Si la III Cumbre Empresarial de Alianza del Pacífico (AP) “Visión de Futuro”, clausurada este jueves en Frutillar, Región de los Lagos, Chile, no sirve como parámetro para México y los demás países participantes, entonces se podrá reprochar que los mandatarios nacionales no tienen ni idea de cómo se gobierna un Estado lleno de carencias y deficiencias económicas y educativas.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; México, Enrique Peña Nieto; Perú, Ollanta Humala, clausuraron la última sesión de este trascendental encuentro, según el cristal con que se mire.
La anfitriona destacó la importancia de potenciar la innovación en la AP y el papel que debe tener la inversión en la educación de los jóvenes con miras a enfrentar este reto.
En ese sentido mencionó que Chile desarrolla desde hace ya varios años políticas para alcanzar una transformación productiva.
Eh ahí el mensaje para México, uno de los países más rezagados del mundo y del continente americano en estos dos rubros: el educativo en dóode ha perdido referencia de calidad y el productivo, en el que cada vez hay menos incentivos y más adversidades para las Pequeñas y Medianas Empresas por políticas pobres.
Juan Manuel Santos enfatizó la importancia de la creación del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) en el marco de los esfuerzos para ampliar y profundizar los mercados de capitales entre los cuatro países.
Por lo anterior subrayó que, para la AP, es hoy una necesidad impulsar su integración digital.
Santos, sin duda, raspó al gobierno de Perú, que es una de las naciones de América Latina con mayor pobreza y menos accesos a los servicios públicos, por lo que ni si quiera se pudiera pensar en que este país reduzca la brecha digital y mucho menos hablar del fortalecimiento de su mercado interno.
Enrique Peña Nieto se refirió a la prioridad que debe asignarse a la integración comercial. Señaló que se hace necesario dar a conocer el valor que tiene esta iniciativa de integración regional, que a la fecha ha atraído la atención de 49 Estados Observadores, así como sus beneficios para la población.
En este caso solo hay que recordar que el inicio de este proceso de integración comercial, fue el fracaso del llamado “Grupo de los Tres”, constituido por Colombia, México y Venezuela, para según, constituir una zona de libre comercio entre los tres países y lograr acuerdos en otras áreas, tales como inversiones y propiedad intelectual, así como evitar una competencia desleal, entre otras.
Venezuela abandonó este trinomio para unirse al Mercosur en 2006, con lo que se convirtió en un binomio que se ha mantenido a partir de algunas estrategias de integración económica entre Colombia y México (ambos países potencialmente enmarcados por el narcotráfico).
Previo a la declaratoria de clausura de la III Cumbre Empresarial de Alianza del Pacífico, el presidente de Perú, Ollanta Humala, puso énfasis en la necesidad de invertir en la educación, y señaló que “el Perú viene impulsando una firme política para lograr una formación escolar de alta calidad”.
Asimismo, Humala consideró que la educación es un punto clave en la agenda de cooperación de la Alianza del Pacífico.
Finalmente, los Presidentes coincidieron en que la creación del Fondo de Capital Emprendedor y los avances hacia la internacionalización de las PyMES permitirán una mejor proyección de la AP hacia otras regiones.
En ese sentido, excepto Chile, las políticas públicas de Perú, Colombia y México en materia educativa son paupérrimas, pues estas tres naciones tendrán que recorrer un largo trecho para poder ofrecer un sistema educativo de calidad a sus gobernados que combata el analfabetismo; sin embargo, se ve imposible.
Y, en el caso de Chile, pese a que la calidad de su sistema educativo supera los estándares de la media continental en muchas de sus universidades, los conflictos sociales -al igual que México- en contra de los pésimos gobiernos, desaparecen poco a poco las inversiones privadas en sus naciones y fomentan cada vez más el destierro de otras transnacionales de sus territorios.
Por tanto, la III Cumbre Empresarial de la Alianza del Pacífico tendrá que ser una enseñanza y aprendizaje para todos los países participantes, pues de los contrario, éste nuevo foro político se convertirá en una “alfombra roja más” y pasarela, de los mandatarios nacionales, para mostrar sus mejores trajes y las más brillantes zapatillas.