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La masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 fue tipificada como un genocidio por el Poder Judicial de la Federación.
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Crímenes de lesa humanidad
Los crímenes de lesa humanidad, junto con los crímenes de guerra y los crímenes contra la paz, fueron codificados por vez primera dentro del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nüremberg. Más tarde, en junio de 1950, la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas reflejó tales figuras delictivas en los célebres Principios de Nüremberg. A ellas luego se sumó el crimen de genocidio previsto en la convención de la materia aprobada por la asamblea general de la ONU el 9 de diciembre de 1948.
Al amparo de esos delitos que agravian u ofenden a la humanidad en su conjunto han sido procesados y sancionados por los respectivos tribunales penales internacionales los responsables de las atrocidades cometidas en Ruanda, ex Yugoslavia, Sierra Leona, Camboya, Timor Oriental y Kosovo. Lo mismo ha ocurrido en el interior de Guatemala, Perú, Chile, Argentina y Uruguay, países en los que el derecho penal internacional hizo posible la cristalización del círculo virtuoso de la verdad, la justicia, las reparaciones integrales, las garantías de no repetición de los hechos y la preservación de la memoria histórica.
Lo anterior explica el porqué los tipos penales en cuestión están regulados en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, instrumento emanado de la conferencia diplomática de Naciones Unidas que tuvo verificativo en la capital de Italia del 15 de junio al 17 de julio de 1998 y del que el Estado mexicano es parte adherente a partir del 1 de enero de 2006.
La perpetración de crímenes internacionales ha sido una constante en nuestra nación. La masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 fue tipificada como un genocidio por el Poder Judicial de la Federación. Genuinos crímenes de lesa humanidad son sin duda la matanza del 10 de junio de 1971 y las ejecuciones sumarias, torturas y desapariciones forzadas acaecidas durante la guerra sucia.
Tal calificación jurídica igualmente corresponde a los barbáricos actos llevados a cabo en Acteal, Aguas Blancas, El Charco, El Bosque, Atenco, Apatzingán, Ecuandureo, Tanhuato, Calera y Tlatlaya; así como la trágica desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa.
Existe una soterrada resistencia a aceptar esa tremenda realidad jurídica y política. Sin embargo, el dique de contención ha sido roto con el golpe de ariete propinado por Open Society Justice Initiative, organización que en un reciente informe concluyó categóricamente que: I) desde las entrañas mismas del Estado, a partir de diciembre de 2006 se han cometido asesinatos, torturas y desapariciones forzadas constitutivas de crímenes internacionales, II) las autoridades no han hecho lo suficiente para llevar a los responsables ante la justicia. El texto en cita está basado en el análisis de innumerables casos a los que ahora será preciso agregar el sangriento ataque de Nochixtlán en contra de miembros de la CNTE.
En nuestra doliente patria se han cometido crímenes de lesa humanidad. Para nunca más vivirlo, nunca más negarlo.

