La violencia contra policías reaparece, esta vez en Luisiana. Un tiroteo registrado en la ciudad de Baton Rouge, dejó un saldo de tres agentes policiales muertos y tres más heridos, uno de ellos de gravedad.
Uno de los sospechoso fue abatido y se emprendió la búsqueda de otros dos más.
Previo a la situación, se había reportado a las autoridades acerca de un sujeto que caminaba por la carretera portando un rifle de asalto. Poco después, se supo que un individuo vestido de negro y con la cara cubierta, había disparado indiscriminadamente.
El alcalde de Baton Rouge, Kip Holden, pidió a la población rezar por los agentes y sus familias e hizo un llamado para que acabar con la violencia y prevalezca la cordura.
En un mensaje a través de redes sociales, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, calificó la situación como un “ataque atroz e injustificable contra todos nosotros en un momento en que necesitamos estar unidos y que necesitamos reconciliarnos”. “Tengan la seguridad de que cada recurso disponible del estado de Luisiana será usado para garantizar que los perpetradores sean sometidos a la justicia”, agregó.
El ataque tiene lugar en momentos en que la población negra de Estados Unidos se ha manifestado por la muerte de Alton Sterling, un ciudadano afroamericano, que murió a manos de un policía, precisamente en esta misma localidad del sur de Estados Unidos. Hace unas semanas, también se perpetró un ataque por parte de un francotirador que mató a cinco policías, en venganza por la muerte de Sterling y de Philando Castile, otro afroamericano que también murió a manos de un agente policial en Minnessota, cuando se encontraba a bordo de su auto.