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Esfuerzo inútil de Mariano Rajoy por formar gobierno y, por mezquindad, negarse a dar un paso al costado y permitir construir una coalición.

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España

En la agónica monarquía borbónica española parece ser que seguirán sin poder formar gobierno. La situación es similar a la sufrida hace pocos años por Bélgica en que la crisis duro poco más de un año. En el régimen monárquico parlamentario español, ha durado ya seis meses, desde que en las elecciones de diciembre del año pasado, el electorado hispano dividió su voto de tal manera que nadie pudo formar gobierno por sí solo y requería forzosamente de alianzas con otras formaciones partidistas, para lograrlo.

Los resultados de los últimos comicios son muy parecidos a esa elección. Únicamente el Partido Popular logró un ligero avance al obtener 14 curules más que la vez pasada, llegando a 137 escaños, insuficientes para gobernar solo, y está obligado a construir coaliciones para gobernar.

El resto de las otras tres fuerzas mayoritarias perdieron escaños con respecto de los anteriores comicios. El Partido Socialista Obrero Español tendrá 85 asientos en el parlamento, cinco menos. Las formaciones emergentes, Unidos Podemos y Ciudadanos, perdieron 2 y 8 curules, respectivamente.

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Así las cosas, nadie puede, ni el Partido Popular, ni ningún otro gobernar sin alianzas. El referente para tener mayoría son 176 escaños. El resto de fuerzas, como: Esquerra, Nacionalista Vasco, coalición Canaria, Nueva Canaria, CDC, Euskal Herria Bildu, se reparten entre todos, 25 curules. Pero ninguno puede funcionar como partido bisagra.

Es por ello, que vemos que la historia vuelve a repetirse. Poco hemos de vivir, la que esto escribe y el lector, si no testimoniamos otra vez el esfuerzo inútil de Mariano Rajoy por formar gobierno, empecinarse en ello y, por mezquindad, negarse a dar un paso al costado y permitir que otro militante de su partido lo haga y, así, construir una coalición.

El PSOE ya se negó, otra vez, a formar gobierno y es casi seguro que buscará nuevamente a Ciudadanos y a Podemos para concretar una alianza con base en un programa de gobierno y no la ambición vulgar de repartirse los ministerios.

Lo que sucede en España, y que nos recuerda a la Italia de hace algunas décadas, debiera observarse con cuidado y tomar lecciones porque, en México, pronto estaremos viviendo elecciones igual de reñidas y sin un claro mandato popular. Y requeriremos un diseño institucional de gobiernos de coalición funcional y eficaz. Esperemos que España procese pronto esta situación y no se prolongue la crisis de gobernanza.