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Las corrientes mantienen su inercia de repartición de un pastel cada vez más mermado.
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Renuncia Basave
El PRD continúa ingobernable, lo confirmó Agustín Basave Benítez al presentar su renuncia a la dirección nacional perredista, el Sol Azteca que ha visto cómo ha mermado su presencia no debe buscar una piedra filosofal sino la institucionalidad a la que las corrientes y grupos han desdeñado desde el propio origen.
La izquierda suele fragmentarse hasta el hartazgo, las ínsulas pululan, las discusiones bizantinas y en muchos casos la mezquindad han arrebatado otros escenarios porque se han empoderado la soberbia, el maniqueísmo y el reparto de cargos.
En el PRD, que surgió como una expresión oportuna en una coyuntura derivada de los comicios turbulentos de 1988, se hace evidente su declive, mantiene ciertas fortalezas mediante las alianzas de ocasión con el PAN, sin cuadros propios porque regularmente brinda el respaldo a expriistas.
Las corrientes internas del PRD han socavado la institucionalidad que ha sido precaria, el archipiélago de grupos hace de las suyas, las discusiones no son por diseñar una izquierda moderna sino por las ganancias electorales, ya Morena abatió la hegemonía perredista en la Ciudad de México, aún mantiene sus bastiones en Morelos y Michoacán sólo que el balance final no resulta optimista.

Agustín Basave
Agustín Basave es un hombre académico, escritor y diplomático; sus características no son las de un operador político para una organización compleja como lo es el PRD al que marcó su origen. Por cierto, su libro Mexicanidad y esquizofrenia es una lectura interesante porque es presentado como una radiografía del país, acerca de la atrofia del Estado mexicano, un ensayo antropológico.
El aún dirigente del PRD, próximo a dejar esa responsabilidad como ya lo anunció luego de que Jesús Ortega se adelantara para dar la nota, llegó a dirigir al perredismo tras una crisis que se agudizó con Carlos Navarrete y el caso Ayotzinapa, la dirección del también integrante de la corriente Nueva Izquierda conocida como los Chuchos fue insostenible, así se despejó el camino para el arribo de quien fue cercano colaborador de Luis Donaldo Colosio en el PRI.
Basave ha dicho que las corrientes se manejan como partidos dentro del PRD y que sin el influjo de alguna de ellas difícilmente se puede figurar; le asiste la razón.
Nueva Izquierda fue la corriente hegemónica, ahora ha sido desbancada por ADN que dirige Héctor Bautista; en Michoacán el gobernador Silvano Aureoles tiene su membresía en otra, Foro Nuevo Sol; el dirigente estatal Carlos Torres Piña es miembro de ADN.
En los comicios del 5 de junio la caída del PRD no fue tan estrepitosa porque las alianzas con el PAN en entidades como Veracruz y Quintana Roo la amortiguaron, sólo que los problemas prevalecen.
El PRD ocupa una cirugía mayor.

