Entrevista a Raúl Benítez-Manaut | Investigador del CISAN-UNAM

Por Gerardo Yong

Donald Trump se convirtió esta semana en el candidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano. Éste fue un sueño largamente acariciado por el magnate inmobiliario que no dudó en apoyarse con una campaña plagada de discursos antimigrantes, antigénero e incluso basado en propuestas extremistas como el nacionalismo a ultranza y la visión supremacista racial. En la Convención Republicana consiguió mil 542 votos, 305 sufragios más de los que necesitaba para seguir en la carrera por la Casa Blanca.

El catedrático e investigador de la UNAM, adscrito al Centro de Investigaciones sobre América del Norte, Raúl Guillermo Benítez- Manaut comentó a Siempre! las implicaciones que tendría la posibilidad de que Donald Trump llegue a la presidencia del país más poderoso del mundo, específicamente en relación con México.

El experto, quien también es presidente de la organización de la sociedad civil Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia y miembro de la Latin American Studies Association, señaló, entre otras cosas, que las amenazas que ha proferido contra México, la migración mexicana y el discurso racial han sido piezas clave que le han servido para catapultarse en su campaña electoral, pero que en la realidad no son propuestas claras que le permitirían gobernar adecuadamente.

Discurso electorero

¿Cómo viste el desarrollo de la Convención Republicana respecto a la candidatura de Donald Trump?

La Convención Republicana ciertamente abrió un debate sobre las posturas más radicalizadas de Donald Trump quien, por cierto, escogió para la vicepresidencia a un exgobernador de Indiana, Mike Pence, calificado de racista, antiminorías, antigénero.

Esta polarización se nota también es la elección de su equipo de gobierno, no sólo en su discurso. Mediante políticas muy conservadoras, que han agradado a los conservadores del partido, ha tratado de allanar un camino exitoso a la convención.

Trump se ha acercado a un electorado con poca educación de la clase media baja, que realmente es una gran parte de la población, que ha sido golpeado por la modernización tecnológica, por la falta de empleo, la competencia de los afroamericanos, de los hispanos y de los indocumentados en general.

Trump tiene en mente apelar a ese electorado para competir contra Hillary Clinton quien, por cierto, está presionada por el establishment financiero e industrial de Estados Unidos, pero también por una amplia baja que tiene el Partido Demócrata de población negra e hispana.

Se ve venir una competencia de discursos muy polarizados, y en el caso de Trump, el discurso antimexicano no lo ha detenido ni menguado, sino que lo ha impulsado. Eso para México sí es grave.

Se teme que si Trump llega a la silla presidencial desataría una caja de Pandora que va desde agudizar problemas económicos, renegociar el Tratado de Libre Comercio y hasta cambiar las relaciones bilaterales, ¿qué opinas?

Es probable que sea en detrimento de México, pero no hay que olvidar que también son decisiones que pueden ir en contra del mismo Estados Unidos, porque si ellos sacan una empresa de suelo mexicano, no necesariamente ésta va a regresar a Estados Unidos. Allá, los salarios en este momento son cinco o seis veces más altos que los que pagan aquí. Si lo vemos detenidamente, para las empresas norteamericanas que están establecidas en suelo nacional mexicano no les convendría regresar a su país, pues están muy cómodas así. En caso de que las obligaran a eso, por cuestión de negocios buscarían otro lugar más rentable, porque Estados Unidos no lo es por las alzas que ha registrado en su moneda. Se irían a China o a África. Incluso a Europa, que también enfrenta un crisis financiera fuerte.

Por otra parte, esta idea de Trump de echar abajo el Tratado de Libre Comercio, lo dice porque no tiene buenos economistas a su lado. Simplemente sería algo como lo que ha pasado en Reino Unido, que cerró su economía y, a final de cuentas, los más perjudicados van a ser la gente de bajos ingresos. Es un discurso electorero.

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Hasta el momento hay un empate que podría definirse de la manera más imprevista.

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El odio jarocho de Trump

A propósito del Brexit, se dice que estas acciones, aunadas a los atentados islamistas y la violencia racial registrada contra policías blancos, son detonantes de sus popularidad electoral, ¿es cierto?

