En menos de un año, tres grandes simios han muerto en el Zoológico de Chapultepec – orangután Jambi, el chimpancé Lio y el gorila Bantú– . Estas muertes han sido cuestionadas por asociaciones en pro de la defensa de los animales y la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
En torno a la muerte de Bantú hay muchas teorías, la versión oficial indica que falleció debido a un paro respiratorio durante su traslado al Zoológico de Guadalajara, donde se reproduciría con las gorilas “Chencha” y “Faustina”. La muerte de Bantú ha provocado un debate sobre la conservación de los animales en cautiverio, luego de que se dieran a conocer las imágenes de la cabeza y el cuerpo del gorila descuartizado sobre la mesa del forense. La noticia sobre la muerte del primate de 25 años fue dada a conocer el 7 de julio, pero desde el primer momento hubo sospechas de que hubo un error en la administración de la anestesia.
De acuerdo con el portal El Big Data, los decesos de los grandes simios Jambi y Lio, así como los de la elefanta Maggie y el rinoceronte blanco Khartoum, representarían una póliza de seguro por alrededor de 7 millones 191 mil 475 pesos. Según la investigación, estos fondos irían a la administración de la Ciudad de México y no serían ocupados para la preservación de las especies que habitan el Zoológico de Chapultepec ni para su mantenimiento, sino para atender rubros prioritarios del gobierno, de acuerdo a la Ley de Ingreso Local.
El gobierno de la Ciudad de México afirmó que en este caso se llegará hasta las últimas consecuencias y se establecerán las sanciones correspondientes. La Secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller, defendió el procedimiento. Aseguró que la única forma de trasladar al gorila para su incineración era desmembrándolo. Los resultados de la necropsia de Bantú serán publicados en un mes, según han informado las autoridades.
Ante la muerte del gorila, algunas organizaciones ambientalistas han pedido el cese de las autoridades medioambientales e incluso el cierre del Zoológico de Chapultepec. La ONG Proyecto Gran Simio de México hace un llamado para que comparezca Tanya Müller, al tiempo que ha convocado a movilizaciones y una consulta pública para determinar si la existencia del centro todavía es pertinente.
En entrevista con Siempre!, Paulina Bermúdez, Directora de Proyecto Gran Simio México, afirma que la responsabilidad es de todos, “tanto de los médicos veterinarios involucrados como de Juan Arturo Rivera, Director General de Zoológicos y Vida Silvestre de la Ciudad de México, que fue suspendido temporalmente de su cargo, pero también está la responsabilidad de Tanya Müller”.
“Ella como titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX (Sedema), fue quien autorizó el traslado y no vemos que haya consecuencias para ella, por eso lo que vamos a buscar a través de una protesta a las afueras de la Asamblea Legislativa es que la Comisión de Medio Ambiente la llame a comparecer”.
Por protocolo, explica Paulina Bermúdez, cuando muere un animal se tiene que abrir el cuerpo, lo que no queda muy claro es “por qué Müller dice que lo tienen que incinerar, si la investigación ni siquiera ha concluido. El procedimiento es abrir al animal para determinar la causa de la muerte, y en todo caso si el cuerpo estaba en buen estado y no representa un peligro para la salud pública, se hace una taxidermia que se incluye a la colección de taxidermias del zoológico para fines de exhibición y de talleres que se hacen con los niños”.
En cuanto a los protocolos de seguridad, señala que las autoridades del zoológico han sido reticentes y no los han dado a conocer.
“El protocolo que utilizaron debería estar escrito en alguna parte. Les preguntamos en dónde se puede consultar y me dieron la vuelta, me contestaron que estaban bajo la investigación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y que serán públicos cuando ya estén liberados de la indagación”.
“Una cosa es el protocolo escrito y otra cosa es el protocolo aplicado, que es algo que pidió la Profepa. Ahí tendríamos que estar en conexión con Procuraduría, pero ellos únicamente lanzaron un comunicado, en tanto que el zoológico no informa cual es el proceso de la investigación, por eso estamos todos en la expectativa de lo que digan”.
Bermúdez afirma que además de replantear el impacto o la efectividad del zoológico, es necesario poner en la mesa la propuesta de que se dejen de obtener grades simios, “dado que los últimos tres que han muerto, en menos de un año, lo hicieron en edad reproductiva y todos podían vivir más de 15 años. Entonces, no es solo las leyes sino es también reevaluar si el zoológico está cumpliendo con sus objetivos”.
Luego de la muerte de Bantú, Proyecto Gran Simio México aplicó una encuesta a las afueras del Zoológico de Chapultepec con el fin de conocer las propuestas que tienen la sociedad civil en torno a este espacio, y saber si están satisfechos con su rendimiento y si estarían dispuestos a transformarlo.
“De 694 personas que participaron, 525 apostaron a una transformación. 131 personas proponen un cierre gradual para que se puedan liberar a los animales que tengan la oportunidad de regresar a su hábitat natural y se convierta en un refugio para aquellos animales que vinieron decomisados por Profepa y que puedan ser rehabilitados en este espacio. Sí hay mucho énfasis en que no está funcionando el zoológico como debería y la gente espera otra cosa”.

