Inmigrantes latinos, en busca de un oasis

 

Silvio González

En momentos en que el mundo sufre calamidades naturales, desastres nucleares y conflictos bélicos hay un lugar en Estados Unidos conocido como Las Vegas donde miles de inmigrantes latinos buscan un oasis, pero encuentran un espejismo.

Varios investigadores como Hal Rothmann consideran a esta ciudad la primera gran metrópolis de neón del siglo XX.

En el siglo XVIII, el lugar que recibió el nombre de Las Vegas en el estado de Nevada solamente tenía un manantial natural que daba verdor al árido desierto y que además era utilizado como abrevadero de caballos o ganado.

El nombre se lo dio el español Antonio Armijo quien llegó a ese remoto paraje, que entonces pertenecía a México, cuando viajaba desde Texas según Fernando Romero, director de Hispanos en la Política.

Posteriormente, el explorador militar John C. Fremont fue el primer estadounidense que viajó por el valle de Las Vegas el 3 de mayo de 1844 asegura  el investigador Thomas C. Wright.

El 10 de mayo de 1855, después de la anexión obligada de Nevada a Estados Unidos, el predicador Brigham Young envió un grupo de 30 mormones para evangelizar a la población nativa de esa región. Pero aquellos misioneros tuvieron que abandonar ese proyecto en 1857 cuando los pueblos originarios rechazaron aceptar esa religión.

Ya en 1864  el ejército de Estados Unidos construyó el Fuerte Baker para mantener a los indígenas sometidos por la fuerza.

En 1900, los manantiales son canalizados hacia la ciudad lo cual le permitió convertirse en una parada obligada para los trenes que viajaban en la ruta entre Los Ángeles y Alburquerque en Nuevo México.

La naciente ciudad fue oficialmente fundada en 1905 como paradero importante de la línea del ferrocarril de la empresa Union Pacific entre Los Ángeles y Salt Lake City pero hasta 1930 permaneció como un pueblo remoto y despoblado en medio del desierto.

La represa Hoover

Más de un millón de constructores de la presa llegaron desde todos los estados de la Unión afectados por la pobreza y la hambruna desatadas durante la Gran Depresión económica de los años treinta.

En 1931 se legalizó el juego y Las Vegas empezó a prosperar paulatinamente, por lo que en un principio atrajo a las numerosas cuadrillas de trabajadores encargados de la construcción de la cercana Presa Hoover en la ciudad de Bolder, escribe la investigadora Grace Palladino.

Con 221 metros de altura y 379 de largo y un peso total de casi siete millones de toneladas de hormigón armado, la represa Hoover era el más colosal proyecto constructivo de aquella época y estaba destinado a trascender como una verdadera joya arquitectónica de Estados Unidos.

Producía tres millones de kilowatios de energía hidráulica los que eran consumidos por tres estados y dio origen al Lago Mead que es el de mayor tamaño a nivel mundial creado artificialmente por la mano del hombre. Cuando se concluyó la legendaria obra resultó ser la mayor del mundo y la que producía mayor cantidad de energía hasta el año 1948.

En la actualidad atrae a siete millones de turistas anualmente, mientras que otros 10 visitan el lago Mead con fines de recreación.

Las Vegas se trasformó de una ciudad fantasma a un inmenso asentamiento poblacional cuando este fabuloso proyecto fue terminado el 30 de septiembre  de 1935.

En 1941 comenzó la construcción de grandes hoteles que incorporaban casinos de juego y los primeros inversionistas fueron acusados de atraer a Las Vegas dinero sucio procedente de los sindicatos del crimen organizado.

De hecho el primer hotel nombrado Flamingo fue construido en diciembre de 1946 por un reputado gangster llamado Bugsy Siegal que soñaba con crear una nueva ciudad en medio del desierto pero fue asesinado de un balazo en Hollywood en 1947.

Inmigrantes latinos en Las Vegas

Hoy en día, este oasis en medio del desierto tiene más de un millón de habitantes y es visitado por más de 30 millones de turistas anualmente y se sabe que desde los años setentas en esa región ha estado activo un movimiento social hispano importante, pero poco investigado.

La académica Silvia Lazos ha escrito varios libros sobre las marchas a favor de los derechos de los inmigrantes ocurridas en Las Vegas y ha disertado sobre el movimiento que pide una reforma migratoria abarcadora y justa.

John P. Tuman Director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada, asegura que demográficamente los latinos conforman el 85 por ciento de la población en esa ciudad aunque son los menos representados políticamente.

Los hispanos no sólo realizan los trabajos hoteleros que los estadounidenses rechazan sino que algunos operan pandillas que trafican drogas y prostitución o lavan dinero.

Eddie Escobedo, editor de El Mundo, el periódico latino más antiguo en el sur de Nevada, enfatizó la importancia de rebatir la retórica racista que prevalece en los medios de comunicación estadounidenses especialmente en Las Vegas.

(*) El autor es jefe del Departamento de Difusión de Prensa Latina.