En parte sí, porque se polariza el discurso y en Estados Unidos está destapada una guerra racial entre blancos contra negros, pero también entre negros resentidos contra blancos; los últimos casos que hemos visto en Dallas y Luisiana lo confirman.

Es importante destacar que si Trump activa una política racial, de hablar mucho contra la población afroamericana, es porque en realidad se está refiriendo a Barack Obama pues, como decimos en México, le tiene un odio jarocho. ¿Por qué es esto?, porque la población afroamericana es incondicional de Obama. Él ha sido el único presidente que de verdad le ha abierto las puertas a la población negra.

Ciertamente ha habido otros mandatarios que ayudaron a crear mejores condiciones para la minoría negra como Lyndon B. Johnson y un poco John F. Kennedy, pero, sin lugar a dudas, tener una persona de origen afroamericano en la presidencia ha sido un gran respiro para la población negra. Es por eso que Trump lo odia aún más.

Ahora, en esa misma población afroamericana puede haber alguien con problemas mentales y que responde con violencia a las situaciones que vive, pero de ninguna forma puede adjudicarse a un movimiento o política creada por Obama.

La violencia de los policías blancos en Baltimore, Dallas y Luisiana, donde ha habido incidentes tremendos, se regresa en contra de los policías blancos por afroamericanos con algún problema mental o muy resentidos ideológicamente o que han sido afectados por la crisis que los ha dejado sin trabajo.

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En este escenario, ¿cuál sería el panorama para México, al que Trump responsabiliza por los problemas que atraviesa Estados Unidos?

No le echa la culpa a México, sino que ha señalado más bien a los malos gobernantes a los que se les han abierto las puertas, a México, a través del Tratado de Libre Comercio. También ha dicho que los mexicanos se aprovechan de los buenos trabajos que hay en Estados Unidos a los cuales llegan cruzando la frontera. Dice que va a detener eso, pero hay que entenderlo como debe ser: no es más que un discurso de campaña y, por cierto, ya es cada vez menos la población mexicana que lo busca en Estados Unidos.

Si echamos un vistazo al problema de la migración que tiene Estados Unidos, la migración mexicana ya es casi nula, ahora la que está entrando en la Unión Americana proviene de países como Colombia, Ecuador, Venezuela, Cuba, no tanto de México. La población hispana en Estados Unidos, que es la mayoritaria, es a la que Trump le está adjudicando los males que sufre la población trabajadora y que, según él, se ha estado quedando sin trabajo. En realidad, él no quiere entender que esto es producto de una revolución tecnológica y no por la presión de una fuerza de trabajo mal pagada o barata, como ha sido la mexicana.

 [gdlr_text_align class=”right” ][gdlr_heading tag=”h3″ size=”26px” font_weight=”bold” color=”#ffffff” background=”#000000″ icon=” icon-quote-left” ] La población hispana es a la que Trump le está adjudicando los males.[/gdlr_heading][/gdlr_text_align]

Empate técnico

¿Cómo queda la campaña de Hillary Clinton, con estos escenarios?

Por un lado, tiene que responder a Trump y sus locuras, aunque la verdad es que ella no tiene por qué hacer una campaña como Trump quiere, eso definitivamente no es correcto. Hillary tiene que medir hasta dónde su campaña será una respuesta a Trump y hasta dónde será un discurso propio. Si estuviera en su lugar, yo haría un discurso propio de campaña para no polarizar.

Hasta ahora, creo que se ha entendido mal el mensaje, porque neutralizar a Trump quiere decir polarizar y la verdad es que eso es precisamente lo que le ha dado más fuerza.

¿Qué perspectivas hay el próximo 8 de noviembre?

La situación electoral está muy indefinida. Por momentos, Hillary tiene una pequeña ventaja en las encuestas, pero en cualquier momento, si suceden cosas en el mundo, Trump se la puede arrebatar o también si Hillary comete errores de campaña, pero a la inversa también es cierto.

Si Trump comete errores de campaña como los que ya hemos visto o si exagera mucho la polarización de su discurso, pues también puede alcanzar a un sector de la población que no lo apoye. En estos momentos, todo puede pasar. Yo diría que hasta el momento hay un empate que podría definirse de la manera más imprevista.