Son enfermedades que se adquieren, y prevenirlas es central
Aunque las enfermedades cardiovasculares son más comunes en la edad adulta, empiezan en la infancia: a los 10 años, asegura Valentín Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinaí de Nueva York.
En el seminario Población, bases clínicas y moleculares de la enfermedad cardiovascular y la salud, el cardiólogo insistió en la importancia de la prevención y en la necesidad de actuar en edades muy tempranas, incluso antes del embarazo en las mujeres.
“Hay que identificar a los individuos que están en riesgo y mucho más importante es llegar a los niños de tres a seis años, donde podemos tener mucho impacto. Es nuestra ventana de oportunidad porque ellos escuchan, los adultos no escuchamos. Los adultos tienden a cambiar cuando han tenido un infarto”, señaló Fuster.
Entonces, ¿son la medicina genética y de prevención el futuro en el abordaje de las enfermedades cardiovasculares?
“La genética está avanzando mucho, pero no es lo fundamental ya que es básicamente una enfermedad adquirida y por eso hay que ir a los factores de riesgo. Es un tema educacional”, insiste Fuster.
“La raíz de los problemas cardiovasculares es la conducta”, aseguró. La educación es el eje en el que basa varios de sus proyectos alrededor de todo el mundo, fundamentalmente con los más pequeños. Así, actualmente está trabajando con 100 mil niños de tres a seis años en distintos países, desde España a Colombia, pasando por la isla de Granada o Estados Unidos. “Estamos entrando ahora en México también. Los resultados a corto plazo son muy buenos”.
Fuster explica que se imparten 70 horas de docencia “en aspectos de salud, cómo funciona tu cuerpo, qué hay que comer, el ejercicio físico y cómo controlar las emociones para prevenir que cuando se te ofrezca tabaco, alcohol o drogas en el futuro puedas decir que no. La misión, al menos a corto plazo, es ver la conducta de estos niños que hemos seguido hasta los nueve años y continuar el seguimiento hasta los 20 años”.
El cardiólogo se refiere concretamente al grupo de Colombia, cuyos resultados de los tres a los seis años fueron muy positivos y en breve van a conocer los datos a los nueve años.
En cada población ha implementado un método distinto. En España, donde se está trabajando con 70 pequeños, Fuster insiste en que no se trata de trabajar con los niños porque, por ejemplo, haya más casos de sobrepeso y obesidad infantil, sino porque es una conducta a largo plazo.
“Tratamos de forzar que la salud sea una prioridad. Nosotros trabajamos con conceptos y estos conceptos los están tomando los gobiernos que, en general, son muy sensibles a esta cuestión”, agrega el especialista.
No es para menos. La enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte en todo el mundo. A pesar que la mortalidad ha descendido en las últimas tres décadas, especialmente en los países más desarrollados, la prevalencia de estos problemas continúa aumentando. De hecho, dos de las metas de la OMS dentro de su plan para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020 se centra en las cardiovasculares.
El envejecimiento es determinante en los problemas cardiovasculares. Fuster comenta que se viven más años pero hay más enfermedad. Esta se trata, “pero es carísimo, es decir, estamos pagando un precio prolongando la vida con medicaciones y aspectos quirúrgicos y no quirúrgicos”.

