rechazadas en sus propias comunidades. Según testimonios de víctimas, estos brutales combatientes practicaban la violación como forma de control y muchas veces, las mujeres eran violadas por grupos de hasta 20 hombres.

Aunque Bemba no estuvo en el periodo en que sus hombres cometieron estas atrocidades, se le consideró culpable por estar al frente de ellas y ni siquiera haber tratado de evitar estos actos de crueldad contra la población civil.

Se trata de una decisión sin precedentes adoptada por esta institución internacional, encargada de juzgar crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidios. Asimismo, la pena impuesta a Bemba es la más alta hasta el momento y la primera que se establece contra un jefe militar, considerado culpable por las acciones perpetradas por sus soldados, aunque él mismo no las haya ordenado.