Miles de trabajadores del sector salud, principalmente médicos y enfermeras, marcharon en casi 90 ciudades de 28 estados de la República Mexicana para protestar, entre otras cosas, en contra de la aplicación del nuevo Sistema de Salud Universal que entra en vigor este mes.
La esencia del proyecto fue firmada por el gobierno federal y mandatarios estatales el pasado 7 de abril, y busca impulsar el acceso total de los servicios en el país; sin embargo, ayer se levantaron miles de voces inconformes.
La reforma en materia de salud fue anunciada por el presidente Enrique Peña Nieto desde el año 2013, presentada por el jefe del Poder Ejecutivo en 2015 y aprobada el pasado 30 de abril.
Entre otras cosas, el Sistema Nacional de Salud contempla, en una primera fase, el intercambio en todas las instituciones públicas del sector, incluidos los hospitales militares y navales en más de 700 servicios médicos, para atender las afecciones más comunes entre los mexicanos, según el secretario de Salud en el país, José Narro Robles.
No obstante hay adversidades que rodean la entrada en vigor de estas reformas y que plantean un escenario nada propicio para que todos los trabajadores de bata blanca realicen su trabajo de manera segura y eficaz, pero no por falta de capacidad humana y profesional.
Carlos Francisco Moreno Valencia, Coordinador Nacional del Movimiento #YoSOYMédico17, reiteró que el principal objetivo de este paro nacional fue evidenciar que los servicios en los hospitales públicos de salud cada vez son más deplorables para realizar su trabajo y en perjuicio de la ciudadanía.
“El objetivo del movimiento siempre ha sido la errónea criminalización, que desde luego tiene muchas aristas. Por ejemplo: las principales negligencias que puede cometer un médico son por falta de insumos, falta de personal y falta de equipos quirúrgicos, no tanto por la impericia del médico”, precisó.
Agregó que lo que buscan es que esta criminalización se vea atendida por las autoridades, “ya que se nos ha dejado ser la única cara del sistema y si esta situación no cambia, los más perjudicados son nuestros pacientes”.
En ese sentido, Moreno Valencia advirtió que lo peor está por venir, ya que auguró que el Sistema de Salud puede colapsar al estar rebasado por las necesidades de los mexicanos.
Otro de los motivos que orilló a los especialistas de bata blanca a salir a las calles fue el incremento de personal médico desaparecido, secuestrado, asesinado y reclutado a la fuerza por el crimen organizado.
Mario Carrillo Tapia, coordinador en Michoacán de #YoSOYMédico17 reveló que apenas en los que va de esta semana, han recibido el reporte de 10 agresiones graves a personal médico en diferentes partes del país.
Nuevamente salió a relucir Veracruz como el estado más peligroso de la para que ejerza su profesión el personal de los servicios de salud, denunció Mario Carrillo.
Los pasantes también son víctimas del narco, como lo dio a conocer Siempre! el 27 de julio del año 2015, en un trabajo especial titulado “Disminuye población de pasantes médicos y enfermeras por asedio criminal”.
Es por ello que, ante el conjunto de adversidades que este sector enfrenta desde hace ya algunos años, las marchas realizadas en diferentes entidades del país se sumaron familiares de los trabajadores de la salud, padres de familia, organizaciones sociales y hasta en un afán de arribismo, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
¿Qué dice la OCDE al respecto?
Los estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre los Sistemas de Salud revelaron, en el segundo estudio del Sistema de Salud de México publicado este 2016, que en los últimos 10 años se han logrado avances importantes en la materia.
El documento se dio a conocer mientras se discutían las reformas en la materia al interior del Congreso de la Unión e indica que la inversión pública en el sistema de salud ha aumentado de 2.4% a 3.2% del PIB; el esquema de aseguramiento público financiado por el Seguro Popular cubre actualmente alrededor de 50 millones de mexicanos y que evidencia reciente muestra que el gasto empobrecedor en salud ha disminuido de 3.3% a 0.8% de la población.
Señala además que muchas de las innovaciones de las políticas públicas de México se estudian y se emulan en todo el mundo, especialmente en el campo de la prevención. Las tasas de mortalidad infantil y la materna han disminuido y la esperanza de vida es ahora de poco menos de 75 años.
Sin embargo, también dejó en claro que todavía persistían grandes problemas en cuanto a los servicios de salud se refiere. El más importante –apuntó en ese entonces la OCDE- es que el Sistema de Salud de México continúa como un conjunto de subsistemas distintos, cada uno con diferentes niveles de atención dirigido a diferentes grupos sociales, con precios diferentes y con resultados diferentes.
El organismo internacional consideró que la afiliación a un subsistema no está determinada por la necesidad, sino por el empleo de la persona y junto con esta iniquidad existen muchas ineficiencias en el sistema.
Dijo que millones de mexicanos pertenecen a más de un esquema de aseguramiento y muchos millones más, parecían no saber si estaban protegidos por un seguro de salud público cuando fueron encuestados.
Lo igualmente grave es que de acuerdo a este estudio de 37 páginas, la proporción del presupuesto nacional de salud en gasto administrativo, cercana al 10%, es la más alta de la OCDE.
También el gasto de bolsillo en salud de los individuos es uno de los más elevados de la OCDE, lo cual indica que todavía se está lejos de alcanzar una cobertura efectiva y servicios de alta calidad.
“Todos los principales actores involucrados están de acuerdo en que México necesita construir un sistema de salud más equitativo, eficiente y sostenible. Este estudio identifica los pasos adecuados, a corto y mediano plazo, para poder llevar a cabo la reforma requerida para atender estos problemas”, citó en su momento el Resumen Ejecutivo y Diagnóstico y Recomendaciones 2016.
Ahora, basado en las reformas, estas deficiencias deberán ser subsanadas en su mayoría por la nueva estructura y operatividad el Nuevo Sistema Universal de Salud en México; sin embargo, el problema no radica en una supuesta privatización de los servicios, ni en el duro golpe a los trabajadores, ya que eso lo dirá el tiempo.
Lo más grave es la mediocre información de las autoridades de Salud, así como en su ceguera, sordera e indiferencia con la que han tratado al pilar de cualquier sector productivo y de desarrollo que, sin duda, es la clase trabajadora. Por eso se explica que a las autoridades “se les prendió el fogón, antes de que echaran la leña”.
PROTESTA DE MÉDICOS DE JALISCO EN #CDMX
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