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Lo que más castigaron los votantes fue el cinismo con el que se comportaron los gobernantes.

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Bajas en el tablero político

¿Por qué se ha de temer a los cambios?

Toda la vida es un cambio.

¿Por qué hemos de temerle?

George Helbert

El escenario se está poniendo cada vez más complejo en ruta a las elecciones presidenciales de 2018, los punteros hasta ahora empiezan a definirse en cada uno de los partidos políticos, y digo hasta ahora, porque la experiencia y los antecedentes en las elecciones de sexenios pasados dejan en claro que no siempre los que van adelante terminan siendo candidatos, y porque las ventajas o desventajas a dos años de esos procesos son muy cambiantes. Sobre todo ahora que se sustentan en gran medida en las redes informáticas y nuevas tecnologías, ya que lo que hoy se presentaba como más moderno y avanzado mañana es desplazado por un nuevo avance y descubrimiento.

Lo que hace un año era la sensación del momento hoy ya no lo es, en política tenemos el caso de los candidatos independientes que con el surgimiento del Bronco de Nuevo León, parecía que habían llegado para quedarse y desplazar del espectro político la partidocracia, que en ese entonces parecía que no tendría más futuro en las competencias electorales.

Las elecciones del 5 de junio demostraron que no es así, los ciudadanos dieron nuevamente un voto de confianza a los partidos, castigaron severamente al PRI por los escándalos de corrupción, los problemas en nuestra economía nacional y por la inseguridad que viven muchas de las entidades del país, pero lo que más castigaron los votantes fue el cinismo con el que se comportaron los gobernantes que, además de incurrir en las conductas descritas, se presentan a la sociedad como si nada pasara, y a veces con burla y sorna.

Del PAN no podemos decir que fue premiado por los ciudadanos, más bien al dirigir su voto de castigo y hartazgo no tuvieron una mejor opción, lo cual constituye una doble responsabilidad; la primera es que los ciudadanos determinaron que los partidos políticos, es decir, la vida democrática de representación mediante ellos es vigente y esta “vivita y coleando” y va a ser la forma en que se materialicen las determinaciones populares, y la segunda es que esta oportunidad se la dio al PAN, quien ya gobernó este país, y que ahora tendrá que demostrar que entiende la exigencia de los ciudadanos y actuará en consecuencia realizando los cambios necesarios, tomando las decisiones y acuerdos políticos internos pertinentes para lograr ser opción real y latente del voto que quiere cambios de fondo en el país.

Ya vimos dos bajas en el tablero político, las renuncias de los líderes del PRI y PRD, Manlio Fabio Beltrones y Agustín Basave. Ambos se despidieron dejando sendos mensajes a sus partidos, o cambian y se transforman de fondo, o los ciudadanos se encargarán de ajusticiarlos y ponerlos en el camino de la derrota. Andrés Manuel López Obrador sigue vigente aunque no ganó ninguna elección. El escenario se moverá, y éstas son las lecciones que deja el 5 de junio.

@perezcuevasmx

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